Autócratas sin fronteras

El mundo está viviendo una recesión de la libertad a la par que los líderes autoritarios buscan apoyo en los países con regímenes parecidos: forman alianzas, colaboran entre sí, comparten estrategias e, incluso, exportan sus tácticas represivas a otros países. Así es como operan.

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10
marzo
2022

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El mundo está viviendo una recesión de la libertad. Países que solían ser democracias se han ido transformando en autocracias y algunos líderes que fueron elegidos de forma democrática, poco a poco, han ido cambiando y mostrando tendencias dictatoriales. Pero estos líderes autoritarios buscan apoyo en los países con regímenes parecidos: forman alianzas, colaboran entre sí, comparten estrategias e, incluso, exportan sus tácticas represivas a otros países. Esta globalización del autoritarismo se está dando desde Hungría hasta en Brasil y, por supuesto, Ucrania.

Por ejemplo, los políticos de la India se enorgullecen de liderar la democracia más grande del mundo. Pero en años recientes, organizaciones internacionales han cuestionado la calidad de la democracia en el segundo país más poblado del planeta. En 2021, el instituto independiente V-DEM, en Suecia, publicó un informe donde catalogó a India como una «autocracia electoral». Es decir, un régimen que mantiene una fachada democrática, pero que realmente suprime y viola los estándares de este tipo de Gobierno. Y no solo eso: V-DEM descubrió que el 68% de la población global vive en autocracias electorales.

Su conclusión es que el autoritarismo se ha vuelto viral. Este panorama ha dado lugar a una especie de club internacional que podríamos llamar Autócratas sin fronteras. Es una alianza en la que líderes con inclinaciones autoritarias se apoyan y se legitiman con tácticas diplomáticas, que van desde acompañarse en cumbres internacionales, hasta crear supuestos medios de comunicación para difundir propaganda.

Así es como operan.

La llamada electoral

Los autócratas felicitan tanto a los líderes electos democráticamente, como a sus homólogos dictatoriales. Por ejemplo, en 2018 Vladimir Putin salió «victorioso» en una elección en la que se encargó previamente de que sus principales oponentes no pudiesen participar. Los asesores estadounidenses le advirtieron al entonces presidente Donald Trump que no felicitara a Putin. Pero Trump no hizo caso. «Llamé al presidente Putin para felicitarlo por su victoria electoral. También quedamos en vernos personalmente en un futuro no tan lejano», declaró posteriormente.

Este tipo de felicitación se ha convertido en una potente táctica diplomática que permite a los dictadores convencer al resto del mundo de que otros aceptan sus maneras de gobernar y que los tratan como iguales. Por eso, Putin felicita a Rodrigo Duterte en Filipinas, quien felicita a Viktor Orbán en Hungría, quien felicita a Daniel Ortega en Nicaragua, quien felicita a Nicolás Maduro en Venezuela…

Estrategias de poder

Los autócratas copian las estrategias para permanecer en el poder. Es el caso del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, quien busca ser reelegido al cargo a finales de 2022 y aplica la misma táctica que utilizó Donald Trump en las elecciones estadounidenses de 2020: afirmar que el sistema electoral no sirve y que por lo tanto habrá fraude. «Al que piensa que con un bolígrafo puede sacarme de la presidencia, le digo, hay 3 alternativas: preso, muerto o victorioso. Díganle a esos sinvergüenzas: nunca me arrestarán», defendió en una de sus campañas electorales.

En Estados Unidos, la mentira del fraude electoral, propagada por Trump, contribuyó a un histórico y violento ataque al Capitolio. Los expertos temen que si Bolsonaro pierde la elección en Brasil este año, podría tomar control de las fuerzas de seguridad y ocasionar mucha más violencia.

Servicios dictatoriales

Los dictadores del mundo comparten sus bienes y servicios, desarrollados expresamente para avanzar su agenda y debilitar a sus enemigos.

Cuba presta sus servicios de contrainteligencia. China exporta equipos antidisturbios. Irán revela sus tácticas para evadir sanciones. Y su propósito no es únicamente fortalecerse entre sí. Así lo explica el experto en democracia y conflicto Richard Youngs: «Lo que es realmente nuevo y relevante aquí es que la cooperación entre autócratas no solo les sirve para defender su posición en sus propios países, también para debilitar y desestabilizar la infraestructura democrática de otros estados».

Rusia y Venezuela, por ejemplo, se han aliado para compartir bots, esas cuentas automatizadas en redes sociales programadas para diseminar información falsa. Así, con bots venezolanos que operan en español, Rusia logró desestabilizar e interferir en el referéndum de Cataluña en 2017 y en la masiva ola de protestas en América Latina en 2019.

ONGS falsas

Otro mecanismo muy útil para los Autócratas sin Fronteras es la creación de organizaciones no gubernamentales falsas. Estos entes ayudan a los autoritarios a sabotear diversas causas y a manipular la información en el panorama internacional, bajo el resguardo de una institución que aparenta ser legítima.

Consideremos lo que pasó en 2016, cuando las Naciones Unidas invitó a diversas organizaciones a que presentaran informes sobre la situación de derechos humanos en Venezuela. Naturalmente, Venezuela consiguió obtener 519 informes de supuestas ONGs que solo elogiaban las labores del régimen venezolano. Los líderes de la ONU denunciaron la maniobra como un fraude, pero se vieron derrotados a la hora de distinguir entre las organizaciones verdaderas y las falsas.

Represión transnacional

Los límites geográficos no existen para los autócratas, cuando se trata de silenciar a quienes los critican. A través de amenazas digitales, deportaciones ilegales y hasta asesinatos logran reprimir a sus oponentes sin importar el país del mundo en el que se encuentren. En los últimos años, la organización Freedom House ha documentado esta represión transnacional registrando más de 600 casos en países como Sudán, Guinea Ecuatorial y Uzbekistán.

El autoritarismo y sus estrategias se han globalizado. La gran pregunta es si los defensores de la libertad lograrán unirse para contrarrestar esta tendencia, antes de que sea demasiado tarde.


Este contenido fue emitido en formato audiovisual por el programa de televisión ‘Efecto Naím’, una producción de Naím Media y NTN24. Forma parte de un acuerdo de colaboración de este programa con la revista Ethic.

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