Internacional

El mundo aún no tiene motivos para sentirse orgulloso

A día de hoy, hay más de 80 países donde ser homosexual es un crimen. En 12 de ellos, castigado con pena de muerte. El Día del Orgullo debería ser, también, un día de reflexión.

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29
junio
2017
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No hablamos (solo) de LGBTfobia, hablamos de derechos humanos no reconocidos en más de 80 países, donde ser homosexual es un crimen. En 12 de ellos, castigado con pena de muerte. El Día del Orgullo debería ser, también, un día de reflexión.

La normalización absoluta de aquellos y aquellas con opciones sexuales diferentes a la unión de un hombre y una mujer aún dista mucho de ser definitiva. Pero la lucha de las comunidades de gays, lesbianas, bisexuales, transexuales y transgéneros empieza a dar sus frutos. El pasado mayo tuvo lugar la primera manifestación LGBT del mundo árabe, durante la semana del orgullo en Beirut. Sus promotores apelaban a la Declaración Universal de los Derechos Humanos en un país, Líbano, en el que practicar la homosexualidad sigue siendo ilegal, y puede estar castigado con la cárcel. Hace una semana, los colectivos turcos celebraron una marcha por Estambul, contraviniendo la prohibición expresa de las autoridades.

Esta misma semana, Angela Merkel abría la puerta a legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo. Seguramente tiene mucho que ver que las elecciones en Alemania, donde solo se admiten uniones civiles y se prohíbe la adopción, estén a la vuelta de la esquina, pero el viraje en la mentalidad de la canciller, reticente a esta medida hasta hace nada, es sin duda un avance.

Son tres ejemplos de que la lucha da sus frutos, reflejados en situaciones impensables hace algunos años. España, con el recuerdo aún fresco de una dictadura (en la que se incluía a los homosexuales en la Ley de Vagos y Maleantes), ha dado un salto gigantesco hacia la normalización: fue, en 2005, uno de los primeros países del mundo en legalizar el matrimonio entre personas de cualquier condición sexual. Solo Países Bajos había tomado la iniciativa antes, en 2001. Esto tuvo un considerable efecto arrastre, y desde entonces han secundado esta medida Francia, Reino Unido, Finlandia, Luxemburgo, Dinamarca, Canadá, Islandia, Bélgica, Estonia, Eslovenia, Noruega, Uruguay Argentina. En el caso de Estados Unidos y México solo se ha legalizado en algunos estados, y en muchos de estos países donde aún es legal, sigue sin permitirse la adopción entre personas del mismo sexo, por más que estén casados.

Por desgracia, el matrimonio homosexual, o la mera condición, sigue estando prohibido en la mayor parte del mundo. En muchos países, perseguido con penas de cárcel e incluso de muerte. En Rusia prohíben tanto las uniones civiles como el matrimonio, y ser homosexual no está penado, pero la Ley de Propaganda Homosexual dictada por Putin en 2013 castiga su difusión, según el Gobierno, para evitar su normalización entre menores. Según los casos de persecuciones y condenas vistos en este tiempo, queda claro que la norma es tan inconcreta que, en definitiva, prohíbe el movimiento LGTB en cualquiera de sus manifestaciones. La adopción entre personas del mismo sexo solo está permitida en 15 países.

La situación se encarniza en países de África y Oriente Medio. En Senegal, el mero hecho de ser homosexual puede suponer hasta cinco años de cárcel. En Túnez, a esta pena se suma el destierro por otros cinco años. En Kenia, el que muestre en público su homosexualidad puede pasar 14 años de prisión y en Egipto, además, es un supuesto que inhabilita para entrar en el ejército.

En los países que practican el islamismo radical, ser homosexual es un peligro para la integridad física, e incluso la vida. En Irán, si dos hombres se besan pueden ser castigados con hasta 60 latigazos, y si tienen relaciones sexuales, con la pena de muerte. En Yemen van más allá: 100 latigazos o un año de prisión si el hombre es soltero, y lapidación en algunas provincias, en caso de que esté casado. Esto también puede aplicarse a mujeres del mismo sexo, aunque curiosamente, en muchos de estos países el lesbianismo ni siquiera está contemplado.

A día de hoy, hay más de 80 países donde ser homosexual es un crimen. En 12 de ellos, castigado con pena de muerte. Aunque la lucha por la normalización avanza, lo cierto es que la situación mundial dista mucho de ser normal.

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