Derechos Humanos
Ocho millones de niños trabajan en condiciones de esclavitud
El Día Mundial contra la Esclavitud Infantil conmemora el asesinato de un niño pakistaní de doce años de edad que en 1995 denunció la situación de explotación a la que había estado sometido desde que tenía cuatro.
Artículo
Si quieres apoyar el periodismo de calidad y comprometido puedes hacerte socio de Ethic y recibir en tu casa los 4 números en papel que editamos al año a partir de una cuota mínima de 30 euros, (IVA y gastos de envío a ESPAÑA incluidos).
COLABORA2013
Artículo
Entre cinco y ocho millones de niños en el mundo estarán trabajando este martes, Día Mundial contra la Esclavitud Infantil, en condiciones de explotación o servidumbre y no sólo en los países del Sur, sino también en Europa, donde miles de menores de edad son obligados a ejercer la mendicidad, delinquir o prostituirse para el lucro de las redes de trata.
Así lo ha explicado en declaraciones a Europa Press la coordinadora de Derechos de la Infancia en Save The Children, Liliana Orjuela, tras recordar que la esclavitud del siglo XXI es la trata de personas con fines de explotación, una realidad en la que los niños son víctimas preferentes e invisibles, «muy difíciles de detectar y aún más de cuantificar».
Orjuela recuerda que según los últimos datos de Eurostat, sólo entre 2008 y 2010 fueron identificadas en los 27 países europeos 23.632 víctimas de trata y se trata «sólo de los casos que se detectan, aquellos judicializados en los que se sospecha que hay una víctima», una punta del iceberg porque la práctica de las ONG apunta a la existencia de una cifra mucho mayor.
«Los niños son muy difíciles de detectar. Todos en algún momento hemos visto niños ejerciendo la mendicidad en Europa, pero no sabemos cuántos son. Hay pequeños estudios y más o menos lo que dejan ver es que generalmente son niños romaníes que son trasladados por toda Europa y justo por la posibilidad de traspasar las fronteras no hay forma de detectar quién es el adulto con el que viajan», ha señalado la responsable de Save The Children.
Orjuela añade que estos niños a menudo son utilizados para la comisión de delitos menores y cuando son detenidos, acaban de nuevo en brazos de sus explotadores porque las autoridades no suelen investigar ni la identidad o procedencia del menor ni la veracidad de la documentación que esgrime el adulto que lo saca del calabozo presentándose como su responsable.
Niños invisibles
«Cuando los niños son muy vistos en una zona, los tratantes los cambian de zona, ciudad o país. La policía de Gran Bretaña nos ha dicho en algún momento que en ocasiones, cuando un país se tomaba la molestia de verificar los antecedentes, contrastaba que el niño estaba siendo explotado y lo mandaba de vuelta a Rumanía, al cabo de un tiempo ese niño volvía a aparecer en otro país presa de las redes«, ha apuntado.
Eso en cuanto a la mendicidad, porque, en materia de prostitución, Save The Children, miembro de la Red Europea de Lucha contra la Trata con fines de explotación sexual, es consciente de la existencia de menores de edad obligadas a ceder su cuerpo en España. También la mayoría de estas víctimas provienen de países del Este y también en estos casos sus tratantes se benefician de la libertad de circulación dentro del espacio europeo.
El Día Mundial contra la Esclavitud Infantil conmemora el asesinato de un niño pakistaní de 12 años de edad que en 1995 denunció la situación de explotación a la que había estado sometido desde que tenía 4, cuando su padre le vendió para saldar una deuda de 600 rupias. Cada año, el 16 de abril se renueva la exigencia a los gobiernos para que adopten medidas eficaces en la protección de los menores de edad y en el ‘empoderamiento’ de sus familias, para que puedan responder como cuidadores.
Para Save The Children, además de la lucha por la erradicación de la pobreza, es necesario desarrollar legislaciones que tipifiquen los delitos y proporcionen un sistema claro de denuncia y acogedor para los menores de edad. En el caso concreto de España, pide una ley específica de lucha contra la violencia sobre la infancia, que incluya desde los malos tratos hasta la esclavitud o la trata; garantice una atención urgente para cualquier víctima menor de edad y la coordinación entre todas las administraciones.
Del trabajo a la explotación
«En la mayoría de las sociedades se da el trabajo infantil como una actividad del niño que implica colaborar en casa, lo que ocurre es que en la mayoría de los países pobres el trabajo infantil es mucho mayor y en peores condiciones«, señala Orjuela, para incidir en que una cosa es el trabajo de un menor de edad «en condiciones dignas de acceso a la educación, la salud y la vivienda» y otra la explotación en ‘empleos’ que dañan gravemente la salud física o emocional del niño para siempre.
Esta es la situación de los niños que trabajan en las minas de carbón en Brasil, los picapedreros de Benin, los que extraen diamantes en Sierra Leona o coltán en las minas de República Democrática del Congo, pero también la de los niños soldado en países en conflicto, la de quienes son explotados sexualmente, o la de quienes han sido ‘comprados’ para el trabajo doméstico, entre otros.
Sobre este asunto, Manos Unidas recuerda su trabajo en Haití para recuperar la dignidad de los conocidos como ‘restaveks’, más de 300.000 niños de origen rural y paupérrimo, cuyas familias confiaron su tutela a otras familias de entornos urbanos con la esperanza de que pudieran tener más oportunidades. Sin embargo, acabaron vendidos y esclavizados como trabajadores domésticos.
En Camboya, la organización señala que «muchos padres del entorno rural venden a sus hijos para pagar sus deudas y los pequeños acaban siendo vendidos de nuevo para ser explotados sexual o laboralmente». En este aspecto trabaja también en el país asiático el Proyecto Protect, del que es miembro la ONG Global Humanitaria, detectando víctimas y procurando llevar ante la justicia a sus explotadores.
COMENTARIOS