Plan A: innovación colectiva en movimiento

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Diego Isabel La Moneda

«¡Tenemos que hacer algo!». «¡Ha llegado la hora de hacer oír nuestras propuestas!». Durante el pasado mes de abril, en pleno confinamiento, recibí decenas de mensajes como estos de personas conocidas y desconocidas. Se veía venir una profunda crisis económica a causa de la pandemia y el Gobierno de España había anunciado la creación de una Comisión para la Reconstrucción Económica en el Congreso, en cuyo éxito a la hora de ser creativos y capaces de crear consenso poca gente confiaba –como luego se demostró–. Por teléfono, WhatsApp, email y redes sociales, tanto personas amigas como gente que no conocíamos contactaron al equipo del Foro NESI animándonos a dar un paso al frente y aprovechar el momento para hacer llegar nuestras propuestas a los políticos. Ese fue el inicio de un increíble proceso de innovación colectiva al que, conscientes de que no tenemos un planeta B en el que vivir y tampoco una vida B, denominamos Plan A, Economía para la Vida.

Los tres elementos de la innovación colectiva

Para que un proceso de innovación colectiva funcione se necesitan tres elementos clave. Primero, un propósito común claro. A partir de todo el trabajo desarrollado en los últimos años desde el Foro NESI, con nuestros múltiples colaboradores, definimos los cinco pilares básicos que deben sustentar una economía para la vida y acordamos la ambición del Plan A: ser un programa de política económica que convierta a España en referente mundial en sostenibilidad e innovación social.

El segundo elemento para activar la inteligencia colectiva es lanzar un proceso abierto e inclusivo. Diseñamos un vídeo explicativo del proyecto con el que invitamos a organizaciones y personas a sumarse al proceso y aportar sus propuestas. Se lanzó una campaña de firmas vía Change.org, organizamos webinars informativos, se habilitó un formulario online al que cualquier persona podía enviar propuestas, se crearon grupos de trabajo temáticos y se abrieron todos los canales comunicativos para animar a cualquiera a sumarse al proceso colectivo. El resultado: más de 5.000 personas apoyaron el proceso, más de 70 organizaciones y redes implicadas, cientos de propuestas recibidas y decenas de expertos que trabajaron durante meses en grupos de trabajo sobre temas tan diversos como energía, banca y finanzas, gobernanza y regeneración democrática o empresas con propósito.

«Los procesos de inteligencia colectiva necesitan un equilibrio entre la horizontalidad y el liderazgo»

El tercer elemento es la facilitación y liderazgo de servicio. Cuando decidimos lanzarnos al proceso de cocreación del Plan A, desde el equipo de NESI tuvimos claro que teníamos que tomar el rol de facilitadores y, al mismo tiempo, liderar el proceso. Los procesos de inteligencia colectiva tienen que encontrar un equilibrio entre la horizontalidad y tener un liderazgo que marque el rumbo y, en ocasiones, los ritmos. Ese liderazgo tiene que ser, por una parte, empático, de escucha e inclusivo y, por otra, motivacional y también profesional a la hora de marcar ciertos plazos e incluso normas a seguir a la hora de desarrollar el trabajo colaborativo. Ese equilibrio entre dejar hacer, motivar y conseguir que el proceso avance es clave para alcanzar el propósito común.

El resultado: 38 estrategias y 383 propuestas transformadoras

Tras cinco meses de trabajo digital y en red, en noviembre, el documento final del Plan A, Economía para la Vida se hizo realidad con 38 estrategias y 383 propuestas, todas ellas alineadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y agrupadas en cuatro bloques clave: empresas con propósito, digitalización y trabajo; economía real –con temáticas como alimentación, moda, turismo, urbanismo y vivienda o energía–; banca y finanzas; y gobernanza y regeneración democrática.

«El ‘Plan A’ despierta esperanza en una época de polarización diseñada y dirigida desde las élites políticas»

Se trata de un programa de política económica de 145 páginas elaborado desde la sociedad civil para la sociedad civil. Un programa cocreado por CEO de empresas, estudiantes, funcionarios, trabajadores por cuenta ajena, jóvenes y mayores y personas de diferentes ideologías, territorios y nacionalidades. Todo un ejemplo de innovación colectiva en el que el propósito común de transformar nuestra economía para ponerla al servicio de las personas y del planeta ha sido capaz de dejar a un lado cualquier tipo de diferencias. Un ejemplo que despierta esperanza en una época marcada por la creciente polarización diseñada a conciencia y dirigida desde las élites políticas.

La ambición para 2021

Culminado el proceso de cocreación del Plan A, se inicia un proceso aún más interesante: el de incidencia política colaborativa para hacer llegar las propuestas a los diez grupos políticos del Congreso de los Diputados, los Gobiernos regionales, los municipios, las empresas y los medios de comunicación. En un ambiente en el que solo lo negativo es noticia y en el que los principales medios de comunicación solo dan voz a aquellos que comunican con un lenguaje violento, será todo un reto lograr nuestros objetivos: dar a conocer el Plan A y lograr que muchas de sus propuestas sean implementadas. Pero si no creemos en nuestra capacidad de hacernos oír ¿quién nos escuchara? Si no diseñamos y creamos nuestro futuro, ¿qué futuro nos espera? Si no creemos en nosotros mismos como sociedad, ¿quién lo hará? Despertemos y creamos en nuestras capacidades. Despertemos y construyamos nuestro futuro.

Diego Isabel La Moneda es director del Foro NESI de Nueva Economía e Innovación Social.