Derechos Humanos

«Mi objetivo nunca ha sido generar empatía sino documentar la realidad»

Fotografía

Salem Rizk
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13
marzo
2024

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Salem Rizk

Sally Hayden es una periodista centrada en migraciones y refugiados. Un día, sentada en su casa en Londres, recibió un mensaje que cambiaría la voz de muchas personas. Después de años de entrevistas e investigaciones, publica su resultado en forma de libro: ‘Cuando lo intenté por cuarta vez, nos ahogamos’ (Capitán Swing, 2024), que fue ganador del Premio Orwell de Literatura Política 2022.


El título de tu obra es particular, ¿de dónde surge?

Es la cita de una de las personas a las que entrevisté, que se desarrolla dentro del libro. Mi intención general con el libro era dar voz a las personas silenciadas y asegurar que nosotros, desde Europa, oíamos las historias de tantas personas que intentan cruzar el Mediterráneo. La frase es de una persona originaria de Somalia que intentó cruzar cinco veces, y la cuarta se ahogó junto a muchos de sus familiares, de los cuales dos murieron. Él lo intentó una vez más y lo consiguió. El título busca simbolizar el trauma que estuvo viviendo durante tantos intentos, los costes de perder a familiares y amigos por este terrible camino y todas las cosas que ha tenido que vivir después de ello. La intención del libro es documentar las consecuencias de las políticas antiinmigración europeas, que dan apoyo a los guardacostas mientras miles de mujeres, hombres y niños son capturados de forma recurrente en el intento de salir de esta situación a la que les hemos condenado.

¿En qué momento tu mirada se posa en el Mediterráneo y decides escuchar las historias de tantas personas que han cruzado este mar para buscar una mejor vida?

Aún hoy me sorprendo de que este proyecto haya resultado en el libro que es. Me contactaron algunos de los futuros participantes desde centros de detención en 2018, y luego mi número de teléfono se compartió entre muchas otras personas. En ese momento yo me dedicaba a temas de migraciones y trabajaba como reportera internacional. Ser contactada por estas personas que estaban arriesgando sus vidas para contar sus historias, desde teléfonos móviles escondidos, me hizo ver que se necesitaban recolectar todas esas voces para que todo el mundo pudiera escucharlas. De repente me encontré compilando información y comunicaciones de personas que habían sido detenidas por culpa de las políticas antiinmigratorias y procuraban llegar a Europa. También fue en ese momento en el que tomé conciencia de lo que se estaba pagando con dinero del contribuyente, y de cómo era imperativo que conociéramos estos crímenes contra la humanidad que se estaban dando justo al otro lado de nuestra frontera. Me hizo sentir muy avergonzada, porque, si una reportera internacional no tenía conciencia de ello, ¿cómo debía saberlo un ciudadano europeo de otra profesión?

«Era imperativo que conociéramos estos crímenes contra la humanidad»

Tu trabajo como periodista es singular, porque te adentras en las historias personales, y las describes detalladamente. ¿Forma parte de tu forma de comprender las cosas o es un estilo escogido para despertar simpatía en el público?

Mi objetivo nunca ha sido generar empatía, no intento manipular las opiniones de nadie, sino documentar la realidad. Las historias humanas del libro son solamente una muy pequeña parte de las personas atrapadas por este sistema violento. Necesitamos mucha más información de historias concretas y personas específicas y es difícil leer el libro sin que resuene la importancia de las historias y despierte simpatía o un sentimiento de humanidad. No sabía si nadie iba a leer el libro, pero ese no era el objetivo principal: yo quería documentar la evidencia, lo que había recolectado y asegurar que se veía. Nadie pidió que fuera un libro, solamente que se contara, que se supiera la verdad. Fue, como he dicho, un ejercicio de documentación. Pero desde la publicación del libro no se ha visto ninguna intención de accountability por parte de las instituciones y esto me parece impactante.

¿Cómo es sentarse ahí y escuchar estas tremendas historias? ¿Cómo te sientes, como entrevistadora, y qué parte te llevas, después de la entrevista? ¿Tienes algún método para hacerlo más llevadero?

