Sociedad

La tragicomedia de ser ‘veggie’ en España

El 12% de la población de nuestro país dice ser vegana, vegetariana o flexitariana, mientras que en 2017 este grupo no superaba el 8%, y a finales del siglo pasado casi ni se contemplaba serlo. ¿Hacia dónde apunta esta tendencia?

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27
noviembre
2023

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Hace cinco años, el youtuber Ismael Prego (especialmente conocido como Wismichu) sembró el caos en el Festival de Cine de Sitges. Allí presentó su esperadísima ópera prima, Bocadillo, que empieza con el diálogo entre un camarero y un cliente: «Quería un bocadillo vegetal». El tipo tras la barra asiente, se gira y pega un grito a los de cocina: «¡Vegetal de atún!». «No, no, vegetal, sin atún», corrige el cliente. Y el camarero, de nuevo, grita: «¡Vegetal de pollo!». «No, no, un bocadillo vegetal, sin pollo». Esta conversación se repite en bucle durante más de una hora seguida, y de repente, los créditos finales… ¿Qué tendría un bocadillo para convertirse en el eje de una maniobra de crítica social?

El rifirrafe por un simple almuerzo es la caricatura de una situación por la que pasan muchas personas en España cuando salen a comer fuera de casa. No solo faltan opciones vegetales –vegetales de verdad– sino que hay quienes se resisten a aceptar de una vez por todas que cada vez hay más gente que aparta la carne de su dieta. Y es normal que cueste, pues España está entre los países que más carne come del mundo. Según el Ministerio de Agricultura, se consumen casi 50 kilos de carne por persona al año, muy lejos de las recomendaciones de la OMS que dice que la cifra debería ser 21 kilos. Además, se espera que este consumo aumente un 14% para el año 2030, a medida que la población mundial supere los 9.000 millones de personas, según la ONU.

A pesar de nuestra tradición carnívora, el guiño de Wismichu llegó a todos los públicos, entre los que hay cada vez más representantes de la cultura vegetariana. En España, más de cinco millones de personas se consideran veganas, vegetarianas o flexitarianas, según el informe The Green Revolution. Esto supone un 12% de la población total, de la cual entre 200.000 y 300.000 son veganas, es decir, un 0,7%. La edición de 2017 de este mismo informe apuntó que menos del 8% de las personas encuestadas en España pertenecían a uno de los tres grupos. Por tanto, sí parece haber un cambio de actitud, y no solamente por parte de los consumidores.

Demanda y oferta en auge

Por otro lado, un informe elaborado por Nielsen y ProVeg International, de 2019 a 2021 hubo un incremento del 48% en el consumo de productos de origen vegetal en España, que marcó un crecimiento récord. Asimismo, se estima que el valor de mercado de los productos derivados de proteína vegetal se quintuplicará en los próximos años, por lo menos hasta el año 2030. Sobre estas cifras, la directora de Comunicación de ProVeg España, Verónica Larco, asegura que «en los últimos años hemos visto cómo la oferta vegetal ha crecido enormemente en grandes cadenas de comida, y podemos confirmar que son muy bien recibidas por la población vegana. De hecho, un 60% de ella las consume de vez en cuando. A su vez, más de un 63 % afirma que, en general, en el sector hostelería, cuando preguntan por opciones veganas, se encuentran con el desconocimiento del personal».

La principal razón para elegir este estilo de alimentación es el bienestar animal, seguida del medio ambiente, la salud y la justicia alimentaria

Quizás la tragicomedia del «vegetal de atún» no está tan alejada de la realidad, o al menos de la realidad de muchos. A grandes rasgos, y por lo que sugieren las encuestas, la persona española veggie tipo es claramente mujer, de en torno a los 30 años de edad, con estudios universitarios, vive en una capital, con pareja y lleva este tipo de alimentación desde hace más de cinco años. Ahora bien, ¿a qué se debe este cambio de mentalidad? La principal razón para seguir un estilo de vida vegetariano/vegano es el bienestar animal, dice el último informe de ProVeg Internacional y VeganaGal, opción elegida por el 98% de las personas encuestadas. El medio ambiente también es otra de las grandes razones (76,93 %) y algo menos de importancia se le da a la salud propia (38,62 %) y la justicia alimentaria/social (37,66 %). Aparte, tanto las redes sociales como películas, series y otros contenidos audiovisuales resultaron clave en la transición de al menos la mitad de los encuestados.

En definitiva, hay datos –aunque exclusivamente recogidos por entidades proveggies– que revelan un cambio progresivo de mentalidad en España con respecto a la cultura vegetariana y vegana. Es un cambio que se manifiesta en la forma en que las personas eligen comer, hacer la compra o interactuar con el entorno, algo que indudablemente refleja una mayor apertura hacia prácticas respetuosas con el planeta y con el resto de seres vivos con los que, precisamente, compartimos este planeta.

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