Las barreras invisibles de la igualdad de género

Todas las personas hispanohablantes tenemos muy presentes las grandes hazañas de un reconocido personaje de nuestra literatura, como es Don Quijote: esa lucha contra gigantes que en realidad eran simples molinos de viento forma parte imborrable del imaginario colectivo; el hidalgo de La Mancha estaba loco, es innegable, y a veces, como mujer, no puedo evitar sentir que se tiene la misma impresión acerca de la lucha por nuestros derechos, como si realmente no existiera ya nada por lo que combatir.

Son muchas personas las que niegan que exista una desigualdad entre sexos. Las mujeres hemos conquistado muchos derechos que antes eran impensables pero, desafortunadamente, aún no hemos alcanzado la paridad real en ningún país del mundo. De hecho, de acuerdo con el Gender Gap Report 2022, se necesitarán 151 años para lograr la igualdad en términos de empoderamiento económico y participación de las mujeres a nivel global. 

Y es que, las mujeres se enfrentan a diario a barreras invisibles que les impiden avanzar en su carrera profesional. Ejemplo de ello es el famoso techo de cristal. En concreto, según el estudio Women Matter España: tramos pendientes, elaborado por McKinsey & Company, solo seis de cada cien CEO de nuestro país son mujeres, únicamente el 17% están en posiciones que reportan directamente al director general y tan solo hay un 33% de consejeras. 

La Organización Internacional del Trabajo calcula que las mujeres cobran un 20% menos que los hombres en todo el mundo

En efecto, las mujeres se topan con numerosas dificultades para crecer en sus carreras profesionales y alcanzar puestos de alta dirección. Esto conduce irremediablemente a otro de los mayores desafíos a los que nos enfrentamos: la brecha salarial de género. En este sentido, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) calcula que las mujeres cobran un 20% menos que los hombres en todo el mundo. En el caso de España, el nivel de desigualdad entre hombres y mujeres es inferior a la media europea, con una brecha del 9,4%, según Eurostat.

Todas estas cifras demuestran que nuestros gigantes no son quijotescos: son reales, y la lucha por alcanzar la igualdad de género real sigue siendo necesaria. Afortunadamente, las empresas españolas están dispuestas arrimar el hombro en esta batalla, a través de políticas y acciones dirigidas a romper el techo de cristal y cerrar la brecha salarial, entre otras medidas.

Respecto a la primera, ya un 86% de las empresas del IBEX 35 se ha fijado objetivos de mejora en materia de representación de las mujeres en la plantilla o en el consejo de administración, un 15% más respecto al ejercicio anterior. Asimismo, la mitad de nuestras empresas socias afirman haber establecido objetivos públicos para alcanzar una representación de género equilibrada en sus organizaciones.

En relación con la brecha salarial, el 68% las empresas españolas adheridas a nuestra iniciativa ya ponen en práctica medidas con este propósito, lo que supone un aumento de seis puntos porcentuales respecto a 2021. Por parte del IBEX 35, es considerable el aumento del número de empresas que reporta información sobre las ratios del salario base y de la remuneración de las mujeres, que se sitúa en un 91% frente al 46% del ejercicio anterior.

Estos datos siembran la esperanza de un futuro más igualitario, pero aún son insuficientes. Desde mi posición como CEO de la iniciativa líder en sostenibilidad empresarial, me siento con la responsabilidad de ejercer de altavoz de todas esas mujeres que están sufriendo la desigualdad de género en su entorno laboral. Ser una empresa sostenible también es ser responsable con la mitad de la población española y ayudar a crear un tejido empresarial justo e igualitario. Si queremos lograr la igualdad de género efectiva, hacen falta más esfuerzos y más empresas aliadas que den un paso adelante en la integración dentro de sus estrategias a través de medidas feministas y ambiciosas. Unámonos para conseguirlo.

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