Internacional

Por qué el mapamundi no refleja el mundo como es

Creada en 1569, en pleno apogeo de los imperios europeos, la representación cartográfica de Mercator sigue vigente actualmente, pese a que está comprobado que distorsiona las proporciones del planeta.

¿QUIERES COLABORAR CON ETHIC?

Si quieres apoyar el periodismo de calidad y comprometido puedes hacerte socio de Ethic y recibir en tu casa los 4 números en papel que editamos al año a partir de una cuota mínima de 30 euros, (IVA y gastos de envío a ESPAÑA incluidos).

COLABORA
12
enero
2024

¿Puede la creación de un mapamundi de hace 500 años mantenerse como la versión más fidedigna hasta el día de hoy? No solo es que pueda, sino que ocurre así, pese a que está más que comprobado que presenta una distorsión visual del planeta. En 1569, el geógrafo, matemático y cartógrafo alemán Gerardus Mercator publicó su proyección cartográfica, la utilizada en todos los libros de texto, que comenzó a usarse a partir de entonces para trazar las rutas de navegación marítima.

Es evidente que la representación de una esfera en una superficie plana es difícil, pero el hecho de que los continentes no reflejen las medidas reales supone que tengamos una visión errónea del mundo: en el mapa Mercator, a medida que las regiones se alejan del Ecuador, sus dimensiones son menos realistas. Este es el motivo por el que, por ejemplo, Groenlandia aparece en dimensiones gigantescas, cuando su tamaño es menor que el de Argentina. En la parte contraria, África se muestra mucho más pequeña de lo que es: dentro del continente cabrían China, Estados Unidos y gran parte de Europa.

Algunas otras importantes distorsiones serían que Europa (de 9,7 millones de kilómetros cuadrados) aparece mayor que América del Sur (17,8 millones de kms cuadrados); el Ecuador no aparece en el centro del mapa, sino mucho más al norte. La península escandinava (1,1 millones de kms cuadrados) se representa mayor que la India (3,3 millones kms cuadrados); o la ya mencionada Groenlandia (2,1 millones de kms cuadrados) que aparece en el mapa mayor que China (9,5 millones de kms cuadrados).

A medida que las regiones se alejan del Ecuador, las dimensiones del mapa Mercator son menos realistas

Pero las consecuencias de una proyección errónea van más allá de que en los centros educativos se perciba una imagen del mundo que no se corresponde con la realidad. La concepción del planeta que mostraba Mercator favorecía los intereses de las potencias dominantes del siglo XVI, situando en el centro a una Europa poderosa, que en realidad no está el punto medio. Además, la proyección, centrada casi por completo en el hemisferio norte, nos lleva a pensar que todo se concentra en esta parte del planeta y que el sur se encuentra prácticamente deshabitado, cuando, claramente, no es así.

En su libro Cómo mentir con los mapas (1991), Mark Monmonier explica que las naciones pueden mejorar las características del mapa que apoyan su causa y suprimir otras de aquellas que no lo hacen, aunque se ofrezca la apariencia de mapa oficial. Por su parte, en Deconstruyendo el mapa (1989), J.B. Harley explica que los mapas nunca son verdaderamente objetivos, a pesar de lo que puedan afirmar quienes cartografían. Algunas críticas que se vierten sobre la proyección de Mercator caminan en esta dirección: la intención del mapa pasa por embellecer y engrandecer imperios en plena expansión colonialista. Favorecer, en definitiva, la imagen de los territorios dominantes de la época.

«Son los países del Tercer Mundo, los estados excoloniales, las naciones de los pueblos negros los que resultan perjudicados por el mapa MercatorEste mapa es una expresión de la época de europeización del mundo», afirma el historiador alemán Arno Peters en relación a la creación de Mercator. Por ello, y atendiendo a esta situación, elaboró un mapa que se mantenía fiel a la superficie de los países, pero no a sus formas, que se antojaban excesivamente rectas. En cualquier caso, lo cierto es que presentar el mundo bajo este nuevo foco instaba a cuestionar la distribución mundial de la riqueza, los recursos y el poder político, pues muchos países adquirieron la relevancia que hasta el momento no se les había otorgado.

A día de hoy, una de las proyecciones mejor consideradas es la del también alemán Winkel-Tripel, presentado por Oswald Winkel en 1921. Este mapa apuesta, al contrario del de Gerardus Mercator, por la denominada «proyección cartográfica azimutal modificada», es decir, proyecta la esfera sobre un plano tangente a la misma en un punto seleccionada. El resultado obtenido con este método parece más correcto que ningún otro.

 

ARTÍCULOS RELACIONADOS

La cuestión de África

Mariana Toro Nader

¿A qué se debe que la cobertura mediática sobre África sea limitada hasta que ocurre una catástrofe?

El feminismo que viene

Esther Peñas

Hay que involucrar a los hombres. No hay otro modo posible de conseguir lo que es de justicia.

COMENTARIOS

SUSCRÍBETE A NUESTRA NEWSLETTER

Suscríbete a nuestro boletín semanal y recibe en tu email nuestras novedades, noticias y entrevistas

SUSCRIBIRME