Salud
El poder del contacto cero
El contacto cero no tiene como objetivo lastimar o ser indiferente a la pareja o a la relación rota, sino dar espacio a la mente para sanar.
Artículo
Si quieres apoyar el periodismo de calidad y comprometido puedes hacerte socio de Ethic y recibir en tu casa los 4 números en papel que editamos al año a partir de una cuota mínima de 30 euros, (IVA y gastos de envío a ESPAÑA incluidos).
COLABORA2024
Artículo
Las rupturas amorosas pueden llegar a ser uno de los procesos más dolorosos a nivel emocional. Perder a una pareja, especialmente si existió un vínculo fuerte, deja un vacío que muchas veces no sabemos cómo llenar. La necesidad de cerrar esa etapa de la vida es comprensible, pero la forma en la que abordamos el duelo puede marcar una gran diferencia en el tiempo y en la calidad de nuestra recuperación. Aquí es donde entra en juego una estrategia conductual conocida como «contacto cero».
Esta estrategia, aunque puede parecer drástica, tiene una sólida base en la psicología conductual. Dos principios fundamentales sustentan la eficacia del contacto cero: la extinción y el contracondicionamiento. Estos términos pueden sonar técnicos, pero su funcionamiento es simple y potente. Veamos cómo funcionan y por qué el contacto cero puede ser la vía más eficaz para liberarse emocionalmente de una relación pasada.
El principio de extinción y el rol del contacto con el ex
El concepto de extinción, en términos sencillos, sugiere que una conducta que deja de recibir refuerzos (es decir, estímulos que la mantengan viva) tiende a desaparecer. En el contexto de una ruptura amorosa, ese «refuerzo» son las interacciones con la expareja, las cuales sostienen las emociones y recuerdos asociados a la relación. Cada mensaje, llamada o encuentro sirve como un recordatorio de lo que era estar con esa persona, reavivando sensaciones de apego, tristeza o nostalgia.
Imaginemos un ejemplo común: recibes un mensaje de tu ex «solo para ver cómo estás». Aunque parezca una interacción inocente, ese pequeño gesto puede encender toda una cadena de emociones. Ese mensaje activa en el cerebro un circuito de recuerdos y emociones que lleva a revivir el pasado, reforzando el apego y dificultando el proceso de desapego. Si continúas en contacto con tu ex, incluso de manera esporádica, esas emociones seguirán alimentándose, volviendo mucho más difícil dar el paso hacia la superación.
El contacto cero funciona como una estrategia radical pero efectiva para cortar de raíz esos estímulos
El contacto cero, por el contrario, funciona como una estrategia radical pero efectiva para cortar de raíz esos estímulos. Al dejar de recibir mensajes, llamadas o encuentros con la expareja, el cerebro ya no tiene los refuerzos que mantenían viva la conexión emocional. Poco a poco, la mente comienza a «olvidar» esa asociación, y la intensidad de la emoción vinculada a esa persona disminuye, haciéndose cada vez más soportable hasta que, eventualmente, se desvanece.
Es como un fuego que, al dejar de recibir leña, se apaga. De esta manera, el contacto cero permite que el apego y las emociones dolorosas se extingan de forma natural.
El contracondicionamiento: reemplazar emociones para sanar
Sin embargo, la extinción por sí sola no es suficiente. Aquí entra en juego el segundo principio conductual: el contracondicionamiento. Este concepto hace referencia a reemplazar las emociones dolorosas, como la tristeza o la nostalgia, por nuevas emociones que se asocien con experiencias diferentes y satisfactorias.
El contacto cero permite que la persona se enfoque en sí misma y en actividades que puedan generar bienestar. Así, en lugar de esperar un mensaje o revisar las fotos de su ex, se puede dedicar tiempo a salir con amigos, iniciar un nuevo hobby, o, simplemente, realizar actividades que resulten gratificantes. Con el tiempo, el cerebro comenzará a vincular esas nuevas experiencias con sensaciones de bienestar. Este proceso es fundamental para construir nuevas asociaciones emocionales, desligando el pasado doloroso y reemplazándolo con experiencias y emociones que contribuyen al crecimiento personal.
Para entender cómo funciona el contracondicionamiento en la práctica, pensemos en una canción que solías escuchar con tu ex y que ahora te trae recuerdos tristes. Si escuchas esa canción mientras piensas en tu ex, cada vez que la oigas, esos sentimientos negativos seguirán presentes. Sin embargo, si aplicas el contacto cero y comienzas a vivir nuevas experiencias, como salir con amigos o escuchar esa canción en contextos distintos y agradables, tu cerebro empezará a asociarla con emociones más positivas.
El contracondicionamiento permite que el cerebro se reeduque y aprenda a experimentar las cosas de forma diferente
De este modo, poco a poco, la canción deja de ser un disparador de recuerdos dolorosos y se convierte en un elemento neutro o incluso positivo en tu vida. Así es como el contracondicionamiento permite que, al realizar actividades placenteras, el cerebro se reeduque y aprenda a experimentar las cosas de forma diferente.
Contacto cero: el primer paso para una nueva vida
El contacto cero es una estrategia poderosa y efectiva, pero no es fácil. Al principio, puede parecer una decisión dolorosa y hasta cruel, tanto para uno mismo como para la expareja. Sin embargo, comprender el proceso desde esta perspectiva conductual ayuda a ver que el objetivo no es lastimar o ser indiferente, sino dar espacio a la mente para sanar.
Al cortar la comunicación, se permite que las emociones dolorosas se extingan y que la mente se reestructure, generando nuevas conexiones y asociaciones que nos brindan bienestar. Al final, el contacto cero no solo ayuda a dejar atrás el pasado, sino que es una oportunidad para aprender a disfrutar de la propia compañía y de las nuevas experiencias. Esta estrategia nos da la posibilidad de construir una versión renovada de nosotros mismos, en la que la independencia emocional y la fortaleza se convierten en las bases de nuestra estabilidad futura.
Luis Miguel Real es psicólogo.
COMENTARIOS