Sociedad

«La menopausia es el inicio de una era brillante para las mujeres»

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08
marzo
2024

Anna Freixas es escritora feminista y profesora universitaria jubilada. Nacida en Barcelona y afincada en Córdoba, es doctora en Psicología y una de las grandes expertas españolas en envejecimiento femenino. Dirigió el Aula de Estudios de las Mujeres, transformada luego en la Cátedra Leonor de Guzmán. Después de éxitos como ‘Tan frescas. Las nuevas mujeres mayores del siglo XXI’ (Paidós, 2013); ‘Abuelas, madres, hijas. La transmisión sociocultural del arte de envejecer’ (Icaria, 2015); ‘Sin reglas. Erótica y libertad femenina en la madurez’ (Capitán Swing, 2018) y ‘Yo vieja. Apuntes de supervivencia para seres libres’ (Capitán Swing, 2021) llega ‘Nuestra menopausia. Una versión no oficial’ (Ediciones Paidós, 2024), donde la autora reflexiona sobre esta etapa vital para todas las mujeres.


¿Por qué, hasta la fecha, no se ha puesto atención académica y reflexiva en el campo del envejecimiento de las mujeres?

Esta es una pregunta extraña, pero que recibo a menudo. En estos días, la esperanza de la vida aumenta, y la vida de las mujeres ha empezado a ser mucho más pública y significativa. Esto ha hecho que vayamos acumulando derechos en el último sitio, y que la situación de poder haya cambiado. Las mujeres hemos podido ir a la escuela, formarnos, tener acceso al mercado laboral… En general, tener presencia social, política y cultural. Estos dos hechos han evidenciado que del envejecimiento de las mujeres sabíamos poco, más que nos vestíamos de negro, nos poníamos un moñito y fin de la historia. Pero estudiar sobre la vejez es estudiar sobre la vida.

«Estudiar sobre la vejez es estudiar sobre la vida»

Existe la creencia de la menopausia como un tabú: ¿crees que es cierto? ¿Por qué se ha mantenido así?

Todos los temas relacionados con los cuerpos de las mujeres han sido tabú. La menopausia, claro, pero también la regla. ¡Nadie hablaba antes de la regla, ni mucho menos de sus efectos, verdades y mitos! Así, la menopausia sigue un poco el mismo camino. En la medida en que nuestra vida se ha ido transformando también hemos podido decidir de qué cosas queremos hablar. Hemos empezado a darnos cuenta de que nuestras inquietudes eran algo normalizado en la vida de las mujeres, un proceso similar que todas vivíamos en silencio, pero del que no había ninguna necesidad.

En el libro dices que «no es el principio del fin, es la resurrección»? ¿A qué te refieres? ¿Crees que este momento puede ser emancipador para la mujer?

En la vida de la mujer, la regla ha sido definida como un momento crítico, pero no porque realmente lo sea, sino porque así ha interesado al negocio para mantenernos asustadas y hacer más dinero a nuestra costa. Lo que realmente ocurre con la menopausia es que pasamos de ser esas personas con poca visibilidad social, política y cultural a ser mujeres dueñas de nuestra vida, sexualidad y tiempo. A partir de este momento podemos decir que las mujeres vivimos un tiempo de gran capacidad, un momento en el que podemos hablar de nosotras mismas. Como digo en el libro, no es el principio del fin, sino que podemos decir que es la entrada a una vida nueva, de ser nosotras mismas sin las opresiones de la feminidad, la heterosexualidad, de lo que pueda gustar a los hombres, pendientes siempre de lo que la visión masculina pueda pensar de nosotras. Sin esta tensión para ser la elegida sexualmente o tener una visibilidad política, la menopausia para las mujeres, al contrario de un período tan negro como nos lo habían retratado, es el inicio de una era brillante para las mujeres. Como decía Margaret Mead, «esa brillante energía de las mujeres postmenopáusicas».

«Pasamos de ser esas personas con poca visibilidad social, política y cultural a ser mujeres dueñas de nuestra vida, sexualidad y tiempo»

En tu obra también haces referencia a la industria menopáusica, y este tema, junto a la violencia obstétrica del momento vital, son algunos de los temas más silenciados. ¿Qué debería saber el público general acerca de este momento?

La menopausia no es ni más ni menos que dejar de tener la regla, lo que ocasiona un descenso en la producción de hormonas que empezaron a surgir en la adolescencia, donde el cuerpo se preparaba para ser fértil. Ahora, como ya no necesita estas hormonas, el cuerpo se regula para redirigirlas a otro nivel. El proceso a través del cual dejamos de ser fértiles y seguimos la vida como antes no tiene por qué suponer un final. Ahora las mujeres menopáusicas tienen mucha más energía y menos preocupaciones porque el tema reproductivo ya no les concierne. Existen muchas lecturas de este momento, pero yo creo que es el inicio de un buen tiempo para las mujeres. No sé si llegaría a decir que nos libramos de una carga, pero sí que entramos en una etapa de vida que es significativa, en la que podemos ser más libres, más afirmativas, y estar más seguras de nosotras mismas porque no tenemos que estar tan pendientes o temerosas de gustar o no gustar. Es otro punto de la vida en la que seguimos siendo nosotras mismas.

