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Lograr que todas las empresas inicien y avancen adecuadamente en su transición ecológica, es uno de los principales objetivos del Instituto de Crédito Oficial (ICO), el Banco Público español. Para ello, las finanzas sostenibles son el principal motor para afrontar esta transición, tanto a nivel empresarial como social.. En esta entrevista, el director general de Financiación y Estrategia del ICO, Antonio Cordero, aborda cómo esta entidad pública impulsa el reto ecológico tanto en las compañías grandes como en las pymes, el estado actual de la regulación, el peso de la colaboración con instituciones privadas y la relación entre rentabilidad, emprendimiento y digitalización con sostenibilidad.
¿Qué papel puede y debe desempeñar el sector financiero para consolidar el éxito de la transición ecológica?
Para afrontar el reto medioambiental, el sector financiero puede ayudar, debe y de hecho ya lo está haciendo, pues una de sus funciones básicas, que es la canalización del ahorro hacia inversiones productivas, debe ir dirigida hacia proyectos sostenibles que ayuden a esa descarbonización de la economía. Hay que acompañar a las empresas a transicionar hacia una economía más descarbonizada, y bajo la premisa de no dejar a nadie atrás. Actualmente hay préstamos en el mercado ligados a indicadores de sostenibilidad, no solo verde, sino también social. Por otro lado, el sector también está haciendo un esfuerzo no solo por financiar aquellos proyectos claramente identificables como verdes, sino por llegar a aquellas empresas y sectores que están comenzando su transición hacia procesos más sostenibles.
En la estrategia 2022-2027, el Instituto establece las finanzas sostenibles como uno de los principales ejes de actuación. ¿De qué forma puede una entidad pública impulsar, a través de las finanzas, la descarbonización de la economía? ¿Pueden también ayudarnos las finanzas a superar los desafíos sociales?
Las finanzas sostenibles son uno de los cuatro ejes de actuación que nos hemos marcado para el período 2022-2027. Este eje de actuación se aborda transversalmente, desde los distintos ámbitos de actuación del Grupo ICO.
Primeramente, señalaría nuestra actividad ordinaria de concesión de préstamos. Tenemos fijados un porcentaje mínimo de financiación crediticia que tienen que ir ligado a objetivos de sostenibilidad, fijado en el 40%.
También hay que destacar nuestra capacidad como Implementing Partner que somos desde 2020, para gestionar fondos de la Comisión Europea e invertir en proyectos de empresas españolas que contribuyan a la sostenibilidad medioambiental.. Por otra parte, realizamos inversiones en empresas a través de Axis, la sociedad de capital riesgo participada al 100% por el ICO. El año pasado, en torno al 90% de las inversiones de Axis correspondían a proyectos sostenibles.
En cuanto a la parte del mercado de capitales, la parte de financiación, el ICO ha sido pionero con la emisión en 2015 del primer bono social a nivel internacional. Ya llevamos 17 bonos emitidos sostenibles, 11 sociales y 6 verdes por un importe de algo más de 8.500 millones de euros.
«Las empresas que transicionen hacia sistemas de producción más sostenibles, obtendrán mayores rendimientos»
El impulso del crecimiento y la competitividad empresarial es otro de los grandes pilares que defendéis en vuestra estrategia. ¿Está la rentabilidad económica reñida con la sostenibilidad ambiental?
No, incluso diría que es justamente lo contrario. Las empresas que transicionen hacia sistemas de producción más sostenibles, obtendrán mayores rendimientos y por lo tanto garantizarán su supervivencia. De hecho la comunidad inversora internacional es algo en lo que cree profundamente. Hay una canalización de fondos específicamente hacia aquellas empresas que en diferentes sectores, están más comprometidos con la sostenibilidad.
Aquellas empresas que en un medio plazo hayan transicionado hacia la sostenibilidad, serán más rentables y sus inversiones resultarán más apetecibles.
Uno de los ámbitos en los que se ha experimentado un mayor avance en materia de sostenibilidad en los últimos años es en la regulación, especialmente desde la Unión Europea. ¿Considera que el marco que se está creando en España y Europa es el adecuado? ¿Y la velocidad a la que avanza la normativa?
El marco legislativo ya está desarrollado, solo quedan algunas aprobaciones de segundo orden. Desde el punto de vista de los que «sufrimos» la regulación, somos conscientes de que en los próximos años tenemos que hacer un esfuerzo para adaptar nuestra forma de trabajar y nuestros procesos productivos a dicha regulación. Pero este esfuerzo se está haciendo desde el principio mediante un trabajo en paralelo con Europa, que nos beneficiará a todos porque supondrá un acortamiento de los plazos de implementación efectiva de la propia regulación.
