Opinión

¿Qué Palestina?

No está claro de qué hablamos cuando hablamos de Palestina; sí que está claro qué es lo que debería ser.

¿QUIERES COLABORAR CON ETHIC?

Si quieres apoyar el periodismo de calidad y comprometido puedes hacerte socio de Ethic y recibir en tu casa los 4 números en papel que editamos al año a partir de una cuota mínima de 30 euros, (IVA y gastos de envío a ESPAÑA incluidos).

COLABORA
26
junio
2024

El 10 de mayo, la Asamblea General de la ONU aprobó una resolución que decía que los palestinos reunían los requisitos para ser miembros de pleno derecho de Naciones Unidas. 143 países votaron a favor, 9 en contra y hubo 25 abstenciones. Es un resultado sin precedentes. No cambia el estatus de Palestina de mero observador sin voto en la ONU, pero es un acto simbólico de gran importancia.

Entre los 9 votos en contra estaban dos obvios: Israel y Estados Unidos. En su discurso ante la Asamblea, el embajador israelí sacó una copia de la Carta de las Naciones Unidas y la metió en una pequeña trituradora de papel: «Estáis destrozando la Carta de la ONU con vuestras propias manos. Sí, sí, eso es lo que estáis haciendo. Destrozando la Carta de la ONU. Qué vergüenza».

La posición israelí está alejadísima del consenso internacional y de su posición de hace unas décadas. En los Acuerdos de Oslo de 1993 se pusieron las bases de un futuro Estado palestino al pactarse la creación de una Autoridad Palestina en Cisjordania. Hoy, en cambio, el gobierno de Netanyahu considera que la mera invocación de un Estado palestino implica la destrucción de Israel. Estados Unidos, que votó también en contra, no va tan lejos, pero sí considera que el Estado palestino debe surgir de negociaciones entre israelíes y palestinos. Es una manera de escurrir el bulto.

España fue uno de los 143 votos a favor. A finales de mayo, el gobierno de Pedro Sánchez aprobó el reconocimiento oficial del Estado de Palestina, que «debe ser, en primer lugar, viable; con Cisjordania y Gaza conectadas por un corredor y con Jerusalén Este como su capital y unificadas bajo el gobierno legítimo de la Autoridad Nacional Palestina». Es decir, las fronteras de 1967. Es una posición legítima, necesaria y la mayoritaria; es, al mismo tiempo, puro wishful thinking. Hoy la solución de los dos Estados tiene mucho apoyo internacional y muy poca probabilidad sobre el terreno.

Hoy la solución de los dos Estados tiene mucho apoyo internacional y muy poca probabilidad sobre el terreno

¿Qué es Palestina hoy? Tras los Acuerdos de Oslo, se dividió Cisjordania en tres áreas: la A, que representa un 18% y está controlada totalmente (al menos sobre el papel) por la Autoridad Palestina (AP); la B, que representa un 22% y donde la AP administra los asuntos civiles e Israel la seguridad; y la C, que representa un 60% y es de control total israelí.

En la práctica, Israel gobierna militarmente las tres áreas, mantiene en una situación de subordinación al débil gobierno palestino y ha promovido la construcción de asentamientos ilegales desde hace décadas. Hoy Palestina es Gaza, una región en ruinas gobernada por un grupo terrorista, y 165 «islas» en Cisjordania con autogobierno limitado y rodeadas por un mar de control militar israelí.

El reconocimiento del Estado palestino, por lo tanto, es menos el reconocimiento de una soberanía que una manera de obligar a Israel a que desocupe Cisjordania y Jerusalén Este, que conquistó tras la guerra de 1967. Es un objetivo legítimo y, a la vez, improbable en el medio plazo. No está claro de qué hablamos cuando hablamos de Palestina; sí que está claro qué es lo que debería ser.

ARTÍCULOS RELACIONADOS

(Casi) todos perdemos

Alberto Núñez

La actualidad mundial sigue estando marcada por las consecuencias del conflicto que se está viviendo en Gaza e Israel.

COMENTARIOS

(adsbygoogle = window.adsbygoogle || []).push({});
SUSCRÍBETE A NUESTRA NEWSLETTER

Suscríbete a nuestro boletín semanal y recibe en tu email nuestras novedades, noticias y entrevistas

SUSCRIBIRME