Hay una desconexión total entre las políticas públicas y las experiencias humanas. El término para describir las primeras es completamente deshumanizante, puesto que la gestión de la migración y de las fronteras no tiene en cuenta para nada la vivencia de la persona que está cruzando para salvarse. Hace nada el Papa Francisco comparó los centros de detención como campos de concentración, pero parece que estas declaraciones no llegan de la misma forma a la ciudadanía que a los reguladores políticos. Me han invitado a diferentes espacios de decisión, como el Parlamento Europeo, pero estoy harta de personas con grandes privilegios que creen que tienen el derecho de decidir quién muere y quién vive. Es un problema muy triste y que me rompe el alma, ¿podemos aún creer en los Derechos Humanos después de esto? Claramente, las actuales políticas migratorias no lo hacen. Tenemos personas muriendo en el Mediterráneo y vemos como lo hacen día tras día. Es mucho más urgente que muchos otros retos, pero no le damos la importancia que merece. Las instituciones europeas no parecen dispuestas a hacer nada, y mientras las personas mueren en el mar que está delante de nuestras casas. Aun así, que no todo el mundo se muestre impactado por ello no significa que el disconfort no exista.

«Hay una desconexión total entre las políticas públicas y las experiencias humanas»

De todas las narraciones, testimonios y entrevistas, ¿qué fue lo más impactante que descubriste o te fue contado? ¿Por qué lo incluiste o no en el libro?

La verdad es que, como dije, el libro es una ínfima proporción de las historias que recopilé, que a la vez son una ínfima proporción de lo que está sucediendo. Probablemente la historia más dura fue la de una mujer gambiana que vivía en Libia con su marido y sus hijos, trabajando. Su marido desarrolló un problema de corazón y decidieron cruzar el mar en busca de ayuda médica. Tenían tres hijos y ella estaba embarazada. Fueron capturados y ella dio a luz en el centro de detención. El mayor desarrolló apendicitis y tanto el niño como el marido murieron por falta de atención hospitalaria. Esta historia me rompió el corazón, porque podría haber sido evitada. Los hijos que quedaron y la madre se adhirieron a un programa de repatriación voluntaria (así lo llaman, pero de voluntaria hay poco puesto que la alternativa es el centro de detención) y nunca hubo ningún tipo de investigación al respecto, ni tampoco una rendición de cuentas de los responsables de esas muertes. En los centros de detención las personas mueren de hambre y de negligencia médica, pero no existe ninguna rendición de responsabilidades. Para mí, la historia de esta familia es innegablemente una historia de responsabilidades políticas, de políticas públicas europeas de migraciones, pero parece que nadie es culpable de ellas. Y los hay.

Después de tu experiencia y de haber recopilado esta gran cantidad de testimonios, ¿ha cambiado tu percepción del Mediterráneo como espacio contestado? ¿Y tu visión sobre las instituciones internacionales y los gobiernos?

Muchas personas ven el problema como algo que solamente sucede en el mar, pero esa es una parte muy pequeña del recorrido completo. Pensamos en el mar porque es una especie de «tierra de nadie» y es más fácil evitar señalar a culpables directos, pero la cosa es que los hay. Los traficantes, los entes políticos que hacen políticas migratorias inhumanas o todos los que mueren en el desierto son también parte de la historia. Cuando viajé con el barco de rescate estuve bajo investigación criminal durante un año, y me expuse a la paranoia de la vigilancia, pero es que la historia es muchísimo más grande. El mar es solamente un síntoma de la crisis, pero no me centré tanto allí como en otras partes, partes a las que no se les ha dado la atención suficiente hasta el momento. Soy periodista, mi trabajo no es juzgar lo que veo, sino exponerlo, sacarlo a la luz. De hecho, el libro es una apertura a la investigación y hallazgos que hice durante años de manera diaria. Hablando con organizaciones que funcionan casi sin fondos y con mucha otra gente que está trabajando diariamente con personas en situaciones extremadamente vulnerables y que se ven cuestionadas y examinadas a un escrutinio que no siempre se ha dado. Si están listos para cuestionar y examinar la situación actual, el libro expone muchas voces que ahora mismo no se escuchan, pero que gritan desde otras partes de nuestra región, al lado de casa. Es importante leer el libro para ver en qué estamos fallando, lo que no hemos anticipado y lo que las esferas poderosas no están abordando.