¿Cómo se relaciona el edadismo con la menopausia? ¿Cuál es el mayor estereotipo falso hacia la mujer vieja?

El edadismo es la discriminación a personas mayores por el simple hecho de ser mayores. Es muy interesante darnos cuenta de que el edadismo permea toda nuestra vida, tanto de la gente joven como mayor. En este sentido, las mujeres menopáusicas tenemos que hacer frente también a este momento, al hecho de que una mujer no vale más o menos por ser más o menos vieja o joven, sino que lo hace en la medida en la que es capaz de desplazarse por la vida en sabiduría y buen hacer. A veces, las mujeres se acercan a la menopausia con un temor, pero el objetivo de mi libro es ofrecer una visión de la menopausia que proviene de las palabras de las propias mujeres, de lo que definen ellas mismas y la manera en cómo desdramatizar este momento vital. Claro que su realidad cotidiana puede ser diferente, pero no es en absoluto una imagen tan negativa como la que arrastran muchas mujeres por este temor patriarcal de desaparecer del mapa y que solamente las chicas jóvenes reciban atención.

«Muchas mujeres ya no quieren repetir historias aburridas y tristes con señores muy poco motivantes»

La erótica es otro de los grandes tabúes. En una sociedad en la que sexo y procreación ya no van necesariamente de la mano, ¿por qué la erótica de la mujer menopáusica se describe como hipotecada?

Tengo un libro sobre este tema que se llama Sin reglas, editado por Capitán Swing, en el que recopilo las visiones de más de 700 mujeres sobre la menopausia. La erótica puede estar hipotecada por muchos temas, sea porque en un momento la mujer decide que este es un tema que ya no le interesa, porque su relación con su pareja no es interesante, porque no tienen pareja, porque les parece un tema muy poco motivante o porque el mercado, especialmente el de las mujeres heterosexuales, se estrecha mucho por el deseo de hombres mayores en mujeres más jóvenes. Esto hace que para muchas mujeres encontrar una pareja sexualmente interesante con la que puedan sentirse a gusto y motivadas sea todo un torneo. Y claro, también hay que tener en cuenta que muchas mujeres ya no quieren repetir historias aburridas y tristes con señores muy poco motivantes.

¿Cómo podemos cambiar la percepción de la menopausia y sus estereotipos actuales?

Un hecho muy importante es hablar de la menopausia. Cuando las mujeres hablan de la menopausia el tabú sobre esta se estrecha. Deberíamos llegar a un punto en el que una directiva de una gran corporación en etapa menopáusica pueda tener un sofoco enorme, sacar el abanico y que pueda gozar tranquilamente de ello. Hay que activar y reclamar más el orgullo menopáusico: «Tengo la menopausia, no me he muerto y estoy estupendamente». Es un camino normal, en el que no pasa nada, simplemente ya no puedes reproducirte, y en este sentido creo que es un buen momento de la vida de las mujeres. Hablando de ello, entre nosotras ya hemos construido mucho conocimiento y ciencia. Es justamente a partir de las preguntas, de las confesiones, de hablar, que hemos abierto preguntas científicas. Cuando las mujeres hablamos de lo que nos pasa, las cosas pasan a tener un nombre y las discriminaciones y malos tratos se convierten en violencia.

«Lo que realmente viene después de la menopausia son 40 años de vida, que no se pueden vivir desde la depresión ni el miedo»

Al final del libro, terminas con una frase optimista, animando a las mujeres a alegrarse de entrar en esta etapa. ¿Crees que hay motivos para alegrarse de la llegada a este punto de la vida o que, al contrario del terror con el que se suele afrontar tradicionalmente, debemos aprender a quererlo como un momento más?

Una mujer debe quererse a sí misma, no deprimirse con los intereses económicos que intencionalmente la asustan en la entrada en esta etapa para que se sienta presionada a opresiones económicas y personales. Escuchando a otras mujeres que han vivido la menopausia y que te dicen que esto es lo mejor que les ha pasado en la vida puedes encontrar un gran apoyo. Escuchando, hablando, viendo y compartiendo las mujeres pueden llegar a afirmarse y quererse a sí mismas, a comprender que el león no es tan fiero como lo pintan y que lo que realmente viene después de la menopausia son 40 años de vida, que no se pueden vivir desde la depresión ni el miedo. Al contrario, es un momento vital que tiene que ser vivido de forma significativa, con una vida plena y buena, que vas a construir tú misma sin presiones, pero también sin la ayuda de nadie. Si estás dispuesta a que te depriman, pues vale, pero vivir de la mejor manera posible estos años puede ser algo muy interesante.

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