Opinión

“Desechar la energía nuclear puede generar inseguridades en España”

José María Fidalgo ha sido uno de los líderes sindicales más sobresalientes de España. Su profundo sentido de Estado facilitó pactos con Gobiernos de todo signo.

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21
marzo
2011

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José María Fidalgo ha sido uno de los líderes sindicales más sobresalientes de España. Su profundo sentido de Estado y su discurso, siempre alejado de posturas sectarias, facilitaron pactos con Gobiernos de todo signo. En esta entrevista concedida a Ethic reflexiona sobre la cultura de la sostenibilidad y la responsabilidad social. Cada respuesta del presidente del Foro Negocia del Instituto de Empresa podría ser un titular.

Usted siempre ha defendido el debate sobre la energía nuclear. Después del desastre de Japón, ¿cuál es su opinión?

Yo creo que lo que ha sucedido en Japón evidencia que hay que seguir trabajando para mejorar las condiciones y la seguridad de las centrales. Pero no creo que éste el momento más oportuno para debatir ni para hacer previsiones apocalípticas, como han hecho algunos. Yo he defendido la energía nuclear no porque sea pronuclear, sino porque en la vida todas las conclusiones son provisionales y están condicionadas. Yo estoy hablando en España en el siglo XXI, es decir, en un país con grandes problemas de competitividad. España, no nos engañemos, tiene una dependencia energética severa. Y la dependencia en la vida es mala. Porque los proveedores pueden tener otras prioridades en un momento determinado. Sabiendo que nadie es totalmente autónomo y que la seguridad nuestra depende de la seguridad  de los vecinos, creo que hay tender a la autonomía. Desechar esa parte del mix energético puede generar inseguridades. Yo no es que sea un pronuclear rabioso; es sólo mi manera de entenderlo. Creo que con la moratoria nuclear hemos perdido bastantes oportunidades.

EL GOBIERNO DE ZAPATERO. "Si este Gobierno se ha caracterizado por algo es por comenzar los discursos en una dirección para terminar haciendo lo contrario".

¿Cree que el Gobierno, con sus políticas, ha sido coherente con su discurso en torno al cambio climático?

Tampoco sé si el discurso era coherente. Yo creo que si este Gobierno se ha caracterizado por algo es por comenzar los discursos en una dirección para terminar haciendo lo contrario. Volviendo a la sostenibilidad y a su relación con el cambio climático, la naturaleza es un in put y no puede ser el vertedero donde echamos lo que nos sobra. El aumento progresivo de la temperatura nos tiene que alertar. Es un preaviso. Pero la sociedad suele desoír estos preavisos… Tenemos que intentar desacelerar y para eso hay que desarrollar determinadas políticas. Hay dificultades obvias. Los países más avanzados son los que más han provocado el cambio, pero ahora los países emergentes quieren crecer y piden que las mismas reglas que tuvimos nosotros se las puedan aplicar ellos. Y nosotros decimos que no nos gusta. Hay que tener muy en cuenta que todo el mundo tiene derecho a tener oportunidades y únicamente por vía de persuasión se les puede convencer de los riesgos. Y a nosotros nos toca no sólo dar lecciones a los demás, sino también hacer los deberes. Es cierto que hay determinadas argumentaciones que se están intentando demostrar que el cambio climático es una entelequia. Pero sabiendo quehay guerras justas pero no ejércitos inocentes, también hay que decir que en España hemos alimentado una burbuja con determinada producción energética.

¿Y qué opinión le merece la que en su día se anunció como una de los proyectos estrella del Gobierno: la Ley de Economía Sostenible?

Ha habido mucha improvisación. Yo no he visto formulaciones de calado. Quizá habría que preguntárselo a quienes la cocinaron. Pero me da la impresión de que se trata de una formulación retórica para salir del paso.

¿Cree que es necesario reforzar la transparencia de las empresas?

