Cultura

El Madrid mejor guardado

Anna Codorníu cuenta los secretos de quince tiendas y rincones con encanto en su libro ‘Historias de Madrid’.

Fotografía

Cristina Crespo Garay
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01
octubre
2018

Fotografía

Cristina Crespo Garay

En una ciudad con más de tres millones de habitantes, se acumulan otros tantos millones de vidas y de experiencias diferentes, personales e intransferibles. El tendero del barrio, la joven que decide abrir su propio negocio o el grupo de amigos que se lanzan a la aventura de perseguir un sueño arriesgándolo todo por ello son algunas de las infinitas historias que circulan sobre los adoquines de la capital. Y, como decía Francisco Umbral, Madrid es una excusa para contarlas.

La autora del blog Drimvic, Anna Codorníu, aún miraba la ciudad con los ojos de una extraña que acaba de aterrizar cuando comenzó a pensar en el libro Historias de Madrid, donde recoge quince testimonios y lugares con encanto repartidos entre los distintos barrios de la capital. Durante el tiempo en que una enfermedad la mantuvo alejada de su labor profesional como trabajadora social, Anna continuó escribiendo en su página y haciendo entrevistas que, además de permitirle conocer a personas inspiradoras, acabaron transformando su afición por la comunicación en su trabajo.

El libro recoge las historias personales de quince emprendedores en ramas como la hostelería, el diseño o la moda

«Cuando llegué a Madrid, sobre todo los primeros meses, salía de casa con el portátil y me iba a pasear sin dirección fija para descubrir la ciudad y su gente. Aunque vengo de Barcelona, me sorprendió mucho la cantidad de bares, restaurantes y tiendas que había, casi todos siguiendo los mismos estilos en decoración o aspecto. Al final, concluyes que, si no hay una idea sólida detrás y solo se mueve el interés económico, son proyectos que no tienen continuidad o fracasan», explica Anna a Ethic. Como quien busca encuentra, en esos paseos sin rumbo comenzó a gestarse Historias de Madrid. «Entraba en lugares que me transmitían sensación de ser diferentes y en los que, pese a ser una persona muy introvertida, hacían que me sintiera muy cómoda y me daban confianza. Poco a poco, me convertí en habitual y, hablando con ellos, fui descubriendo sus historias. Me gusta escribir, me encanta fotografiar y saber lo que hay detrás de cada negocio al que voy, ¿por qué no contarlo?», incide.

Así, la autora eligió quince de esos lugares que tenían en su identidad valores con los que ella también se identificaba: artesanía, sostenibilidad, estética… con una característica común: que apostaran por la producción local y por el respeto al medio ambiente. En el libro, la autora acerca el lado personal de esos negocios de la mano de sus dueños y cuenta las experiencias de gente a quien un viaje que le cambió la vida, de personas que decidieron dejar trabajos que no le llenaban o que se lanzaron a hacer lo que más les gustaba.

«En una gran ciudad como Madrid, quería descubrir lugares con alma y cuyos dueños compartieran valores conmigo», explica Anna Codorníu

¿El resultado? Productos con personalidad que se caracterizan por una estética cuidada y una máxima calidad, ya sea un café, un helado o una prenda de ropa. «En una ciudad como Madrid, que tiene tantísima oferta, quería descubrir lugares con alma y cuyos dueños compartieran inquietudes personales y valores conmigo. Cuando gastas dinero en algo ya no es porque sea una necesidad básica sino porque quieres invertir a gusto en proyectos que tengan algo especial y que te hagan sentir bien», reflexiona la autora, que aboga por rehumanizar el consumo y volver a la vida de barrio, a las compras de proximidad y a las relaciones personales. «Hay una parte de la población que quiere recuperar los valores de siempre y saber quién está detrás de lo que compramos. Conceptos como el fast fashion, más que democratización del consumo, suponen una explotación que hace que olvidemos el valor real de las cosas: si pagas tres euros por una camiseta, alguien paga por ti lo que ese objeto vale en realidad».

En una gran ciudad como Madrid, donde se abren ­­­(y cierran) centenares de negocios cada año, crear ese vínculo entre dueños y clientes es clave para encontrar tiendas al margen de las grandes cadenas y multinacionales de las que cada vez huyen más consumidores, que buscan un trato más humano en el que el frutero sepa lo que sueles llevarte a casa o el panadero se extrañe si no te ve en unos cuantos días. «Gracias a este proyecto, he podido tejer una red preciosa con la gente y ayudar a que ellos mismos se conozcan y comiencen a establecer colaboraciones entre ellos que les permitan seguir creciendo. También me ha servido para que se pongan en contacto conmigo, lo que hace que la telaraña se vaya ampliando», concluye Anna. Aunque descubrir por ti mismo todos los rincones de la inmensa Madrid es una labor tan titánica como preciosa, Historias de Madrid puede ser una buena guía para empezar a tejer las tuyas.

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