Economía

La expulsión inmobiliaria

Para una persona con un salario medio ya es imposible comprar un piso en el centro de Madrid. Pero el problema no se limita a la capital. El mercado inmobiliario se ha convertido en una creciente pesadilla de la población española.

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26
febrero
2025

El piso lo tenía todo para ser viral. La arquitecta @le_petit_patito (su identidad en Instagram, donde comparte con humor vídeos en los que analiza anuncios de apartamentos) le dedicó una de sus reviews y de ahí saltó a la fama internauta. Un piso en A Coruña permite vivir la misma experiencia vital de Doraemon, el icónico gato de dibujos animados de los años 90: se debe dormir en un armario. Cuesta 500 euros al mes y, según confirmó a la prensa local la inmobiliaria que lo anuncia, no cuesta mucho colocarlo. «Ya hemos tenido muchas llamadas y esperamos alquilarlo en unas 48 horas», aseguraron. Las razones: está bien ubicado y, en realidad, hay gente que paga más por sitios peores.

Si bien Madrid y Barcelona suelen dominar en los titulares por la escalada de los precios de la vivienda, lo cierto es que el problema afecta ya a toda la geografía española (y no solo: el problema también marca la agenda en otros países europeos). El aumento constante está haciendo que acceder a una vivienda sea cada vez más complicado, especialmente si se tiene en cuenta que su coste ha subido mucho más que los salarios. Entre 2015 y 2023, los precios de compra escalaron en un 47% y los de los alquileres en un 58%.

De hecho, si durante los primeros meses de la crisis del coronavirus había quien pensaba que quizá la pandemia serviría para cambiar las dinámicas del mercado inmobiliario, lo cierto es que las cosas han sido muy diferentes. El precio medio de la vivienda con el que se cerró 2024 es ya superior al que tenía en los años de la burbuja inmobiliaria. Datos del Colegio de Registradores señalan que la vivienda cerró en el último trimestre de 2024 un nuevo máximo histórico, con una subida del 12,5%.

El ladrillo vuelve a estar por las nubes y no da muestras de parar. Un informe de Idealista marca que se ha producido una subida del 9,2% interanual, siendo Madrid, Canarias y la Comunitat Valenciana las comunidades autónomas con un mayor incremento. El precio del metro cuadrado en Valencia ha subido en un 23%.

La ciudadanía media ya no puede permitirse adquirir un piso en un ningún barrio del centro de Madrid

Así, si alquilar es un proceso cada vez más cercano a la pesadilla, comprar se ha vuelto una aspiración inalcanzable. Un estudio reciente de la empresa SinComisiones concluye que la ciudadanía media ya no puede permitirse adquirir un piso en un ningún barrio del centro de Madrid. Sus conclusiones indican que para una persona con salario medio la probabilidad de comprar un piso de 80 metros cuadrados en cualquiera de los 11 barrios centrales de Madrid es «prácticamente nula». Si compra en pareja, podría acercarse a conseguirlo en Lavapiés, Arganzuela y Tetuán. Necesita, eso sí, haber ahorrado mucho antes.

El Índice SinComisiones habla ya de un «efecto de expulsión inmobiliaria», puesto que la gentrificación y la escalada están llevando a que, en las grandes ciudades españolas, la mayoría de sus habitantes y de sus descendientes no puedan comprar una casa en sus barrios de origen. Aunque se quiera seguir viviendo en la zona en la que se ha crecido, en la que está la red social o en la que más gusta, no se puede. El mercado inmobiliario se encarga de expulsarnos.

Eso ya es un problema, pero hay que sumar otra cuestión determinante: la población expulsada se enfrenta a problemas para acceder a la vivienda también en otras áreas. Si las ciudades dormitorio resolvieron en los años 90 la situación para quienes no podían pagarse un piso en los centros urbanos, hoy no solo están cada vez más lejos de los puntos de origen sino que también empiezan a mostrar signos de tensión. Que Guadalajara sea una de las provincias en las que más suben los precios se entiende mejor cuando se piensa en la llegada de compradores desde Madrid.

El mercado es imposible –sea cual sea la ciudad en la que se quiere comprar– para la gente sola o para quienes no tienen un colchón familiar detrás que apoye la compra. Esto es especialmente problemático porque, como recuerda el estudio de SinComisiones, son los hogares unipersonales los que van a vivir «un crecimiento muy fuerte en los próximos quince años». Algunos análisis ya advierten que la brecha del mañana para la población millennial será entre quienes hereden casa de sus padres y quienes no.

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