El anuncio de aranceles universales escenificado por Donald Trump en los jardines de la Casa Blanca ha sido el cuento del lobo y las ovejitas. El presidente estadounidense llevaba tiempo anunciando que vendría el lobo (los aranceles) y los demás países (las ovejitas) estaban con el miedo en el cuerpo.
La incertidumbre no era tanto por si se iba a aplicar algún tipo de arancel (eso ya se daba por descontado), sino por si iban a ser mayores o menores de lo que esperaban los mercados.
Y la tarde del miércoles 2 de abril, tras el cierre de Wall Street, Trump lanzó el tan esperado anuncio de aranceles universales –que finalmente fueron variables según países y llegan hasta el 50%– y decretó el «Día de la Liberación» económica de los Estados Unidos.
Una ola arrolladora
Este anuncio ha generado un tsunami en los mercados globales. Las caídas reflejan la incertidumbre y el temor a una desaceleración económica global. La razón fundamental es que los aranceles son peores para algunas regiones como Asia y Europa de lo que estimaban las previsiones más pesimistas.
Los efectos inmediatos han sido devastadores para los mercados financieros. En la primera media hora de operaciones al día siguiente del anuncio, los índices Dow Jones (que rastrea el desempeño bursátil de las 30 empresas más grandes de EE. UU.), S&P 500 (las 500 mayores empresas cotizadas estadounidenses) y NASDAQ (que sigue el rendimiento de compañías de alta tecnología en electrónica, informática, telecomunicaciones, biotecnología) cayeron más del 3,5 %, con el NASDAQ liderando la bajada con una pérdida de más del 4,5 %.
Esta reacción refleja la preocupación de los inversores sobre el impacto negativo de los aranceles en el comercio internacional y la economía global. Además, confirma la mala noticia que supone que Trump haya decidido endurecer (más de lo esperado) sus tarifas arancelarias hacia terceros países, muchos de ellos considerados hasta hace pocos meses aliados y amigos de Estados Unidos.
Entre las empresas afectadas por las caídas hay empresas con fuerte componente exterior (bien por exportación o importación de componentes y bienes terminados).
Efecto cascada
Ya se ha visto cómo después, el lunes 7 de abril, la respuesta de China (que el viernes 4 de abril anunció aranceles del 34% a todos los productos estadounidenses) provocó el progresivo descalabro de los mercados a medida que fueron abriendo en Asia, Europa y América.
Esta reacción global subraya la interconexión de los mercados financieros y la magnitud del impacto de las políticas comerciales de Estados Unidos. Si vemos la evolución en los últimos 3 meses de algunos índices europeos y asiáticos se confirma este desplome a nivel internacional.
¿Y cómo se protege la riqueza?
Ante la volatilidad de los mercados por el temor al alcance de las políticas de Trump, el oro ha jugado un papel crucial como refugio seguro para los inversores (siempre lo es en periodos de crisis), lo que ha llevado a que su precio alcance niveles récord de hasta 3.200 dólares por onza (unos 2.900 euros por poco más de 28 gramos).
El oro ha jugado un papel crucial como refugio seguro para los inversores
En un entorno financiero incierto y volátil, la riqueza busca estabilidad, y el oro se percibe como una inversión segura frente a las fluctuaciones del mercado y las posibles repercusiones económicas de la guerra comercial.
Además, los mercados financieros de los países que han sufrido menos el ataque arancelario estadounidense (México o Canadá) podrían emerger como refugio para los inversores internacionales que huyen de la incertidumbre y las pérdidas que estos gravámenes podrían ocasionar en su riqueza.
Lo que dicen las investigaciones sobre el tema
Un análisis reciente del impacto negativo en los mercados de valores de la guerra comercial de 2018-2019 entre Estados Unidos y China muestra que los anuncios de aranceles causaron caídas significativas y persistentes en los precios de las acciones. Por ejemplo, los días inmediatamente posteriores al anuncio el mercado estadounidense cayó un total acumulado del 11,5% por ciento, lo que equivale a una pérdida de valor de capital de aproximadamente 4,1 billones de dólares en empresas.
Los descensos fueron amplios y se producían de manera consistente con cada nuevo anuncio arancelario, lo que sugiere que estas reacciones no se debieron a una simple reacción a eventos inesperados. Además, las empresas que estaban directamente expuestas a China –ya fuese a través de exportaciones o importaciones– tuvieron mayores caídas en el corto plazo y se enfrentaron a peores resultados económicos después.
Consecuencias económicas a medio y largo plazo
En 2025, cabe esperar consecuencias adicionales a medida que los mercados ajustan sus expectativas sobre el efecto de las tasas en los flujos de efectivo de las empresas (y, en consecuencia, de su valor).
En la investigación ya citada se encontró que la guerra comercial con China de 2018-2019 produjo un descenso en el bienestar de Estados Unidos cercano al 3%. Un reflejo de la creencia del mercado de que los aranceles tienen efectos prolongados y negativos sobre la productividad y el crecimiento económico futuro.
Esto sugiere que si la situación no mejora –por ejemplo, si se mantienen las elevadas tarifas universales anunciadas por Trump–, los mercados pueden anticipar una reducción aún mayor en la productividad y en la estabilidad económica, lo que podría agudizar aún más la caída de los precios de las acciones y afectar a la confianza empresarial a largo plazo.
Recesión y desempleo
A medida que los mercados ajusten sus expectativas, las consecuencias económicas de los aranceles universales se harán más evidentes. Los economistas advierten que aumenta la probabilidad de recesión económica, con un posible incremento del desempleo en Estados Unidos que podría llegar al 7,5% (a comienzos de abril de 2025 era del 4,2%).
En cuanto a la inflación y el coste de la vida, los aranceles aumentarán los costes de importación, lo que se traducirá en precios más altos para los consumidores. Esto podría llevar a un aumento de la inflación, afectando al poder adquisitivo de los hogares y reduciendo el consumo. En un contexto de inflación ya elevada, esto podría agravar aún más la situación económica.
Las empresas que dependen de insumos importados se enfrentarán a mayores costes, lo que reducirá sus márgenes de ganancia. Esto es especialmente preocupante para las empresas tecnológicas y de consumo, que ya han visto caídas significativas en sus acciones. La volatilidad en los mercados podría llevar a una reducción en la inversión empresarial, afectando el crecimiento económico a largo plazo.
Un futuro incierto
Los aranceles universales estadounidenses han desencadenado una serie de efectos negativos en los mercados financieros globales. A medida que los inversores y las empresas ajusten sus expectativas –y que avancen los acontecimientos– es probable que la volatilidad continúe.
En este contexto, es crucial que los responsables de las políticas económicas (bancos centrales y gobiernos) busquen la forma de mitigar el impacto y fomenten la estabilidad económica.
Dada la magnitud del impacto negativo en las bolsas de medio mundo, y la incertidumbre que ha generado en la economía global, el «Día de la Liberación» más bien podría llamarse el Día de la Demolición.
¡Que ha llegado el lobo!
Francisco Jareño Cebrián es catedrático del Área de Economía Financiera, Departamento de Análisis Económico y Finanzas, Universidad de Castilla-La Mancha. Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.
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