Sociedad

Apostar por una gobernanza transformadora es apostar por la paz

Es esencial desarrollar este concepto de gobernanza para poder cambiar el sistema y adaptarlo a las nuevas necesidades, haciéndolo más justo y sostenible.

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05
abril
2022

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El mundo es global y sus retos son colectivos, pero su futuro es incierto: esto es algo que en los últimos años hemos aprendido a marchas forzadas debido a las múltiples amenazas globales, como la pandemia, la crisis económica, la crisis climática y la crisis humanitaria de Ucrania; estas nos recuerdan cada día que nuestros actos y, por lo tanto, nuestros destinos, están interrelacionados.

Como directora ejecutiva del Pacto Mundial de Naciones Unidas España, comparto las palabras de António Guterres que aseveraban en plena pandemia que «no hay otra manera de hacer frente a los desafíos globales que con respuestas globales y organizadas de manera multilateral». Una afirmación que cada día se hace más necesaria y cierta: no habrá salida a la crisis hasta que todos salgamos de ella.  

El multilateralismo ha sido una cuestión tradicionalmente dependiente de los gobiernos, pero ya es común reconocer que ante la envergadura de ciertos problemas, la acción de los Estados ya no es suficiente: se necesita de otros agentes –como el sector privado– para dar respuestas más efectivas y globales, para poder activar la maquinaria de la recuperación y asegurar la paz, la justicia y las instituciones sólidas.

La acción de los Estados ya no es suficiente: se necesita de otros agentes para dar respuestas más efectivas y globales

Estos conceptos, recogidos en el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 16, constituyen la base para que los gobiernos, la sociedad civil y las empresas colaboren en la promoción de sociedades integradoras, faciliten el acceso a la justicia para todos, combatan la corrupción, refuercen la cohesión social y generen resiliencia frente a crisis económicas y medioambientales. 

No obstante, cada año vemos cómo esta meta queda relegada a los últimos puestos en el ranking de los ODS más trabajados por las empresas. Esto nos lleva a pensar que algunas entidades empresariales todavía no han reflexionado ni sobre su impacto en esta área ni sobre la importancia que tiene para la resiliencia del sector.

Por ello, siendo conscientes de la necesidad de contribuir a los sistemas públicos y de fortalecer sus instituciones y estructuras, hemos lanzado una nueva herramienta para sensibilizar y facilitar la integración de este ODS en los negocios. Bajo el nombre de Marco empresarial del ODS 16: inspirando una gobernanza transformadora, este nuevo recurso tiene como objetivo inspirar a las empresas para que asuman su papel en la gobernanza transformadora, lo que incluye reforzar el multilateralismo y replantear el contrato social.

Es esencial desarrollar el concepto de gobernanza transformadora. En primer lugar, definimos la gobernanza como las formas, estructuras y procesos sociales que las personas e instituciones utilizan para crear y dar forma a sus actividades colectivas, pero esta también puede ser transformadora: nos referimos a transformar el sistema para adaptarlo a las nuevas necesidades y hacerlo más justo y sostenible. De este modo, más que un nuevo concepto jurídico, la gobernanza transformadora es una filosofía basada en una serie de principios que invita a las empresas a ampliar su visión de la letra «G» incluida dentro de los criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza). Para nosotros, este tipo de gobernanza conlleva asumir los Principios del Pacto Mundial, que favorecen una cultura de integridad, equidad e inclusión más allá de las normas, actuando no solo conforme con lo que es legal, sino también con lo que es correcto.

Asumir esta gobernanza tendría repercusiones positivas para las empresas tanto a nivel interno como externo. Respecto a la dimensión interna, hablaríamos de un sector empresarial más sostenible y, por consiguiente, con mejores resultados respecto a los criterios ESG, que son cada vez más valorados por los inversores, entre otros. A nivel externo, a través del liderazgo ético y el fomento de la confianza entre las instituciones públicas y privadas, incluyendo a la sociedad civil, se promovería la creación de un sistema más pacífico, justo e inclusivo.

En un momento en el que los líderes mundiales claman por la paz, la integración de esta gobernanza transformadora se hace imprescindible, ya que es la herramienta principal que puede restablecer la solidez del sistema. Por ello, animo desde aquí a todas las partes interesadas a aceptar el reto de considerar la gobernanza a través del prisma del ODS 16 como catalizador del cambio sistémico.


Cristina Sánchez es directora ejecutiva de Pacto Mundial de Naciones Unidas España.

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