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«El problema de los Estados Unidos son las instituciones»

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24
mayo
2023

 Josep M Colomer (1949) analiza en su último libro, el ensayo ‘La polarización política en Estados Unidos‘ (Debate), los retos institucionales, políticos y sociales de Estados Unidos. Conversamos con el politólogo, economista e investigador sobre sus conclusiones. 


Desde la llegada de Donald Trump al poder y sus políticas, algunos movimientos en Estados Unidos, como el confederado, han cobrado intensidad. ¿Hay riesgo de ruptura y de guerra civil, como han apuntado algunos expertos?

El conflicto interno en Estados Unidos es crónico, no es de ahora. Se tiene un poco el recuerdo, la imagen o las memorias de que durante algunos años desde la Segunda Guerra Mundial hasta el final de la Guerra Fría había paz interna, los dos grandes partidos cooperaban, tenían un enemigo común interno que les hacía cooperar. Esto se ha perdido en los últimos treinta años. Tras la Guerra Fría ha habido mucho más conflicto interno que antes. Pero, si se mira más atrás, si acudimos al siglo XIX o principios del siglo XX, el conflicto era permanente. Desde mi punto de vista, estaba inducido por el sistema institucional, por la separación de poderes entre el Presidente (ejecutivo) y el Congreso (legislativo), y un sistema de solo dos partidos, donde uno de ellos se apalanca en la Casa Blanca y el otro en alguna de las cámaras y se bloquean mutuamente. Pues esto acabó provocando en 1861 la Guerra Civil, que fue una de las más cruentas de la Historia. Hubo un gran tema, la esclavitud, que fue, además, un conflicto muy agudo. Pero la Guerra Civil no surgió en EEUU de un día para el otro, sino que ya venía de varias décadas de creciente beligerancia entre políticos y partidos.

¿Y en la actualidad?

Ahora estamos un poco en otra versión de lo mismo. Cuando se dice que «la violencia actual del 6 de enero de 2021 no tiene precedente…». ¡Sí tiene precedente! Y más grave, muchísimo más grave. Estamos en una fase peligrosa, indeseable, por supuesto, pero apuesto a que no puede haber una guerra civil como la que hubo en el siglo XIX. Sobre todo, porque tampoco existe un tema tan fuerte como el de la esclavitud que dividía el país en dos partes. La gente también está más educada y es menos violenta que en aquella época. Pero que exista esta creciente tensión y conflicto hay que entenderlo por una tradición que viene desde el principio del país, desde la Constitución, que fue diseñada de esta manera, con poderes separados y sólo dos partidos, que incentiva y genera el conflicto.

En La polarización política en Estados Unidos señala las incoherencias y desatinos del sistema político norteamericano: el desequilibrio entre los poderes presidenciales y de las Cámaras, el sistema de gestión por estados, la «domesticación» de la democracia. ¿Es, Estados Unidos, una democracia, una monarquía, una tiranía, un país único, un conglomerado gestionado de la mejor manera posible? ¿Qué es, exactamente?

Estados Unidos es un invento muy novedoso y creativo para su época. A finales del siglo XVIII, hacer una república en un país que ya en aquel entonces era grande (las trece colonias que se habían declarado independientes de Reino Unido, y que, por cierto, no tenían en origen mucho en común). Luego, se fueron expandiendo hasta el Pacífico sumando cincuenta Estados. Lo normal en el siglo XVIII es que hubiese sido una monarquía. Era, de hecho, lo típico en todas partes. Entonces, hacer una república consistió en un invento sin muchas referencias en las que inspirarse y sobre las que corregir fallos. Creo que cometieron un par de errores graves y pagaron la novatada. Uno fue no entender el sistema británico pensando que en época de la independencia aún era como había sido mucho tiempo antes, una monarquía en la que el rey era el jefe del Ejecutivo, cosa que ya no era cierto entonces (era ya un régimen parlamentario como lo es hoy: el rey o la reina es una figura diplomática y ceremonial, pero el jefe del Ejecutivo es el Primer Ministro que se basa en el Parlamento y, por tanto, hay unidad de poderes entre el Gobierno y el Parlamento, en vez de separación de poderes, como hicieron en los Estados Unidos). El otro error fue establecer el liderazgo de solo dos partidos. La mayor polarización en el país es la elección presidencial y ahí solo caben dos candidatos viables que acaba por conducir a esto, a unas instituciones separadas que se bloquean mutuamente. Otras ex colonias británicas que se declararon independientes más tarde no cometieron los mismos fallos. Canadá, Australia, Nueva Zelanda e incluso la India son regímenes parlamentarios, o sea, entendieron mejor el sistema británico.

