Uno de cada cinco menores vive con sobrepeso u obesidad
¿Cómo atajar el sobrepeso infantil?
En los últimos 25 años, el número de escolares con sobrepeso se ha duplicado a nivel mundial. En España, esta condición se ceba especialmente con las familias de rentas más bajas. ¿Cómo atajarlo?
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Uno de cada cinco niños, niñas y adolescentes del mundo presenta sobrepeso y obesidad y, desde el año 2000 hasta ahora, el número de menores con sobrepeso se ha duplicado. Son algunos de los hallazgos que presenta el informe sobre nutrición infantil 2025 realizado por UNICEF, donde también determinan que la obesidad ha superado al bajo peso y actualmente constituye la forma predominante de malnutrición entre las personas en edad escolar.
La prevalencia de esta afección varía entre las distintas regiones (es mayor en América Latina y el Caribe, Oriente Medio y Norte de África y América del Norte), y también es superior entre los niños que entre las niñas (a excepción del grupo de edad de 14 a 19 años). Pero, en global, la obesidad crece y presenta una proporción cada vez mayor entre todos los casos de sobrepeso, una tendencia preocupante, ya que conlleva mayores riesgos para la salud. Para medir la obesidad y el sobrepeso se tuvo en cuenta la desviación respecto a la mediana del índice de masa corporal, un indicador que, si bien se ha demostrado poco fiable a nivel particular, sí resulta útil en estudios poblacionales de este tipo.
Según el análisis presentado por UNICEF las causas de este aumento de la obesidad y el sobrepeso estarían en una alimentación dañina y pobre en nutrientes favorecida por entornos alimentarios no saludables en los que los alimentos y bebidas ultraprocesados inundan los comercios y hasta las escuelas, con los menores están expuestos constantemente a su publicidad. Mientras tanto, señalan, las políticas y medidas jurídicas son insuficientes para atajar las prácticas poco éticas de la industria de los ultraprocesados.
El 36% de los escolares de entre 6 y 9 años padece sobrepeso, una cifra que asciende al 46% en las familias con rentas bajas
El informe muestra además que en los países de ingresos altos, las familias pobres se encuentran aún más desprotegidas. Es lo que ocurre en España, donde el exceso de peso infantil ha caído 4 puntos en los últimos cuatro años, pero no en los hogares con rentas más bajas, como queda de manifiesto en el último Estudio ALADINO elaborado por el Ministerio de Consumo. Así, el 36% de los escolares de entre 6 y 9 años padecería sobrepeso u obesidad, pero la cifra ascendería al 46% en el caso de familias con rentas inferiores a 18.000 euros anuales.
Aunque está claro que tanto la obesidad como el sobrepeso son fenómenos multifactoriales, en los que se suman causas genéticas, fisiológicas y ambientales, en este documento apuntan algunas de las posibles razones de esta desigualdad: entre las familias de rentas bajas es menor el consumo de frutas y verduras diarios y también se reduce el número de actividades extraescolares (que en muchos casos son deportivas), mientras que es superior el porcentaje de niños y niñas expuestos a pantallas más de dos horas diarias (lo que se relaciona con un mayor sedentarismo).
Según la AEPED, los síndromes endocrinológicos representarían tan solo el 1% de la obesidad infantil, mientras que el 99% se correspondería a obesidad nutricional, a priori, más fácil de corregir a través de hábitos saludables.
¿Cuáles son las consecuencias para los pequeños y pequeñas que deben vivir con sobrepeso u obesidad? El exceso de masa grasa corporal implica un mayor riesgo de padecer complicaciones metabólicas (dislipemia, resistencia a la insulina, hipertensión arterial…), ortopédicas y respiratorias. También se asocia con alteraciones psicológicas, pero no de forma inherente, sino como consecuencia de vivir en una sociedad que penaliza contundentemente el sobrepeso.
Además de complicaciones metabólicas, ortopédicas y respiratorias, los menores con sobrepeso pueden padecer problemas psicológicos
Por eso, cuando hablamos de cómo prevenir el sobrepeso y la obesidad en los niños deberíamos ser conscientes de que fomentar el acceso a una alimentación nutricionalmente rica y variada e incentivar la actividad física es imprescindible, pero revisar cómo tratamos a los niños y niñas con exceso de peso no lo es menos.
Además, deben tomarse medidas legislativas que garanticen que los menores puedan disfrutar de una dieta sana y variada. Para empezar, en los colegios. Está en trámite el Real Decreto de Comedores Escolares Saludables y Sostenibles, que regula los menús de los comedores para que aumenten la proporción de frutas y verduras y aseguren un mínimo de raciones semanales de pescado, legumbres o cereales integrales, mientras que se limitarán los platos precocinados a, como máximo, uno al mes. Además, no se permitirá servir bebidas azucaradas en los centros escolares (ni en las cafeterías ni en las máquinas de vending).
Resultaría esencial, además, garantizar medidas que eliminen la pobreza económica y mejoraran el acceso de las familias más vulnerables a una alimentación nutritiva y saludable. No cabe duda de que en los últimos años ha aumentado la concienciación individual sobre los efectos nocivos de una alimentación poco variada y rica en ultraprocesados, pero es necesario complementarlo con medidas sociales que posibiliten, en el día a día, el comprar y cocinar alternativas más saludables, o el acompañar a nuestros hijos e hijas en actividades menos sedentarias.
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