Medio Ambiente

Tiempo de remontada

Las metas de la Agenda 2030 no van por buen camino: estamos al borde de una crisis alimentaria global y el número de personas en pobreza extrema ha crecido por primera vez en una generación. ¿Tiraremos la toalla o redoblaremos nuestros esfuerzos?

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09
agosto
2022

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Ha sido este mismo año, en pleno Open de Australia, cuando Rafa Nadal ha protagonizado una remontada histórica. Después de haber perdido los dos primeros sets contra el ruso Daniil Medvédev, el tenista español se recuperó para acabar ganando una de las finales más emocionantes y largas que se han visto nunca, haciéndose con su grand slam número 21. El verano es también el tiempo del Tour y la Vuelta, con un asfalto propicio para remontadas y superaciones no previstas. 

No voy a hacer una crónica deportiva, lo traigo a colación porque creo que es un claro ejemplo de lo que el ser humano puede conseguir con determinación y objetivos: si algo ha demostrado la historia de la humanidad es que, cuando nos proponemos algo, somos capaces de conseguirlo. 

La Agenda 2030 no es un torneo, pero demanda el mismo espíritu que cualquier competición deportiva o de otra índole. En este caso, nuestros adversarios son viejos conocidos, como el hambre, la pobreza o el cambio climático, que es cada vez más feroz. Las recientes olas de calor son un ejemplo de sus efectos y, sobre todo, del futuro que nos espera si no actuamos. Ahora los objetivos no nos hablan de construir un sistema o un planeta mejor; hablamos ya en términos de supervivencia en algunos casos.

El 89% de nuestro tejido empresarial ya está llevando a cabo acciones y proyectos relacionados con los ODS

Y siento decir que en esta competición vamos perdiendo. Así lo confirma Naciones Unidas en su último informe sobre el estado de cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). En él alerta del retroceso en la mayoría de los ODS: el número de personas en situación de extrema pobreza ha aumentado por primera vez en una generación, el mundo está al borde de una crisis alimentaria global y recursos tan esenciales para la vida como el agua se sitúan en un punto crítico en algunas partes del mundo. Además, una cifra récord de 100 millones de personas han sido desplazadas en todo el mundo, con un aumento de un 1,2% en la desigualdad entre países entre 2017 y 2021 (o lo que es lo mismo: el primer incremento en una generación).

Estas son algunas de las cifras más alarmantes, pero no las únicas. A lo largo del informe nos encontramos con más y más muestras de que no estamos avanzando al ritmo necesario para cumplir con la Agenda 2030. La ambición de los gobiernos, de las empresas y también la nuestra propia como ciudadanos resultaba insuficiente hace unos años, pero más aún ahora que nos enfrentamos a una triple crisis provocada por la covid-19, el avance del cambio climático y los conflictos armados.

Como afirma la ONU, nos encontramos así frente a una disyuntiva que definirá nuestro futuro: abandonar los compromisos de ayudar a los más vulnerables o redoblar los esfuerzos por revitalizar la marcha hacia los Objetivos y construir un mejor porvenir para las personas y el planeta en 2030.

En este punto, me siento orgullosa de ver cómo las empresas españolas están apostando por la segunda opción. Según los resultados de nuestra consulta empresarial sobre desarrollo sostenible, el 89% de nuestro tejido empresarial ya está trabajando en esta dirección, llevando a cabo acciones y proyectos relacionados con los ODS. Todavía hay, eso sí, un amplio margen de mejora metodológica. A ocho años de que se cumpla el límite de la Agenda 2030 no podemos conformarnos con acciones aisladas, sino que tenemos que trabajar de forma estructurada basándonos en análisis de impacto, objetivos cuantificables y evaluaciones del progreso. En este sentido, tan solo un 20% de las empresas consultadas establece este tipo de objetivos. La buena noticia es que prácticamente un 60% ya dispone de una persona o departamento especializado en sostenibilidad y un 41% tienen una estrategia definida en la materia, lo que nos lleva a pensar que su desempeño será cada vez mejor.

Volviendo a la metáfora del deporte, si queremos ganar la competición, debemos seguir el ejemplo de los grandes deportistas y contar con el mejor equipo, saber cuál es la meta a alcanzar, medir nuestros progresos y, por supuesto, no rendirnos a pesar de los obstáculos. Esto es aplicable a todas las esferas, tanto a la empresarial, a la de la administración pública como a la personal. Es una manera de pensar y afrontar los desafíos. La que necesitamos en este momento. Y la que podrá llevarnos a la remontada histórica de para lograr los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible.


Cristina Sánchez es directora ejecutiva de Pacto Mundial de Naciones Unidas España.

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