Según la citada estrategia, «el ICO, como uno de los principales bancos nacionales de promoción a nivel europeo, tiene un papel fundamental trabajando en colaboración público-privada en el desarrollo de las finanzas sostenibles». ¿Qué peso cobra el tándem público-privado ante el desafío de descarbonizar la economía? ¿Qué tipo de colaboraciones se plantean desde el ICO?
La colaboración público-privada es uno de nuestros procedimientos de actuación básicos y transversales prácticamente en todos nuestros ámbitos, y tenemos una gran experiencia. Ejemplo de ello ha sido el despliegue de las líneas de préstamos con garantía que se implantó en un tiempo récord con la llegada del Covid-19, un mecanismo que ha funcionado muy bien.
El ICO, además, gestionará en los próximos dos años unos 40.000 millones de euros en préstamos de fondos europeos Next Generation, ligados al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Gobierno. Estimamos que hasta un 75% de dichos fondos se canalizarán a través de entidades financieras privadas, por lo que su labor es fundamental para el ICO y para hacer llegar los fondos a las empresas españolas.
«En el futuro, la sostenibilidad estará totalmente integrada en las actividades de las empresas»
Actualmente, la mayoría de las grandes empresas están implementando estrategias de sostenibilidad. ¿Resulta más complicado para las pymes? ¿Cómo se impulsa desde el ICO la transformación de las empresas más pequeñas?
El ICO es consciente de que a las pymes les costará más que a las grandes empresas adaptarse a la nueva regulación en materia de sostenibilidad. De hecho la propia regulación lo ha tenido en cuenta y contempla plazos más largos de implementación de la normativa para las pymes.
Nosotros desde el ICO tratamos de ayudar y educar a las pymes, por decirlo de alguna forma, sobre lo que serán sus obligaciones en materia de regulación sobre sostenibilidad. Desde hace años, nos adelantamos e incluimos un cuestionario de sostenibilidad en las solicitudes de las líneas de mediación del ICO para que estas empresas empezaran a acostumbrarse al lenguaje que ahora se ha extendido. Por otra parte, la Fundación ICO lleva a cabo diversas iniciativas encaminadas a capacitar y preparar a las pymes en diversos aspectos ligados a la sostenibilidad.
La idea es que no se queden atrás y que cumplan con todos los requerimientos de información que esas empresas van a tener, igual que las grandes, pero con unos recursos algo más reducidos.
¿Puede el emprendimiento acelerar esta transición? ¿Cómo se apoya a quienes quieren iniciar nuevos proyectos sostenibles desde el ICO?
Sí, las nuevas empresas son más conscientes de la necesidad de acelerar esta transición ecológica. Yo creo que se ha creado una especie de círculo virtuoso por el cual tenemos al sector financiero que quiere canalizar fondos hacia actividades más sostenibles, pero también al sector empresarial, que sabe esto y busca estos fondos. Esta retroalimentación positiva entre los financiadores y los financiados nos lleva al desarrollo de proyectos que ya tienen presente desde el inicio la importancia de la sostenibilidad.
La digitalización es otro de los grandes ejes. ¿Qué relevancia tiene de cara al impulso de la competitividad de las empresas? ¿Puede este gran proceso no solo convivir, sino favorecer la transición ecológica?
Sí, esta realidad está muy documentada: aquellas empresas más digitalizadas en cada uno de sus sectores son empresas más competitivas y productivas. En cuanto al nexo entre digitalización y transición ecológica, debemos mirar la taxonomía europea. Dentro de sus objetivos de adaptación y mitigación del cambio climático, hay identificadas precisamente actividades de digitalización que tienen un impacto positivo. Sin ir más lejos, hay centros de gestión de datos que ayudan a prevenir los riesgos físicos derivados del cambio climático a través del desarrollo de un software concreto. Esa relación también se ve clara en el objetivo de preservar los recursos hídricos, por poner otro ejemplo.
Por último, como director general de Financiación y Estrategia, ¿hacia qué escenario nos dirigimos en materia de finanzas sostenibles? ¿Cree que terminarán por constituirse como la norma en unos años?
No sabría determinar con exactitud cuándo, pero pienso que, en unas décadas, los departamentos de sostenibilidad, tal y como los conocemos hoy, desaparecerán. Y lo harán por una buena razón: que la sostenibilidad esté tan integrada en todas las empresas y procesos que realmente no se necesiten estos departamentos transversales que sigan velando y cuidando por la dirección adecuada de los negocios. En el futuro, la sostenibilidad estará totalmente integrada en las actividades de las empresas.