Las finanzas verdes toman forma(ción)

La transición ecológica avanza a velocidad de crucero. Tras unos primeros pasos plagados de dudas y escepticismo, el compromiso con la creación de un nuevo sistema productivo que contribuya a detener el desgaste del planeta ya se sitúa en el centro de gran parte de las agendas corporativas. Cada día supone una pequeña muestra de hasta qué punto es necesario un cambio que, por magnitud y trascendencia, precisa del compromiso general de todos los niveles y sectores de la sociedad, desde la Administración pública hasta la ciudadanía.

Algunos sectores resultan, por su naturaleza, especialmente estratégicos. Es el caso de las compañías financieras, que son una suerte de bisagra entre las ideas y las acciones y una palanca de cambio cuyo papel de nexo entre individuos, capital y empresas resulta imprescindible para favorecer (o frenar) esa transformación. Lejos de rehuir ese protagonismo, el sector financiero avanza hacia el liderazgo en materia de transición ecológica desarrollando una capacidad facilitadora a través de inversiones que ayudan a hacer rodar la maquinaria de la sostenibilidad.

De hecho, según el Informe Anual OFISO elaborado por el Observatorio Español de la Financiación Sostenible, en 2022, las finanzas verdes en España alcanzaron la cifra récord de 60.134 millones de euros, con un incremento del 9% anual. La máxima es clara: si la banca identifica, cuantifica y repercute en precio y capital los riesgos climáticos mientras facilita el acceso a la financiación de aquellas actividades que contribuyen a la transformación sostenible, impulsa una suerte de inercia hacia una economía verde.

En 2022, las finanzas verdes en España alcanzaron la cifra récord de 60.134 millones de euros

Esta capacidad supone a su vez una importante responsabilidad que encuentra en la formación a su mejor aliado. La nueva banca sostenible debe, en primer lugar, predicar con el ejemplo y adentrarse como sector en la transición ecológica. Para ello precisa un conocimiento exhaustivo que permita generar y entender los recursos financieros que responden a las urgencias climáticas y que impulsan, al mismo tiempo, un ecosistema externo capaz de interpretar el mensaje.

Conscientes de la trascendencia de este proceso, desde CaixaBank están implementando un plan de formación en sostenibilidad. Este programa reforzará y mejorará el conocimiento experto de sus empleados –llegará al 100% de la plantilla en 2023– sobre las nuevas oportunidades de negocio en torno a la descarbonización de la economía y sobre los riesgos asociados al cambio climático y cómo se relacionan con su actividad. Una formación que, además, profundiza en los riesgos que genera la propia transición del sistema y las medidas que se deben adoptar para hacer frente a dichos retos financieros.

El de CaixaBank es el reflejo de la metamorfosis en el sector, un proceso en el que la banca necesita el compromiso del resto de actores, pero desde el que demuestra que, más allá de las ideas, una nueva economía verde ya está tomando forma.