Opinión

Tres claves para entender el futuro de la sostenibilidad

Los grandes retos de la sostenibilidad que nos tendrán ocupados (y preocupados) durante la próxima década necesitan una aproximación ‘triple’ A: alianza, acción y ambición.

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30
septiembre
2021

El pasado 29 de septiembre, Forética celebraba ESG Spain 2021, el evento de referencia que congrega a grandes figuras del panorama de la sostenibilidad a nivel nacional y mundial. La reunión fue una magnífica oportunidad para ver los importantes avances de mano de compañías, reguladores y tercer sector en sus agendas de desarrollo sostenible. A su vez, nos permitió poner foco a los grandes retos de la sostenibilidad que nos tendrán ocupados y preocupados durante la próxima década.

Al rescate de la naturaleza

La acción ambiental de las empresas se va a centrar la preservación de nuestro capital natural, ya que la naturaleza es mucho más que una fuente de belleza paisajística: es una fuente de riqueza en términos económicos, de salud y de bienestar. Más de un 50% de la economía mundial tiene un grado de dependencia moderada o alta respecto a la capacidad de provisión de servicios y recursos de nuestro capital natural. Una capacidad, recordemos, que está en decrecimiento como consecuencia de la degradación ambiental. Es por ello que los temas que centrarán la agenda empresarial serán el refuerzo de la acción climática, respecto a la cual tan solo 3 de cada 100 compañías está reduciendo emisiones a la velocidad necesaria para alcanzar el objetivo de 1,5o; la monetización de la economía circular, que se prevé como la gran oportunidad de combinar el objetivo de reducción de emisiones con la protección de la naturaleza de manera rentable; y el desarrollo de ciudades sostenibles: el ecosistema donde confluye el mayor número de actuaciones con impacto positivo.

Cerrando las brechas

«La naturaleza es mucho más que una fuente de belleza paisajística: es una fuente de riqueza en términos económicos, de salud y de bienestar»

En el ámbito social, los últimos años han sido testigo de la cronificación de viejas brechas y la aparición de algunas nuevas, generando un nivel de polarización sin precedentes en la historia de las democracias avanzadas; una sociedad menos dividida y desigual es, como es lógico, una sociedad más próspera y con un mayor futuro. Las compañías tienen ante sí, hoy, la gran oportunidad de ser parte de la solución. En este sentido, las agendas de diversidad e inclusión aspiran a dar respuesta a un número creciente de colectivos que, agrupados en torno a un factor de diversidad, vienen a cuestionar su papel en la sociedad, la economía y la empresa. Los derechos humanos serán un reto moral, pero también operacional y regulatorio: durante los próximos tres años, el 86% de las compañías cotizadas serán objeto de regulación en esta materia. Por último, el futuro del trabajo ante la disrupción digital será uno de los elementos cruciales para medir el grado de responsabilidad social de las empresas a la hora de facilitar una transición digital centrada en las personas.

La era del ‘stewardship’

El incremento en el grado de exigencia respecto de la gobernanza y custodia de los factores ESG –factores ambientales, sociales y de gobernabilidad– vendrá impulsado por reguladores, inversores y por las propias compañías. Las estrategias de sostenibilidad pasarán de ser un refuerzo de la reputación y la licencia para operar a convertirse en un pilar fundamental del crecimiento futuro. En este contexto, el liderazgo responsable impulsado por el CEO desde el consejo de administración será una de las grandes claves para comprometer a las respectivas organizaciones en la transición hacia una economía sostenible. Para ello, el fortalecimiento de las competencias ESG en los consejos y la alta dirección será una prioridad para las organizaciones. La gran batalla del futuro se librará en las cadenas de valor, que es el lugar donde confluyen los principales retos en materia social y ambiental, lo que obliga a una visión sistémica de la sostenibilidad, requiriendo la cooperación de todos los eslabones de cadena. Los estándares de debida diligencia serán un foco prioritario para la comunidad inversora.

«El incremento en la exigencia respecto a los factores ambientales, sociales y de gobernabilidad vendrá impulsado por compañías, reguladores e inversores»

Nada de lo expuesto anteriormente parece sencillo, ni debe darse por hecho. Probablemente, nos enfrentamos al mayor proceso de transformación en la historia de la humanidad. El éxito en esta apasionante aventura descansa en torno a tres claves para la gestión. Ambición, en cuanto al establecimiento de objetivos exigentes. Acción, para poder transformar nuestro tejido socio-económico. Alianzas, para hacer frente a un reto que le queda grande a cualquier gobierno o entidad empresarial en solitario. Es hora de apostar por un futuro triple A.


Jaime Silos es Director de Clúster de Transparencia Buen Gobierno e Integridad de Forética.

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