«Efecto Reempleo no es una reutilización, sino poner el producto en mercados secundarios para darle una segunda vida tal cual está»

El proyecto Efecto Reempleo de SURUS se llevó el galardón a la Mejor Práctica Circular en pymes en la sexta edición de los Premios BASF de Economía Circular. Entrevistamos a Paco Azores, director de marketing y comunicación, para desvelar las claves de la iniciativa. 

Habéis recibido el premio a la Mejor Práctica de Circular en la categoría de pymes. ¿Qué significa este reconocimiento para vosotros?

Para nosotros es un auténtico orgullo que una empresa del mundo de la química de la magnitud, tamaño, impacto y calado de BASF nos haya dado este premio. Creo que es el mayor reconocimiento al que podía aspirar una firma como SURUS que se dedica a la economía circular y sostenible.

¿Qué problema observasteis en la gestión de activos de las empresas que les llevó a crear Efecto Reempleo?

Vimos que empresas, organizaciones y administraciones públicas, a la hora de desprenderse de todos esos activos que ya no les eran útiles, recurrían a dinámicas tradicionales propias de la economía lineal. Es decir, llevarlos al vertedero directamente o haciendo subastas muy específicas en las que no participa casi nadie. Nosotros damos a conocer la opción del Efecto Reempleo, que no es una reutilización, sino poner el producto en mercados secundarios para darle una segunda vida tal cual está. A la hora de explicar esto, lo hacemos no solo contando todos los beneficios medioambientales que conlleva, sino también valorando los importantes retornos económicos que pueden tener estas compañías que enajenan esos activos.

En su web decís que desde SURUS estáis «sumando valor al residuo para restárselo al vertedero». ¿Cómo os aseguráis de darle un mayor valor a los residuos y qué diferencia habéis logrado con respecto a los vertederos?

La respuesta es doble. La primera parte, como decía antes, es esa reutilización de todo aquello que puede tener una segunda vida y que por lo tanto previene que se generen residuos. Y en última instancia, cuando hay residuos, tenemos procesos en los que, a través de subastas, ponemos a competir a gestores de residuos. De esta manera, el precio al que se enajena es competitivo, y ese gestor que lo adquiere es homologado y sabemos que va a volver a poner esos residuos en el mercado como materias primas.

«Vimos que empresas, organizaciones y administraciones públicas, a la hora de desprenderse de todos esos activos que ya no les eran útiles, recurrían a dinámicas tradicionales propias de la economía lineal»

Con su iniciativa aseguráis una solución integral para las compañías, pero ¿cómo garantizáis la sostenibilidad de todo el proceso de gestión?

Desde 2021, en todos los proyectos que estamos haciendo ofrecemos a los clientes que venden los activos un informe de compromiso que permite mostrar a sus accionistas el desempeño del proyecto con numerosos indicadores relativos a la huella de carbono, al consumo eléctrico, a la huella hídrica… Un documento que usa una metodología contrastada por una consultora de prestigio como Applus +. Es la forma en la que nosotros certificamos que lo que el cliente está haciendo a través de nosotros tiene un impacto ambiental significativo.

¿Qué implica la incorporación de este informe? ¿Cómo es el proceso de validación?

La empresa de certificación Applus + avala que el cálculo que estamos haciendo en cuanto a tipo de activos, de materiales, pesos, estados, etcétera, es correcto. Para nosotros es muy importante que los clientes perciban que lo hacemos con un retorno económico importante para ellos, pero también que vean que no solo nos movemos por eso, sino por palancas medioambientales. Las dos son igual de importantes.

Además de dar una solución sostenible a los activos, ¿crees que vuestro trabajo tiene un valor concienciador?

A la hora de realizar proyectos con empresas o administraciones públicas, nosotros tenemos un departamento de sostenibilidad y marketing que se dedica a dar muchísima visibilidad a lo que hacemos. Eso ya de por sí tiene un valor de concienciación, porque estamos impactando en cientos de miles de empresas y administraciones públicas. Algo que también llega a muchos que no trabajan con nosotros, ya que reciben una serie de impactos que les puede llevar a recapacitar sobre cómo hacer las cosas en cuanto a desprenderse de los activos que no necesitan. 

«Ofrecemos a los clientes que venden los activos un informe de compromiso que permite mostrar a sus accionistas el desempeño del proyecto»

Si bien estáis haciendo una gran labor para facilitar la sostenibilidad de las compañías, aún queda mucho trabajo por hacer en el tejido empresarial. ¿Qué aspectos debemos tratar con mayor atención?

A día de hoy, las administraciones públicas están entrando cada vez más en este modelo de colaborar con entidades privadas como la nuestra, y las grandes empresas están metidas de lleno. De hecho, muchos de nuestros clientes son del IBEX 35. Creo que el punto de inflexión es que las pymes, que son el 99% del tejido empresarial del país, se conciencien de todo esto, del valor económico y medioambiental. Que vean que no es un coste, sino un beneficio para ellos y para la sociedad.

¿Cómo visualizas el futuro de Efecto Reempleo?

Llegará bastante pronto un momento en el que no haya una empresa o administración en este país que no tenga Efecto Reempleo metido dentro de sus políticas, procedimientos y proyectos a realizar a la hora de desprenderse de cualquier activo, ya sea con SURUS o con otra compañía. Llegará un momento en el hacer esto sea igual que hacer la contabilidad. Nosotros trabajamos para ello: para que nadie se plantee si hay que hacerlo, y que no hacerlo sea sorprendente. No al revés.