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Radiografía de los ODS en España

Nuestro país encara el segundo año de la Década de la Acción en el puesto número 22 en lo que al cumplimiento de los ODS se refiere. 2020 se cerró con una ligera mejora con respecto al año anterior. ¿Cómo se ha logrado?

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Valeria Cafagna
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13
enero
2021

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Valeria Cafagna

En 2015, todos los países del mundo se comprometieron a cumplir los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas. Cuatro años después, la ONU lanzó la Década de Acción con el objetivo de concienciar sobre la falta de progreso y, sobre todo, de urgir a los países a que adoptasen planes concretos. «En el momento en que entramos en una nueva década queda claro que se necesita mucha más acción. Muy pocos países han hecho los cambios necesarios para cumplir con las promesas que hicieron, y es necesario que todos estén de acuerdo», lamentaba el organismo internacional a principios del año pasado.

«Es un campo inexplorado: vamos a tener que revolucionar el modo en que vivimos y trabajamos, en que producimos energía y alimentos, en que impartimos la justicia y empoderamos a los más desfavorecidos», advertía el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Diez años para dar un giro total al mundo que conocemos y construir una sociedad justa e igualitaria en la que la pobreza y el cambio climático pertenezcan al pasado. Con un 2021 ya estrenado, hemos dicho adiós al primer año de la Década de Acción y ningún país puede presumir de haber logrado los ODS.

El Informe de Desarrollo Sostenible 2020, elaborado por la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible (SDSN, por sus siglas en inglés) y la fundación Bertelsmann Stiftung y publicado por la Universidad de Cambridge, sitúa a España en el puesto 22 del total de países, en lo que al cumplimiento de los ODS se refiere. Nuestro país, a pesar de bajar un puesto respecto al ranking de 2019, consigue subir su rendimiento global de 67,8 a 78,1 sobre 100. Es decir, cierra el año un poco más cerca de cumplir los ODS de lo que lo hizo en 2019. ¿Cómo se ha logrado esta ligera mejora?

Los pasos en la buena dirección

Aunque no hay que olvidar que España, al igual que el resto de países, no ha logrado ninguno de los ODS, sí se ha trabajado desde las instituciones para situar los ODS en el centro de las políticas. Un cambio que se hizo especialmente visible cuando en julio de 2018 el, entonces, recién estrenado Gobierno de Pedro Sánchez publicó el Plan de Acción para la Implementación de la Agenda 2030. La introducción de este documento fue toda una declaración de intenciones: «Es necesario cambiar nuestro modelo productivo; hacer una profunda transición ecológica de nuestra economía; asegurar que los beneficios del crecimiento económico redunden en menor pobreza y en mayor igualdad; asegurar los derechos humanos y nuestro estado social de derecho».

El fin de la pobreza es uno de los puntos donde España más ha mejorado

El Informe de Desarrollo Sostenible 2020 evalúa uno por uno los ODS y les asigna un código de color –rojo, naranja, amarillo y verde- en función del grado de cumplimiento, siendo el verde la mejor puntuación (ODS conseguido) y el rojo la menor. Dentro de cada color incluye también una flecha con los mismos colores y significados para especificar la tendencia positiva, negativa o estable de ese ODS en concreto. Con esta guía es relativamente fácil ver dónde España se encuentra por el buen camino y en qué áreas necesita esforzarse más.

Uno de los puntos en los que España ha mejorado es el ODS 1 (fin de la pobreza), aumentado su valoración en los tres parámetros que se incluyen dentro de este objetivo –recuento de la pobreza de gente que vive con 1,90 dólares al día, recuento de la pobreza de gente que vive con 3,20 dólares al día y recuento de la pobreza después de pagar impuestos–. Mejoras a las que han contribuido la subida de las pensiones de jubilación adoptada en febrero de 2020 y la aprobación del ingreso mínimo vital en mayo del mismo año. Este último punto fue precisamente adoptado en mitad de la crisis del coronavirus, cuando miles de ciudadanos entraban en situación de ERTE pero, en declaraciones a Ethic, el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, sostenía la clara intención de mantenerlo en el futuro. «España ya tenía un problema estructural de pobreza severa antes de la crisis y, por lo tanto, es evidente que tiene que ser una medida de carácter estructural», explicaba.

Otro de los ODS que se encuentran en amarillo y con tendencia moderadamente ascendente es el ODS 5 (igualdad de género), entre otros parámetros por el aumento del número de mujeres en el Parlamento. Siguiendo el mismo camino al alza está el ODS (11 ciudades y comunidades sostenibles) gracias a la reducción de partículas suspendidas en el aire inferiores a 2,5 micrones de diámetro. Estas partículas son capaces de penetrar en el tracto respiratorio y causar graves daños a la salud a los ciudadanos.

Coronavirus, peligro de retroceso

Muchos expertos ya han avisado de que el cumplimiento de los ODS puede verse afectado tanto por la crisis médica del coronavirus como por la crisis económica derivada de ella. «La COVID-19 multiplica las amenazas. Tenemos una emergencia sanitaria, a la que se une una urgencia humanitaria y una crisis de desarrollo. Estas emergencias están agravando las desigualdades que ya existían previamente», declaró en una entrevista publicada por el organismo la vicesecretaria general de la ONU, Amina Mohammed. En España el coronavirus puede suponer un palo en la rueda de dos ODS concretos que llevan años mejorando y que en el informe de 2020 se presentan con tendencia verde. Es decir, con posibilidades reales de cumplirse a tiempo.

Los objetivos de hambre cero y acción por el clima siguen siendo las grandes tareas pendientes

Se trata de los ODS 3 (salud y bienestar) y 8 (trabajo decente y crecimiento económico). El informe especifica que los retrasos en los datos a nivel internacional han impedido reflejar el impacto de la pandemia en términos de salud y de crecimiento económico. Con los datos de mortandad, saturación sanitaria y de la encuesta de población activa, es fácil intuir que España tendrá que hacer grandes esfuerzos para mantener la tendencia al alza de ambos Objetivos.

Nuestros suspensos

Aunque el resultado global en cuanto a la consecución de los ODS en 2020 es esperanzador, hay dos objetivos en los que España sigue fracasando y continúan rojos en el informe de desarrollo sostenible. El primero de ellos es el ODS 2 (hambre cero), un objetivo que, a diferencia de otros lugares del mundo, en nuestro país no preocupa por los niveles de desnutrición, sino por los de obesidad: el porcentaje de población adulta con un índice de masa corporal igual o superior a 30 es del 23,8%. El segundo objetivo en el que España no solo se mantiene en rojo, sino que además su tendencia es también roja es el ODS 13 (acción por el clima), objetivo clave para lograr, entre otras, la meta de ser climáticamente neutros en 2050. En relación con este punto, el único parámetro que mejora dentro de este ODS es el de la emisión de CO2 asociada a la exportación de combustibles fósiles.

Quedan nueve años para que termine la Década de la Acción. Un plazo que, a pesar de parecer largo, puede acabarse sin que ninguno de los países haya logrado cumplir con todos los ODS. Las excusas se están quedando sin tiempo y como sostiene Amina Mohammed, «los Objetivos de Desarrollo Sostenible ya no son un conjunto de metas a las que se aspira en un futuro lejano. Son lo mínimo que necesitamos para garantizar un mundo más seguro, justo y sostenible para todo el mundo».

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