Cómo lograr que el plástico sea nuestro mejor aliado
Durante el Circular Economy Summit, expertos, economistas, empresarios y activistas reivindicaron una apuesta más clara por el uso de material reciclado en la nueva Ley de Residuos como factor clave para transicionar de uno modelo extractivo a otro circular.
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«Estuve caminando tres días por el desierto de Australia, y solo tenía una manzana. Cada vez que la sacaba y le daba un mordisco, me sabía como el mejor manjar del mundo». El naturalista y explorador Nacho Dean es la única persona que ha dado la vuelta al mundo caminando. Salió por un lateral de la madrileña Puerta del Sol una mañana y regresó al mismo punto por la calle opuesta, tres años después: «Aprendes muchas cosas, lo más importante, que el planeta es mucho más pequeño de lo que pensamos».
El explorador es, posiblemente, el invitado más certero de la última edición del Circular Economy Summit que organiza cada año la marca de agua mineral Lanjarón, propiedad de Danone. Su experiencia deja patente la finitud de los recursos del planeta; y su vuelta al mundo a pie es un ejemplo literal de circularidad.
En el evento participaron representantes de empresas, economistas y especialistas en sostenibilidad. Y aunque la economía circular es una transformación holística que debe afectar a todas las fases de la cadena de producción –incluido el consumidor– y, por ende, a todas las capas de la sociedad, los expertos centraron el debate en la mayor urgencia: los residuos plásticos. Esos que hoy suponen en todo el mundo el 75% de lo que se consume, con más de ocho millones de toneladas vertidas al mar y más de 240 especies animales en peligro de extinción por su ingesta. «Sería estupendo que pudiéramos impulsar un mercado nacional de material reciclado que sitúe a España como país pionero en el uso de materiales renovables y ponga fin al plástico tal y como lo conocemos», apunta Francois-Xavier Lacroix, director general Aguas Danone España. «Y hacerlo de tal forma que de una botella (ya consumida) podamos hacer otra, convirtiendo los residuos en recursos, devolviendo estos materiales al proceso productivo, otorgándoles un valor económico y, por tanto, neutralizado el abandono de envases en el medio. La economía circular persigue incorporar al sistema económico las reglas que ya funcionan en la naturaleza», asegura.
Lacroix: «Más que una iniciativa empresarial es una reivindicación: la de pasar de un modelo extractivo a otro circular»
En Lanjarón, desde este año, el 100% de los materiales de las botellas son reciclados. «Esto es más que una iniciativa empresarial», prosigue Lacroix. Y añade: «es una reivindicación: la de pasar de un modelo extractivo, lineal, a un modelo circular. Y eso necesita un cambio radical, desarrollar toda una nueva industria, un nuevo ecosistema». El directivo pasó de las palabras a los hechos mostrando a los asistentes en primicia una botella que, fruto de arduas investigaciones, representa un icono en términos de circularidad. «Está compuesta en su totalidad de PET reciclado», aseguró. Lacroix lo dejó claro: «Es un material liviano, protege las cualidades del producto que contiene, su transporte no consume mucha energía y es totalmente reciclable. No lleva etiqueta, y, por tanto, es más fácil de reciclar. Y el tapón queda siempre enganchado, como pasa ahora con la latas. Evitamos así que termine en el mar o en el campo».
Emilio Ontiveros es uno de los economistas más reputados de nuestro país y presidente de AFI, que ha asesorado a la Asociación Nacional de Empresas de Aguas de Bebida Envasadas (ANEABE) en la formulación de los objetivos y oportunidades que depara una gestión inteligente de los residuos. «No solo supone un acto responsable en aras de la sostenibilidad: también promueve la creación de empleo de calidad y crecimiento inclusivo», recuerda el experto, que advierte de que la economía española ha sido de las más dañadas por la crisis producida por la pandemia y que la recuperación beberá del fortalecimiento y renovación del patrón de crecimiento. «Estamos hablando de hacer un uso inteligente de los recursos, reciclar, regenerar, reusar… Son condiciones necesarias para compatibilizar desarrollo y sostenibilidad medioambiental para garantizar la salud del propio sistema económico», añade.
Ontiveros explica que la digitalización y, muy particularmente, la transición energética son los dos grandes proyectos. Por tanto, los esfuerzos de inversión deben ir, en primer lugar, a cumplir los objetivos de sostenibilidad medioambiental que asumimos en el Acuerdo de París de 2015. «Luchar contra el cambio climático y el creciente deterioro del planeta es, desde hace tiempo, una prioridad de cualquier planteamiento de política económica. Así es como España puede impulsar su modernización económica al tiempo que mejora las condiciones de vida», concluye el economista.
Ontiveros: «Luchar contra el cambio climático es una prioridad de cualquier política económica»
En este sentido, Mónica Chao, directora de Sostenibilidad de Ikea, aboga por un uso responsable de los plásticos. «No podemos prescindir totalmente de ellos porque, en algunos productos, dan una calidad o unas condiciones de seguridad que son necesarias. Pero sí estudiar cómo cambiar el producto y los embalajes». Y pone un ejemplo: «Hemos incorporado PLA, plásticos hechos con material orgánico, de restos de piña, remolacha etc. Hemos incorporado en una encimera de cocina botellas de plástico recicladas. En Ikea no dejamos de investigar en nuevos materiales que faciliten el reciclaje necesario en una economía circular».
