Siglo XXI

La (última) edad de oro de Miguel Milá

El aclamado diseñador continúa demostrando no solo la atemporal valía de su obra, sino también que la capacidad y la vida no van asociada a la edad. Su mejor obra no se encuentra entre sus creaciones, sino entre su brillante legado personal.

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25
noviembre
2021
Fotograma de ‘Diseñador industrial e interiorista, inventor y bricoleur’.

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– Maestro, ¿qué es lo clásico?

– Lo clásico es aquello que no se puede hacer mejor


Esta frase de Rafael el Gallo, citada por el propio Milá, representa muy bien la ética y la estética del diseñador, quien a sus 90 años sigue en activo, convertido en una leyenda viva del diseño industrial español.

Premio Compás de Oro, Premio Nacional de Diseño, Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes: Milá es creador de objetos atemporales como lámparas, sofás, sillas, mobiliario urbano, botijos e incluso vagones de metro. Muchos de estos diseños, de hecho, se han convertido en iconos que aún persisten, inmutables aún décadas después de su creación. Estas obras se parecen fielmente a su autor. Son creaciones elegantes, clásicas, y con una profundidad y una sencillez que trasciende los límites del diseño. En palabras de su editora «sin pretenderlo envían un mensaje austero, culto y ético».

Sin embargo, y pese a sus éxitos profesionales, es muy posible que su mejor obra no sea ninguno de sus objetos, sino su propio legado vital recogido por el documental Miguel Milá. Diseñador industrial e interiorista, inventor y bricoleur. No es el único lugar donde hacerse una idea de lo que representa el creador. Su personalidad se halla también en Lo esencial. El diseño y otras cosas de la vida, un libro escrito por él –junto a su editora, Anatxu Zabalbescoa– que abarca no tanto el diseño como la ética, la felicidad, la familia o la amistad.

Pese a sus éxitos profesionales, es muy posible que su mejor obra no sea ninguno de sus objetos, sino su propio legado vital

Tanto en su libro como en su obra, Miguel Milá nos habla de su obsesión por encontrar un orden entre las cosas, pero un orden más de confort que de lujo: un orden funcional, útil y que haga la vida agradable. Una estética que consiste en evitar el despilfarro y un confort que, ante todo, es serenidad y ausencia de ruido.

Debemos recordar que la forma en que consumimos tiene un impacto inevitable en nuestro mundo y en nosotros mismos. Tal como afirmaba el propio Miguel Milá, «las compras son una cuestión de educación y, sin ponernos solemnes, de ética. No tiene ningún sentido que las personas consuman al ritmo enloquecido de la moda. Deberíamos preguntarnos por los efectos de esa compra continua en el planeta, en nuestros valores, en nuestro cerebro, en nuestra manera de relacionarnos, en nuestras prioridades y en nuestra forma de vivir la vida».

En estos tiempos de obsolescencia programada, esta filosofía representa un canto a la artesanía, a la importancia de los detalles y a la nobleza de las cosas bien hechas. Lo bien hecho tiene un sentido moral y tiene que ver con la responsabilidad y hasta con el talento; en definitiva, lo bien hecho trasciende. El propio autor cita a Jean Cocteau cuando dice que «la moda es aquello que pasa de moda».

Así, quizás el secreto de sus diseños es que nunca han estado de moda. Quizás, por eso mismo, sus diseños son atemporales. Y es que aunque estos tengan un precio elevado, realmente no son caros, ya que son a la vez hermosos y prácticos, lo que lleva a su uso a través de los años. Un mensaje también de sostenibilidad o, como él mismo dice, de «pre-sostenibilidad».

Milá se siente a sí mismo más como un ‘evolucionario‘ que como un revolucionario. Un creador de matices y de diseños que acompañen, no que molesten. Y es que, como él mismo nos recuerda, «acompañar sin molestar es un logro, ya lo haga una persona, una lámpara o un mueble».

Milá: «El envejecimiento enriquece a algunos objetos y a algunos materiales nobles, como la madera, la piedra o algunas personas»

En su libro nos habla también de sus manías –o «breve compendio de aberraciones»–, como los lavabos con el fondo plano, el café en vaso, el hilo musical (¿por qué nos da tanto miedo el silencio?), los platos pretenciosos o con forma de piedra o tronco, y la nueva ola de cocineros-vedettes. Su libro es un texto lleno de aforismos cargados de sabiduría y de humanidad; auténticas lecciones de vida. Se puede observar su valor en el consejo que repetía su abuelo: «Sé útil y te utilizarán».

Hay un último detalle que merece ser citado: a sus 90 años, Miguel Milá sigue activo y lleno de ilusión. Únicamente ha dejado de montar en moto tras haber sobrevivido a la covid-19. Es uno más de esa maravillosa generación de personas mayores que está rompiendo las barreras y estereotipos asociados a la edad. En sus propias palabras, «el envejecimiento enriquece a algunos objetos y a algunos materiales nobles, como la madera, la piedra o algunas personas».


Pedro Vázquez es director técnico de la Fundación Doña María.

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