Comunicación política, ¿atacar o conectar con la audiencia?

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Juanfran Velasco

Año 2007. El PP boicotea al Grupo PRISA y anuncia que no acudirá a programas o tertulias ni concederá entrevistas a periodistas de este grupo. Año 2019. Vox anuncia una lista de medios y periodistas vetados en su sede y a sus mítines. A las críticas a los medios de comunicación se suma Unidas Podemos en los últimos años. Y este 2023 se lanza también a este escenario el PSOE, cargando contra algunas cabeceras. Durante este tiempo, hemos visto hasta campañas institucionales señalando a presentadores de televisión y medios respondiendo con más fuerza, sin tapujos. El enfrentamiento no es nuevo, pero ¿funciona?

A lo largo de mi carrera gestionando la comunicación de muchas marcas y en muchos eventos de todo tipo he visto cómo se menospreciaba a determinados formatos por el tipo de contenido, a pesar de que tuvieran audiencias millonarias, como los programas del corazón. En el terreno político, todo cambió cuando en 2014 un incipiente Pedro Sánchez entró por teléfono en Sálvame a raíz de las críticas sobre el Toro de la Vega. El evento taurino sigue celebrándose, pero la forma en la que el entretenimiento empezó a hablar de política cambió.

Cada vez más formatos de entretenimiento incluyen temas políticos en sus escaletas, aunque los mayores ataques que estamos viendo se producen contra los formatos informativos: el mundo al revés (o dicho de otro modo, la pesadilla de cualquier directivo de comunicación, relaciones públicas o responsable de prensa).

La comunicación y las relaciones públicas deben enfocarse en alcanzar a la audiencia de manera efectiva, adaptando el mensaje a sus características

Porque cualquier persona que se dedique a este sector no deseará que la «marca» para la que trabaja pierda una oportunidad de hacer llegar a su mensaje a una audiencia que puede tener algún sesgo por afinidad ideológica, pero que ni siente ni consume siempre lo mismo. Así, es mucho más interesante adecuar y adaptar el mensaje a tu audiencia, lo mismo que ocurre cuando se está, por ejemplo, en un formato juvenil o en un evento para mayores. Las estrategias de comunicación ya no solo exigen pensar en edad, sino en un concepto de diversidad más amplio, incluida la del pensamiento. La diversidad de pensamiento es un aspecto fundamental en una sociedad plural y democrática: resulta más beneficioso convencer y demostrar, en lugar de señalar y atacar.

Estas estrategias significan también conocer las tendencias en el mundo digital. A pesar de los grandes avances sociales, la industria de la creación de contenido ha puesto de moda estilos de vida más tradicionales y conservadores. Verdeliss fue una de las primeras. Las llaman «pititas» y se han hecho muy fuertes, mientras en otros grupos de la influencia digital abundaban las cancelaciones por entrevistar a una persona u otra sin conceder la virtud de la imperfección y la equivocación. Se han apoderado del relato de la felicidad o, mejor dicho, el de la serenidad, mientras para otro grupo la diversión ha sido mofarse de «los manolos». Una buena comunicación no puede funcionar desde la superioridad moral, sino que debe combinar conocimiento y técnicas de emoción.

En definitiva, a lo largo de los años hemos sido testigos de enfrentamientos y boicots por parte de diferentes actores políticos hacia los medios de comunicación. Sin embargo, es importante reflexionar sobre la pertinencia y efectividad de estas estrategias de ataque y cancelación. La comunicación y las relaciones públicas deben enfocarse en alcanzar a la audiencia de manera efectiva, adaptando el mensaje a sus características y preferencias, en lugar de descalificar a los medios y periodistas con los que se pueda tener diferencias ideológicas. La importancia de una buena estrategia de comunicación y relaciones públicas radica en la capacidad de conectar con la audiencia, adaptar el mensaje y evitar los enfrentamientos y ataques, que solo generan división y confrontación. El respeto, la búsqueda de la conexión y el entendimiento son fundamentales para promover un diálogo constructivo en nuestra sociedad.

Juanfran Velasco es experto en comunicación.