«En los Estados Unidos, la política más importante ha sido siempre la política exterior»

Respecto qué es Estados Unidos, inicialmente fue una república, que es una manera de decir que no iba a ser una monarquía. Los padres fundadores, como llaman allí a quienes redactaron la Constitución, no querían una democracia. La democracia en aquella época la entendían como la democracia directa, es decir, como las asambleas de ciudadanos, como en los cantones suizos. Y ese sistema les parecía muy peligroso, lo deseaban evitar de cualquier manera. Así que hicieron una república presidencialista, con separación de poderes, derechos de voto inicialmente limitados, que se fue democratizando. Con el tiempo se fueron ampliando estos derechos.

Ya desde los inicios del país norteamericano en 1776, Estados Unidos surgió con una mirada adanista, como un nuevo mundo. Gran Bretaña, Francia, España, Alemania y Rusia han sido, en este orden, los grandes rivales del gigante atlántico a lo largo de su historia. Teniendo en cuenta esto, ¿es posible una relación sana entre la Unión Europea y Estados Unidos?

En el mundo actual, la Segunda Guerra Mundial, junto con la creación de la OTAN, fueron ambos acontecimientos muy importantes para el vínculo entre Estados Unidos y Europa. La OTAN es, de hecho, la mayor alianza militar que hay en el mundo. Cuando vemos el resurgir de China y el intento de Rusia de no desaparecer del todo e intentar ser otra vez una potencia que tenga voz en el mundo, se ve que la mayor cohesión se encuentra entre Estados Unidos y Europa, sin ninguna duda. Ojalá fuésemos un mundo más multipolar. Un mundo bipolar como durante la Guerra Fría, donde hay dos grandes bandos, si encima poseen armas nucleares, es muy peligroso. Y un solo poder hegemónico como parecía que era el caso de Estados Unidos después de la Guerra Fría tampoco es bueno porque los gobernantes del país se creen que pueden gobernarlo todo y hacer cosas absurdas como la de Irak o Afganistán. Por tanto, esta última tampoco es una fórmula muy pacífica. Yo creo que la experiencia demuestra que cuando hay varios poderes que se compensan mutuamente, como sucedió en Europa durante casi todo el siglo XIX, y ninguno de ellos es capaz de imponerse sobre los demás se produce un equilibrio en el que suele haber menos conflictos. Estados Unidos, la Unión Europea, Rusia, China, India, esta última muy importante, ya que es la mayor democracia del mundo y cada vez está tomando iniciativa en el cambio internacional. Estos cinco poderes podrían hacer que ninguno de ellos tuviese la audacia o la temeridad de invadir a otros países y podría mantenerse una cierta balanza mundial en paz.

¿Hay diferencias en política interior y exterior entre demócratas y republicanos?

En Estados Unidos, la política más importante ha sido siempre la política exterior. Y esa ha sido la tónica general. Mientras el dólar sea la gran moneda de cambio mundial la economía del país no colapsará. Así que en esta dimensión del hacer político los dos grandes partidos, demócratas y republicanos, están muy de acuerdo. Si se tiene muy claro cuáles son los socios y los enemigos de Estados Unidos, ambos partidos cooperan. Ahora, con la guerra de Ucrania, hay dudas. Por ejemplo, sobre cuánto tiempo va a durar. Algunos republicanos comienzan a decir que es demasiado cara, etcétera, pero en cuanto al acuerdo sobre la posición del país respecto de la guerra, no hay acuerdo. Ahora bien, a partir de los años noventa se alentó un debate sobre si la política exterior es o no importante para Estados Unidos. Entonces se alentaron los problemas interiores que no están resueltos y que sustituyen la política exterior por las cuestiones sanitaria, educativa, étnica, de fronteras, de control de armas, de sexo, de familia y una larga lista de temas que están ahora en el debate público. Por esta separación de poderes que posee el sistema norteamericano, gran parte de estos problemas internos no se resuelven a lo largo del tiempo. Pero la política exterior es la que tradicionalmente ha hecho la unidad interior. Yo veo algo de nostalgia a veces si volviese a existir otro enemigo muy claro, que no lo hay.

