España suspende en igualdad de género y medio ambiente

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Luis Meyer

Para alcanzar la Agenda 2030 solo cabe un verbo: avanzar. Y aunque España lo hace en algunos de los objetivos acordados en el seno de Naciones Unidas, retrocede en otros que son clave: la igualdad de género, la conservación de la biodiversidad y las emisiones de gases de efecto invernadero.

Así lo refleja el informe global que elabora esta organización junto a la Fundación Bertelsmann, que acaba de ser presentado en nuestro país por la Red Española para el Desarrollo Sostenible (REDS). Los datos que han obtenido sobre la disminución de la Ayuda Oficial al Desarrollo, el mal comportamiento de las emisiones de gases o la falta de una estrategia activa para la protección del océano, afectan a los resultados de España en relación a la escena internacional. A día de hoy, somos el número 25 de los 157 países analizados, en cuanto al grado de cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible pactados. No es un mal puesto, pero sí es una mala noticia que en dos temas tan urgentes como la no discriminación por género y el cuidado del medio ambiente (acentuado por la lucha contra el cambio climático de los Acuerdos de París) no hayamos avanzado, sino retrocedido.

Durante la presentación, el exministro Miguel Ángel Moratinos, presidente de REDS, ha admitido que «aún queda mucho por camino por recorrer en una agenda de sostenibilidad que ofrece un camino diferente de bienestar, de justicia, de paz, de solidaridad». Moratinos ha reclamado que «los ODS estén en el centro de la acción exterior española para lograr que sean una prioridad».

Es la primera vez que el índice ha incluido los indicadores con «efectos secundarios adversos», que valoran la influencia que tienen las políticas y acciones de unos países sobre la capacidad de otros para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible. El informe muestra, con datos, cómo un gran número de países industrializados no solo están obteniendo malos resultados para sí mismos, sino que los efectos colaterales de sus decisiones están obstaculizando la implementación de los ODS en los países empobrecidos. «Generar desarrollo en unos países provocando subdesarrollo en otros no es el efecto que se desea conseguir con la agenda de sostenibilidad», ha criticado Javier Benayas, profesor titular de la Universidad Autónoma, durante la presentación.

Según consideran desde Naciones Unidas, esto demuestra que ciertos elementos del actual modelo de desarrollo (como los elevados niveles de consumo, la existencia de paraísos fiscales o la exportación de armamento) provocan efectos secundarios adversos y están causados principalmente por países de renta alta. El director de Asuntos Públicos y Regulación de Telefónica, Carlos López Blanco, reclamó durante la presentación un «desarrollo más equitativo y ambientalmente sostenible», así como «el compromiso de todos los actores implicados: entidades públicas, gobiernos, sociedad civil y también las empresas».

La presidenta del Consejo Asesor de REDS y directora de IDDRI, Teresa Ribera, ha culminado el acto con una advertencia: «Es necesario el compromiso de los países desde el multilateralismo y la cooperación, porque no se ha llegado ni siquiera a la mitad del camino y hay muchas iniciativas que ya se pueden poner en marcha. No podemos hablar de recuperación económica si no tenemos integrada esta agenda. No hay posibilidad de desarrollo empresarial, ni hay posibilidad de convivencia social y de estabilidad sin un compromiso con los ODS».