Sociedad

Continuar en la brecha

La igualdad de género no es solo un asunto de las empresas; nos concierne también al resto de actores, pues la única forma de acabar con la desigualdad entre hombres y mujeres es trabajando en alianza.

Artículo

¿QUIERES COLABORAR CON ETHIC?

Si quieres apoyar el periodismo de calidad y comprometido puedes hacerte socio de Ethic y recibir en tu casa los 4 números en papel que editamos al año a partir de una cuota mínima de 30 euros, (IVA y gastos de envío a ESPAÑA incluidos).

COLABORA
11
marzo
2022

Artículo

Vivimos en un mundo lleno de brechas. Las hay de todos los tipos: la digital, la de emisiones, la salarial… Podríamos decir que nadie queda exento de estar afectado por una de ellas. Y, sin embargo, no se está haciendo lo suficiente por cerrarlas. Nos hemos acostumbrado a vivir así, en asimetría, normalizando, por ejemplo, que la mitad de la población mundial no esté plenamente integrada en todas las esferas. Hablo, por supuesto, de las mujeres y el estado de la igualdad de género a nivel mundial. Por eso, seguir en la brecha no presenta en este caso una connotación positiva.

Y es que, a pesar de los esfuerzos de todos los actores a favor de la igualdad de género, el progreso en los derechos de las mujeres continúa estancado. Según el informe Global Gender Gap 2021 del Foro Económico Mundial, al ritmo de progreso actual se necesitarán 267 años para cerrar la brecha económica de género. Llevo ya varios años exponiendo estos datos como directora ejecutiva de esta iniciativa líder en sostenibilidad empresarial y, desafortunadamente, la brecha no deja de ampliarse. De hecho, la crisis provocada por la covid-19 ha supuesto un retroceso de 11 años de esta cuestión.  

Las mujeres siguen estando en una posición de vulnerabilidad, no sólo en las economías menos desarrolladas –donde son ellas las que han sufrido de un modo más acentuado los estragos de la pandemia y los efectos del cambio climático – sino también dentro de nuestras fronteras. Según datos de la Comisión Europea, la brecha salarial en España entre hombres y mujeres es del 11,9 % y, de acuerdo con el último informe de Atrevia e IESE, su participación en los comités de dirección del IBEX 35 es del 18%. En este último caso, la brecha entre géneros hace que el techo de cristal esté todavía muy alto para este colectivo.

Según la Comisión Europea, la brecha salarial española alcanza actualmente el 11,9%

Lo peor no es que esta situación sea solo injusta, sino también ineficiente porque la igualdad de género no es sólo el interés de las mujeres; es un derecho humano, algo que nos interesa a todos. Porque ninguna sociedad puede desarrollarse –económica, política o socialmente– cuando la mitad de su población no goza de las mismas oportunidades. Porque, si bien la desigualdad de género es uno de los mayores desafíos del mundo, también es una de nuestras mayores resoluciones. Cuando las mujeres son empoderadas e incluidas, las economías crecen, las comunidades prosperan y las empresas mejoran resultados.

En este sentido, hay un concepto que debemos instalar en el pensamiento colectivo del sector privado: la prima de diversidad. Se refiere al aumento de beneficios ligado a la presencia equilibrada de géneros dentro de las organizaciones. Está avalado por diferentes estudios, como el de Credit Suisse, en el que se afirma que las empresas en las que las mujeres ocupan al menos el 20% de los puestos directivos superan en beneficios a sus pares. Esto ratifica el lema de los Principios de Empoderamiento de la Mujer: la igualdad es un buen negocio.

Por ello, desde el Pacto Mundial de Naciones Unidas España hacemos un llamamiento a las empresas a invertir en ella siguiendo estos principios y estableciendo objetivos claros y cuantificables que hagan de la igualdad de género una prioridad. Se trata de trazar un camino equitativo para toda la plantilla a través de planes de igualdad, medidas de conciliación, políticas salariales, etcétera. Un camino en el que las mujeres puedan prosperar y empoderarse, en lugar de uno lleno de escaleras de Penrose, que no dejan de ser una ilusión óptica.

Pero no es solo responsabilidad de las empresas, este asunto nos concierne también al resto de actores, pues la única forma de acabar con la desigualdad entre hombres y mujeres es trabajando en alianza. Todos tenemos la responsabilidad de impulsar el cambio con la esperanza de que en el futuro celebremos cada vez más avances sociales para lograr la igualdad de género. En definitiva, si queremos un mundo sin brechas, la unidad ha de ser la base de nuestras acciones. Solo así conseguiremos no dejar a nadie atrás.


Cristina Sánchez es directora ejecutiva de Pacto Mundial de Naciones Unidas España.

ARTÍCULOS RELACIONADOS

COMENTARIOS

SUSCRÍBETE A NUESTRA NEWSLETTER

Suscríbete a nuestro boletín semanal y recibe en tu email nuestras novedades, noticias y entrevistas

SUSCRIBIRME