¿Puede decirse que hay alguna especie de «izquierda» política, de movimiento de los trabajadores, en el país? Es más, ¿cuál es el peso político de la clase obrera y de los inmigrantes en Estados Unidos?

Todos los norteamericanos son inmigrantes o hijos o nietos de inmigrantes y todo el mundo está representado allí. Yo vivo en Washington y allí todavía más, al ser una ciudad super internacional, con gente de todos los países del mundo, donde se hablan toda clase de idiomas. La inmensa mayoría de los habitantes de los Estados Unidos conocen muy bien esta realidad y por eso no hay graves conflictos con los inmigrantes a nivel social. Por supuesto, hay tensión, pero se percibe otra mentalidad. La gente que ha huido de la miseria, de la pobreza o de la falta de futuro cuando llega allí, como ocurre siempre en la vida, el sueño americano no es tan bonito como parecía en un principio, pero lo siguen buscando. Cambian de trabajo, de ciudad, de estado, etcétera, en esa dinámica de cambio y de búsqueda perpetuas que caracteriza al país.

«Todos los norteamericanos son inmigrantes o hijos o nietos de inmigrantes y todo el mundo está representado en el país»

Lo que hay es un problema de control de fronteras, en concreto de la frontera sur. Pero es un problema porque hay más candidatos a inmigrantes ilegales que nunca, en especial de México, de América Central y de Cuba, ahora mismo, y de todo el mundo, en realidad. Las tensiones raciales con los descendientes de esclavos, que es el gran tema pendiente, cada vez son menores: representan en estos momentos alrededor del 10% de la población del país. Entonces no hay tampoco una gran fuente de conflicto. Esta realidad tiene que ver también con lo que me preguntaba sobre la clase obrera. Cuando se crearon los sindicatos y los partidos socialistas en Europa a finales del siglo XIX fue también uno de los periodos de masiva inmigración hacia los Estados Unidos. Y esa mentalidad inmigrante de buscarse la vida por uno mismo evitó la creación del partido socialista allí. Sí hubo intentos, pero mucho más débiles. A principios del siglo XX, el Partido Progresista creado por el expresidente Theodore Roosevelt fue lo más parecido que pudiera haber habido a los partidos socialistas de Europa. Fracasó estrepitosamente (aunque es verdad que también lo boicotearon mucho). Los sindicatos, por su parte, sí existen y tienen fuerza de negociación, pero no al nivel europeo o de partidos socialistas de izquierdas, por ejemplo.

Aunque, fíjese, en realidad, repito, el problema son las instituciones. En realidad, sí hay más partidos en Estados Unidos. El Partido Republicano mismo sería dos partidos en Europa: uno más populista y otro más tradicional. Y el Partido Demócrata, que son más liberales, también hay una rama que se considera más socialista, la de Bernie Sanders. Si el sistema electoral de Estados Unidos lo permitiese habría, al menos, cuatro partidos, y muy probablemente más, como el Partido Libertario y el Partido Verde, por ejemplo. Por eso, yo siempre digo que las instituciones son muy importantes ya que restringen el pluralismo político de la sociedad y que podría existir en otro escenario.

A propósito del papel que el movimiento libertario capitalista tiene en Estados Unidos, ¿cuál es el peso de los libertarios en Estados Unidos? ¿Tiene alguna vinculación con el asalto al Capitolio sucedido en 2021?

Hay varias instituciones, fundaciones y demás que publican revistas y hacen eventos. Básicamente su política es no a los impuestos y no a que el Gobierno intervenga en la vida pública. Tal y como yo lo concibo, hay bienes privados que deben dejarse en manos de la actividad privada, de las empresas y del mercado, pero también hay bienes públicos que deben ser usados por el Gobierno para la gestión común. Entonces, los libertarios niegan estos segundos bienes, creen que todo se puede privatizar. Pero esta corriente no es muy conflictiva. Eso sí, es muy vociferante, a veces, y puede tener influencia en el Partido Republicano en algunos momentos, pero no suelen implicar acciones violentas.

