Ciudades

«No entiendo el significado de sostenibilidad. Solo quiero no malgastar materiales»

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23
febrero
2023

El trabajo de Shigueru Ban ha sido destacado con el Princesa de Asturias de la Concordia 2022, su galardón más reciente en una lista de distinciones que premian sus esfuerzos por crear una arquitectura de emergencias totalmente nueva. Como concluía el jurado del Premio Priztker, Ban no solo crea edificios excepcionales: también aporta elementos esenciales para la vida en el planeta.


Cuando en 2014 el jurado del Premio Priztker de Arquitectura anunció que Shigeru Ban era el nombre destacado del año, resumió en su acta qué hacía al arquitecto japonés merecedor del galardón. El premio, explicaban ya en el primer párrafo, no solo reconocía un trabajo de construcción excepcional sino también «una contribución significativa y consistente a la humanidad». «Shigueru Ban refleja al máximo este espíritu del premio», aseguraban. Ban (Tokio, 1957) cuenta con una larga trayectoria vinculada a la arquitectura de emergencias, creando espacios de construcción rápida que son sostenibles y que además aseguran la dignidad de las personas que deben recurrir a ellos. 

En el texto en el que se anuncia que Ban es la persona destacada con el Premio Princesa de Asturias de la Concordia 2022 este es, justamente, uno de los puntos clave. El japonés es «el gran activista de la arquitectura» y ha alcanzado «prestigio internacional por ser capaz de dar respuestas rápidas y eficaces en forma de refugios y viviendas temporales a situaciones extremas y devastadoras». El jurado concluía que «dichas respuestas se materializan en diseños de alta calidad, concebidos a base de materiales no convencionales y reutilizables, y en construcciones en las que la privacidad y la estética son factores importantes pues, en opinión de Ban, contribuyen a mejorar el estado psicológico de sus habitantes». 

El japonés es «capaz de dar respuestas rápidas y eficaces en forma de refugios y viviendas temporales a situaciones extremas y devastadoras»

El trabajo de Ban en este terreno resulta revolucionario. ¿Se había olvidado hasta entonces la privacidad o el bienestar en la arquitectura de emergencias? ¿Pueden las infraestructuras efímeras ayudar a reducir el dramatismo de una situación que, para quienes la viven, es indiscutiblemente trágica? 

Resulta, por tanto, inevitable preguntarle por estas cuestiones al propio Ban, del que nos separan varias franjas horarias y con el que hablamos por correo electrónico. Sus respuestas son escuetas, mínimas, y estas preguntas se quedan sin respuesta. También lo hacen las invitaciones a predecir el futuro del diseño de espacios. ¿Va a ser la arquitectura de emergencias más fundamental en las próximas décadas, ahora que el cambio climático está aumentando los episodios climáticos extremos y haciendo que las consecuencias para la población sean más duras? «No lo sé», reconoce Ban. 

Que Ban haya trabajado durante décadas en arquitectura de emergencias –en los años noventa se convirtió en consultor de ACNUR y en esa misma década empezó a trabajar con construcciones basadas en tubos de papel (con los que había experimentado en los ochenta) para crear casas temporales para emergencias y creó su ONG– no sorprende si además se tiene en cuenta su visión general de la arquitectura. 

La arquitectura no debería ser solo para la gente con dinero. Este tema es muy importante en tu trabajo, uno de tus principios desde tus inicios. ¿Cuándo te diste cuenta –y por qué– de que existía una brecha entre buena arquitectura e ingresos? 

Tras trabajar durante unos 10 años como arquitecto, me di cuenta de que estábamos trabajando de forma principal para que la gente privilegiada mostrase su poder y su dinero con arquitectura monumental. Luego, reconocí que somos inútiles para la sociedad. Por tanto, intenté buscar una manera de usar mi conocimiento y experiencia para el público general, especialmente gente que ha perdido sus casas por desastres naturales. 

Probablemente, como sociedad, ahora somos más conscientes de cómo impacta el dinero en nuestro día a día y de los diferentes sesgos conectados con los ingresos y la clase social. ¿Piensas que la arquitectura es ahora también más consciente de ello de lo que lo era hace 40 años? ¿Está cambiando cómo se construyen los edificios y para quién?

En 40 años, los edificios han sido más «juego de formas».

El trabajo de Ban resulta interesante –especialmente a la luz del siglo XXI y sus retos– por su respuesta a las situaciones de emergencia, pero también por el tipo de materiales que emplea, materiales que usa en estas arquitecturas especiales y también en sus otros trabajos. Así, por ejemplo, el papel con el que se hacen sus viviendas temporales ya había sido la base antes para levantar un espacio expositivo museístico. También, y más recientemente, han servido para sus propuestas para centros de vacunación contra el coronavirus. Ban experimenta con madera, con tela, con cartón o con plástico, con los que crea espacios útiles y resistentes, con materiales que pueden ser reutilizados. 

En la actualidad, la sostenibilidad es una tendencia importante. Has sido uno de los pioneros en usar materiales reciclados y pensar «fuera de la caja» empleando materias como el papel. ¿Es este el modo de cambiar la arquitectura para hacerla más sostenible y eco-friendly? ¿Crees que la sostenibilidad va a ser un factor decisivo en nuestro futuro y el de nuestros edificios? 

No entiendo el significado de eco-friendly y sostenibilidad. Solo quiero no malgastar materiales. 

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