El día que detuvieron a Miles Davis por ser negro
La fama no logró evitar que el icono del jazz sufriera perfilamiento racial por parte de la policía. Medio siglo después, se siguen produciendo casos parecidos tanto en Estados Unidos como en algunos países de Europa.
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Era una noche de agosto de 1959. Miles Davis actuaba en el mítico club de jazz Birdland, en Nueva York, y hacía ocho días que había lanzado Kind of Blue. Era ya un músico reconocido y de éxito. Pero la historia de lo que pasó esa noche no tiene nada que ver con su carrera. Fue justo después de una retransmisión de radio. Davis estaba en la acera, delante del club, fumando un cigarrillo al fresco. Se le acercó un policía.
«El policía blanco se me acerca y me dice que me mueva. Le dije: “¿Que circule, para qué? Estoy trabajando en el bajo. Ahí está mi nombre escrito: Miles Davis” y le señalé mi nombre todo iluminado en la marquesina», recordaba el músico en sus memorias. El policía insistió en que circulase, que todo lo demás le daba igual y que lo arrestaría si no lo hacía.
Poco después, Davis fue trasladado a comisaría, arrestado con la excusa de haberse resistido a la autoridad. Para el músico, la experiencia fue sorprendente, ya que él, originario del sur de Estados Unidos –donde esperaba que le pudiesen pasar estas cosas por ser negro–, pensaba que en Nueva York algo así no ocurriría. Lo que descubrió, en sus palabras y como recoge OpenCulure, es que «si eres negro, no hay justicia. Ninguna».
Posiblemente, ser famoso llevó a que su historia tuviese una transcendencia que no tenían las de otras personas que habían vivido situaciones parecidas. También evidenció que el racismo y su impacto estructural permea a todas las personas. «Es un recordatorio de que ningún grado de logros, ningún grado de realización, ningún grado de éxito financiero o de reconocimiento, te protege realmente de las hostilidades raciales en Estados Unidos», explica Farah Griffin, profesora de la Universidad de Columbia, según recoge la radio pública estadounidense.
Davis demandó a la Policía de Nueva York. No ganó. Aunque había múltiples pruebas que apuntalaban su demanda, el caso fue sobreseído. «El incidente me cambió para siempre», reconocía el músico años después. «Me hizo mucho más amargo y cínico, justamente cuando empezaba a sentirme bien respecto a la posibilidad de que las cosas hubiesen cambiado en este país», sumaba.
El músico reconocía que ese incidente lo cambió para siempre
La década había comenzado con cambios, como el final de la segregación racial en las escuelas estadounidenses, pero otras leyes racistas siguieron siendo efectivas hasta la década siguiente. Y los cambios legales no han supuesto un punto final para el racismo estructural, como han demostrado las recientes protestas del movimiento Black Lives Matter.
Volviendo a Miles Davis y su experiencia, lo vivido también le demostró que «el racismo no es algo aislado. Forma parte del sistema de Estados Unidos». La práctica que llevó a su arresto se conoce como perfilamiento racial y su historia puede parecer antigua, pero no lo es en absoluto. De hecho, medio siglo más tarde se sigue produciendo.
En 2019, más de 1.000 personas pertenecientes a minorías étnicas murieron por disparos de la policía en Estados Unidos. En el país, es mucho más probable que una persona de origen latino o afroamericano sufra brutalidad policial que una persona blanca. Pero, si bien la propia historia estadounidense impacta en muchos de los problemas estructurales que ahora debe afrontar, no es el único país con problemas de racismo.
En el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, Amnistía Internacional ha lamentado en un comunicado que España es, junto con Alemania y Suecia, de los países que realiza más controles de identidad basados en perfiles raciales, según datos de la Agencia de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea. Entonces, Virginia Álvarez, responsable de investigación en Amnistía Internacional España, indicaba: «Es imprescindible poner fin a este tipo de controles con sesgo racial ya que atentan contra el principio de no discriminación y suponen una violación de derechos humanos, tanto en la ley como en la práctica».
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