«En los centros de detención las personas mueren de hambre y de negligencia médica»

¿Cuál crees que es el papel de las ONG y las Naciones Unidas en la crisis migratoria que describes en tu trabajo? ¿Cómo crees que se puede mejorar la situación de los refugiados y migrantes en Libia y en otras partes del mundo?

No soy una activista, yo solamente estoy reportando una realidad. No hago propuestas para las políticas públicas, esto sería orientar lo que oigo y veo a unas intenciones políticas, que reducirían la objetividad de la información que expongo. No quiero proponer políticas, se pueden generar a partir del libro, pero esto no es ni mi rol ni mi intención. Yo quería desvelar las dificultades, quería desvelar las rutas y el sufrimiento que reside en estas, en los barcos que se devuelven llenos de refugiados y en las comunicaciones entre los guardacostas y el resto de instituciones. Si alguna cosa he propuesto en el libro es la necesidad de trackear las rutas de seguridad que todo el mundo está buscando y procurar hacerlas bien, ya que para la mayor parte de las personas implicadas las rutas actuales no son seguras. Las alegaciones en Libia y en el contexto internacional son altas, pero hay una gran presencia de aliados y organizaciones implicadas en esta estrategia de antiinmigración. Muchas de las organizaciones trabajando en el terreno que buscan mejorar la vida de las personas reciben el dinero del fondo llamado Trust Fund for Africa, que también financia muchos centros de detención. Después de todas las investigaciones, encontré que solamente Médicos Sin Fronteras no se beneficiaba de dinero europeo de este fondo, pero los demás no podían hablar públicamente del tema porque podría poner en riesgo la estabilidad de sus presupuestos, sin los que no podrían hacer toda la labor que hacen para ayudar a refugiados. Las personas migrantes y las personas afectadas por estas políticas y las organizaciones internacionales fueron abiertos a hablar, pero deberíamos haberlos puesto a hablar con personas que hacen estas políticas y que escucharan cómo las medidas brutales les afectan y los crímenes que se han cometido por culpa de este tipo de políticas. Con el fin de mantener a gente fuera de Europa se han alimentado unas estructuras de poder violentas que han causado mucho, mucho daño. Y alguien debería responder de ello.

«Los fenómenos migratorios son como un globo, cuando los aprietas por un lado se expanden por el otro»

¿Por qué es importante que se publiquen más libros que traten la crisis migratoria?

Yo escribí el libro como un libro de evidencias, para reunir, examinar y compartir la información que he recolectado a lo largo de años de investigación, y cuya finalidad es que más personas sepan sobre lo que está pasando. Creo que es imprescindible que nuestras sociedades, nuestras democracias, comprendan que existimos en un mundo, en una visión de Europa en la que se están permitiendo crímenes y torturas en las que estamos inevitable e indivisiblemente implicados. No sabía si nadie se leería el libro, ahora que está disponible en español espero que más personas lo lean y comprendan el trabajo que ha supuesto y la importancia de su edición. Yo no he hecho esto para ser rica ni famosa (estoy donando todo el dinero de los premios); lo he hecho porque creo que es importante que se hiciera.

Si, como ciudadano/a, quieres hacer algo por la causa de los refugiados en el Mediterráneo, lo mejor es que…

Todo el mundo necesita posicionarse. La primera cosa que uno puede hacer es informarse de la realidad, y decidir cuál es la mejor forma en la que se puede hacer algo. No es algo que yo pueda indicar, el libro es una invitación a hacer este primer paso, un activador de conciencias. Estoy muy agradecida del recibimiento que ha tenido en España, muchas personas están prestando atención al tema y también sé que hay mucho debate ahora mismo en el país por lo que está pasando en Canarias. Que nadie se confunda, lo que pasa en las islas es una consecuencia directa del bloqueo de la vía en Libia. Los fenómenos migratorios son como un globo, cuando los aprietas por un lado se expanden por el otro. Por ello, creo que el debate no solamente es fundamental para la región europea, sino también para España, por su rol en la imagen completa del problema.

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