¿Aumentan las alergias debido al cambio climático?
En la actualidad, entre un 25% y 35% de la población mundial padece algún tipo de alergia, y los expertos pronostican que este porcentaje irá subiendo hasta un 50% en el año 2050. El cambio climático se anuncia como un factor de riesgo.
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Se estima que en la actualidad entre un 25% y 35% de la población mundial padece algún tipo de alergia, y los expertos pronostican que este porcentaje irá subiendo hasta un 50% para 2050. Las alergias pueden ser multifactoriales, pero el cambio climático se anuncia como un factor de riesgo, según están mostrando distintos estudios, como el llevado a cabo en Harvard y publicado en la revista Frontiers Science.
Dicho estudio asevera que «el cambio climático está provocando un aumento de enfermedades inmunomediadas como asma, alergias, enfermedades autoinmunes y cánceres», por el efecto del calentamiento global. De acuerdo con los investigadores, los factores climatológicos estresantes impactan en el exposoma humano (la suma de exposiciones ambientales a lo largo de la vida), alterando nuestro sistema inmunitario.
Estos factores estresantes vienen por el aumento de la carga de polen, contaminación del aire, incendios forestales, tormentas de arena y polvo, tormentas eléctricas y olas de calor. Gran parte de estos factores ambientales son de tipo antropogénico, ya que el ser humano está directamente implicado en los cambios que inciden en el calentamiento global.
El estudio atribuye al estilo de vida urbano, junto a la exposición a distintos agentes químicos y la pérdida de biodiversidad, el aumento de alergias en la población mundial. Se plantea que la exposición a agentes contaminantes en el aire, el agua y los alimentos dañan la piel y las mucosas, que actúan como barrera de los agentes externos, por lo cual «este daño aumenta la penetración de alérgenos y microbios, lo que provoca un aumento de las reacciones proinflamatorias». Las alergias y el asma parecen estar estrechamente relacionadas con estos daños.
La OMS ha alertado contra los peligros del calentamiento global, que debilita el sistema inmunitario pero también se cobra vidas cada año, siendo España uno de los tres países europeos con mayor número de muertes por calor. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) determinó en su último informe que 2023 fue el año más cálido registrado hasta la fecha. La temperatura media global ha aumentado 1,45 °C por encima de los niveles preindustriales. En el continente europeo se está observando un incremento medio superior para este mismo periodo y las anomalías térmicas –nieve en primavera, calor en invierno– son cada vez más frecuentes.
Las personas que sufren de rinitis alérgica o fiebre del heno son las más afectadas por la alteración de los ciclos ambientales
El estudio de la OMM también mostró que los tres gases principales de efecto invernadero (dióxido de carbono, metano y óxido nitroso) han batido récords y se prevé que sigan aumentando si no se ponen medidas urgentes. Sumado a la pérdida de biodiversidad y la reducción de espacios naturales, la presencia de químicos y plásticos en la cadena de producción alimentaria que favorecen los procesos inflamatorios y la disbiosis bacteriana, provocan nuevas alergias e intolerancias como respuesta a un sistema inmune estresado e hipersensibilizado, que en casos extremos pueden provocar la muerte.
La emergencia climática es también una emergencia sanitaria. Según una encuesta realizada en 2023 por la Comisión Europea de Energía, Cambio Climático y Ambiente, un 93% de los ciudadanos europeos creen que el cambio climático es un problema grave y han tomado acción al respecto para minimizar su huella ecológica individual. El cambio climático es un problema que está en las agendas políticas por su claro impacto sobre la calidad de vida, las corrientes migratorias y el equilibrio medioambiental.
La fenología, que estudia la correlación entre los ciclos biológicos de fauna y flora y factores ambientales como los cambios estacionales, también da cuenta de la alteración de estos ciclos. Tanto las rutas migratorias de las aves, como los periodos de floración y los ciclos reproductivos de las mariposas se están alterando.
Las personas aquejadas de rinitis alérgica o fiebre del heno son las más afectadas por la alteración de estos ciclos, que alteran su calidad de vida. El aumento de la cantidad de polen debido a los altos niveles de CO2 y del periodo estacional de floración, que se adelanta y amplía por la subida de temperaturas, dispara la alergenicidad estacional.
Las soluciones propuestas pasan por varios ángulos. Por un lado, el fomento de la economía circular, alargando los ciclos útiles de aparatos que puedan ser contaminantes. Solo en Europa, entre 70.000 y 130.000 toneladas de microplásticos y entre 150.000 y 500.000 toneladas de macroplásticos son arrojadas al mar, según datos de WWF, siendo España el segundo país más contaminante del Mediterráneo después de Turquía.
Por otra parte, los Estados partícipes en la Cumbre Mundial sobre la Acción Climática celebrada en Dubái en 2023 acordaron abandonar los combustibles fósiles para reducir las emisiones responsables del efecto invernadero. Y diversos municipios, comunidades autónomas y aplicaciones móviles recogen los índices diarios de polen ambiental, calidad del aire y concentración de partículas, y alérgenos presentes en determinados alimentos y marcas.
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