Creo que el mercado es un buen mecanismo de designación de recursos. ¿Eso significa que sólo con el mercado las sociedades se puedan conducir? No. Igual que las sociedades necesitan mercado, necesitan política. Entendiendo por política una manera de organizar la sociedad para fomentar la igualdad y la cohesión. Yo creo que los mercados necesitan ser escrutados y ser diagnosticados. Necesitan también una serie de normas institucionales para que no fracasen. De hecho, yo creo que el sector público se justifica por los fallos del mercado y, evidentemente, el sector público tiene que tener un ámbito que no sea muy extenso porque también el Estado también tiene fallos. Una combinación de los dos es lo correcto. Me preguntas pro reforzar la transparencia. Yo creo que la transparencia es la precondición para un buen funcionamiento de los mercados. En el campo de la RSC se abren posibilidades para un primer nivel de transparencia. La RSC se basa en una filosofía, que a mí me parece justa, que es una alianza entre la economía y la sociedad, de forma que la economía pueda sobrevivir como una economía de mercado potente pero la sociedad tenga su retribución. La formulación clásica de la RSC, que es la relación de las empresas con sus stakeholders y con la naturaleza, genera transparencia. Pero la transparencia es precondición. Aunque es verdad que mucha gente lo interpreta como una cuestión estética y ha visto en la formulación de los procesos de RSC un embellecedor, hay otras empresas, y de esto estoy convencidísimo porque conozco algunos ejemplos, donde la RSC es una filosofía que se pone en marcha a través de procesos muy complejos y que tiene unos resultados para la empresa. La RSC es, para muchos, una buena inversión.

¿Las memorias de sostenibilidad de las empresas deberían ser obligatorias?

En lo que respecta a las memorias, yo en principio creo que para que progrese y se extienda por lo menos para determinadas empresas –las que está presentes en bolsas o las que se ponen en un determinado púlpito para demandar capital público- debería ser obligatorio. Pero establecer la obligatoriedad de estos códigos es complicado porque no son códigos uniformes por lo que yo hablaría de obligatoriedad entre comillas. Y,  eso  sí, como iniciativa, la RSC debe ser voluntaria y creo que es bueno que dejemos competir a los buenos con los malos.

LA CULTURA DEL DESPILFARRO. "Cuando existe una tendencia al despilfarro como en España hay que precaverse, incluso a la hora de hacer un proyecto de arquitectura institucional".

¿Cree que nuestro modelo territorial favorece cierta cultura del despilfarro?

La cultura del despilfarro creo que es independiente de la arquitectura política. Pero, desde luego, en este país existe una cultura del despilfarro y cuando existe tal tendencia hay que precaverse, incluso a la hora de hacer un proyecto de arquitectura institucional. Lo que sí se detecta en un modelo de Estado descentralizado como es el español, y que también existe en otros países, es el de determinadas tendencias que habría que intentar corregir: una tendencia a la huida de la corresponsabilidad fiscal, una tendencia al clientelismo, una duplicación de funciones… Hay, por ejemplo, servicios de empleo de carácter estatal, servicios de empleo de carácter autonómico y servicios de empleo de ámbito municipal y funcionan bastante mal. El modelo autonómico es un modelo que hay que cuidar. Hay que evitar las duplicidades y, evidentemente, el despilfarro.

¿Cree que se tendría que establecer un régimen de incompatibilidades entre los sueldos públicos de los ex presidentes y sus actividades en el sector privado?

Depende de lo que decida la soberanía nacional. Es un tema absolutamente contingente y, dentro de la inflación de problemas que tenemos, creo que no tiene ninguna importancia.  Sí defiendo que se cuide de una persona que ha tenido esa responsabilidad. Que no me cuente nadie que un ex presidente de Gobierno es un particular, que puede dedicarse a hacer su vida. Menos cinismo y menos historias. También defiendo que una persona no esté sometida a una especie de muerte civil por haber defendido los intereses de la sociedad. Será, seguro, una persona muy acreditada para trabajar. Que se establezca un nivel de compatibilidad económica entre sus actividades, pues bueno, pero a mí personalmente no me parecen conductas escandalosas, como se ha dicho.

Como ex líder de uno de los dos grandes sindicatos de España, ¿cómo vive la crisis que atraviesa el sindicalismo en España?

La sociedad española cuando se encuentra en una situación complicada suele buscar culpables. No estamos cuestionados solo los sindicatos. Están cuestionados los políticos. Y los bancos. Y los medios de comunicación (por eso habéis puesto en marcha Ethic, ¿no?)… Dando por hecho que no hay nadie es perfecto, yo me pregunto por qué hay tantas instituciones cuestionadas, si al fin y al cabo son instituciones que crea la sociedad. Quizá cuando la sociedad española cuestiona tantas cosas es que no cree en sí misma.


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