Los acontecimientos violentos que hubo en la época Trump más destacados fueron más bien nacionalistas y racistas, que es otra cosa. El intento de autogolpe de Estado de 2021 fue muy peligroso y estuvo el país a un punto de que fuese una catástrofe. Pero quienes estuvieron movilizados frente al Capitolio fueron unos cientos sobre más de trescientos millones de habitantes. Incluso el grueso de quienes acuden a los mítines de Trump es entre el 1 y el 2% de la población. Al Partido Republicano le vota mucha gente que es de toda la vida al margen de quién sea el candidato. Otra cosa son los activistas, que son minoría absoluta. Con Trump lo que hubo fue un desengaño general tras la Gran Recesión. Este hecho provocó gran malestar, hubo gente que sufrió mucho. La reacción fue que los políticos que había eran inútiles, lo que refuerza mi argumento de que lo que no funcionan bien en Estados Unidos son las instituciones. Ese fue el tono general. Trump era un outsider, venía de fuera, que no había sido nunca político, que decía que iba a limpiar el pantano de Washington de la corrupción de los políticos, etc. Y ese fue su atractivo. Además, Trump ya era un actor de televisión muy famoso. Pero ahora sucede que Trump ya no es un outsider, ya ha sido presidente, ha perdido una reelección presidencial. Veo muy difícil que alguien que no le hubiese votado en 2020 le pudiese votar en 2024. El problema no es Trump, es si el Partido Demócrata va a sacar más votos.

¿Y hacia dónde se dirigen el Partido Republicano y el Demócrata? ¿Va a haber una evolución de las instituciones del país hacia un mejor funcionamiento?

Yo creo que no. En 2020 ganó Biden y lo hicieron también los demócratas en las dos cámaras del Congreso. Al principio de este mandato sacaron adelante un montón de leyes, como las de recuperación económica contra la pandemia, frente a la crisis, y todavía están en eso, contrayendo mucha deuda para poder gastar el dinero público en estas medidas que ahora están provocando inflación. Tuvieron dos años de margen al respecto. Pero ya no. En noviembre de 2022, los republicanos tomaron el control de la Cámara de Representantes y, desde entonces, los demócratas ya no pueden legislar, solo vetar leyes de los republicanos. El país está, de nuevo, institucionalmente paralizado. Queda un año y medio para las siguientes elecciones, en este tiempo pueden suceder muchas cosas. Lo que yo no creo que pase es que haya mucha más actividad legislativa del Gobierno. Biden va a llegar a las elecciones con unos buenos resultados en la economía, con menos desempleo que nunca, habiéndose recuperado el crecimiento económico y, eso sí, con mucha deuda que algún día tendrán que pagar, con un balance positivo. Sin embargo, no podrá añadir mucho más a lo que ya ha conseguido. El reto será que logre movilizar a los votantes demócratas o quizá, en una nota un poco pesimista que, aunque es verdad que la tendencia a la participación electoral, desde Obama, ha sido creciente, en estas próximas elecciones vuelva a descender. Y eso es lo que puede hacer que el resultado sea más incierto.

¿Cuál es su valoración del periodo que el presidente Biden lleva en el poder? ¿Y de su política internacional con Europa, Asia, Rusia e India y América Latina?

Pienso que Biden se va a presentar seguro a las próximas elecciones y no va a haber primarias demócratas porque nadie va a sacar otro candidato. Si lo hubiese, ya habría salido. Biden es el candidato de mayor edad de toda la historia del país. Precisamente por eso, y la sospecha que puedan tener muchos votantes de que quizá no pueda terminar el mandato porque pueda tener un accidente de salud o lo que sea es un factor de cara al voto. Ahí necesita un o una vicepresidente de la que hay. Ahora mismo, Kamala Harris tiene más o menos la mitad de la popularidad en las encuestas de la que tiene Biden. Esto no funciona; esto es, de hecho, un peligro. La gente podría pensar que por accidente podría convertirse en presidenta y no estar a la altura. Yo creo que Biden se presentará a las elecciones y ojalá elija a una vicepresidenta o vicepresidente que dé mayor confianza de futuro. No tendrá más que ofrecer al electorado de lo que ya ha hecho hasta ahora. Pero su balance será positivo y si logra movilizar a los votantes seguro que Trump va a obtener peores resultados.

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