Durante el evento sobrevoló en todo momento el contexto de pandemia que vivimos, muy vinculado a la salud del planeta. «En los últimos 18 meses se ha puesto de manifiesto que el cambio climático, la polución y la pérdida de biodiversidad están entrelazadas entre sí, y una de las teorías que más cobran fuerza de la pandemia es que estamos expuestos a virus de animales salvajes que han perdido sus ecosistemas», advierte Félix González Yagüe, director de Estrategia de Acciona. Su empresa, especializada en infraestructuras, ya tiene en marcha 30 proyectos encaminados a la circularidad de sus operaciones. «Aplicamos una filosofía de dos velocidades: la del día a día, maximizar la reutilización de los productos, fomentar el reciclaje y, sobre todo, reducir el consumo. Y una segunda velocidad a más largo plazo, en la que consideramos que la palabra residuo tiene que desaparecer de los diccionarios. En la naturaleza no existe el residuo, y eso es en lo que debemos mirarnos», explica.
Para alcanzar ese objetivo es necesario aplicar los tres principios de economía circular, como explica Marylin Martínez. La experta en circularidad de la fundación Ellen MacArthur asegura que es imprescindible «eliminar los residuos desde el diseño, mantener los productos y materiales en circulación y regenerar sistemas naturales».
Políticas públicas y economía circular
Una de las conclusiones unánimes de este Circular Economy Summit es que la innovación es todo cambio basado en el conocimiento que aporta valor, y que la economía circular es la mayor de las innovaciones posibles porque no afecta a un producto, una empresa o un sector, sino al modelo económico en su conjunto. «Es necesario que actúen tres vectores sin excepción: administraciones, empresas y el propio ciudadano», apunta Jorge Barrero, director de la Fundación Cotec para la Innovación, para explicarlo a continuación: «No hay uno más importante que otro, pero la manera de influir es distinta. La Administración suele ser lenta, pero cuando regula lo hace de forma contundente. La empresa es más rápida, por la propia competencia en el mercado, pero no tiene la capacidad por sí sola de transformar la realidad. Y el ciudadano, siempre en el centro de todos los grandes cambios, a nivel individual puede cambiar su conducta, pero si no están alineadas las empresas y las administraciones, poco puede hacer por sí mismo».
Luis Morales, fundador del Centro de Innovación y Desarrollo para la Economía Circular (CIDEC), advierte de que no se debe demonizar el plástico. «Tenemos bienestar porque tenemos plásticos, es el material del presente: es hipoalergénico, ligero, resistente, se puede transformar de infinitas formas. No podemos demonizarlo porque es un error a nivel medioambiental. Lo que debemos es pasar del modelo de plástico de un solo uso a la transformación de una manera sostenible, porque tenemos plástico para vivir miles de años». Y aquí juegan un papel predominante los poderes públicos: «Tenemos muchas normativas en ese sentido, y eso está bien, pero al final todo queda demasiado disperso. Es necesario unificar leyes y coordinarlas». Es decir, buscar una transición eficiente en la coherencia, pero también en la ambición y en la creación de una nueva industria verde real que frene a las empresas que lo hagan mal, pero que apoye a las que lo estén haciendo bien, porque, como explica Morales, «se consiguen más con un caramelo que con una colleja».
Morales: «Tenemos plástico para vivir miles de años»
En ese sentido, José Luis Sáez, director de Torrepet VEOLIA, es una de las voces más acreditadas, porque dirige la primera compañía en cerrar el ciclo circular de una botella. «La nueva Ley de Residuos y Suelos Contaminados, como toda ley, tendrá impacto en nuestro entorno, y tiene tres elementos fundamentales: es el primer paso a una transición ecológica reglada, va a ayudar a prevenir la contaminación y, por último, va a generar una serie de impuestos verdes que contribuirán a engrosar las arcas estatales e impactarán en los sectores de transformación plástica».
El director de Campañas de Greenpeace, Julio Barea, opina que la norma va en la buena dirección, aunque pone algunos peros: «El diagnóstico es casi acertado, porque no tenemos datos auditados de la magnitud del problema. Y es que el problema es precisamente el mal uso de esos plásticos. Los vamos a seguir utilizando, pero tenemos que cambiar el uso y el abuso, especialmente en los envases de usar y tirar». El ecologista apunta que la ley traspone varias directivas, pero tiene que ser más ambiciosa. «Tenemos leyes recientes como las de Baleares o Navarra, que apuntan más alto que la estatal. Si bien está en tramitación parlamentaria, aún se puede mejorar el articulado en muchas cuestiones que nosotros vemos que deben mejorar para llegar a esa circularidad que busca el propio Gobierno», añade. Una circularidad que tanto la administración como las empresas deberían ver como la oportunidad para regenerar la economía y el empleo, para «resetear el sistema».
Las cartas están sobre la mesa: empresas, organizaciones ecologistas y la sociedad en general saben qué hacer para liberar al planeta de la carga nociva de los recursos plásticos. Ahora es el momento de actuar, como sugiere Lacroix: «A día de hoy no hay suficientes materiales reciclados en España para hacer un cambio total a la economía circular. El Gobierno ha dado un paso con su ley de residuos, poniendo impuestos a los materiales fósiles, pero también hacen falta incentivos, invertir el dinero recaudado en desarrollar una economía que permita tener una oferta de materiales reciclados al nivel de la demanda». Y concluye: «A día de hoy hay un acuerdo científico de que el material reciclado es el mejor para el medioambiente. Y por tanto, el mejor para la transición a una nueva economía».
Vídeo completo del Circular Economy Summit 2021
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