Loola Pérez

La alfabetización mediática y el pensamiento crítico son urgentes para educar a los más jóvenes contra los bulos.

Las voces dominantes del feminismo plantean lo penal, el victimismo y el linchamiento como antídoto a la violación.

El activismo feminista ha dejado de ser un movimiento transformador para convertirse en un circo mediático.

La desinformación sobre la inmigración a menudo se utiliza para avivar pánicos morales y valores xenófobos.

Cuando el recurso está profesionalizado y cumple unos mínimos de calidad resulta imprescindible.

Parte de los estudios de género y del activismo feminista ha contribuido al pánico moral en el ámbito de la sexualidad.

A pesar de que los hombres tienen más poder, los chicos jóvenes se sienten ninguneados y discriminados.

«Sorprende que no son los señores quienes se sienten incómodos con el feminismo, sino los chavales de la generación Z».

Para la cultura de masas, el deporte es un deber social al que hoy hay que entregarse en cuerpo y alma.

Las redes sociales se han llenado de falsos gurús que, con o sin titulación, dicen ser expertos en bienestar.

Preocupa el aumento de los casos de gonorrea, sífilis o clamidia, entre otras infecciones de transmisión sexual.

Independientemente de la intención originaria del #MeToo, las consecuencias del movimiento no están siendo positivas.

Quizá no sea perfecto, pero el informe del Defensor del Pueblo sobre la pederastia en la Iglesia es un paso relevante.

¿Qué efectos tiene el consumo de pornografía en la adolescencia? ¿Debería limitarse o prohibirse?

El escándalo por los mensajes de Whatsapp de unos alumnos revela que el feminismo tiene todo un problema con el deseo.

El creciente pánico moral y la omnipresencia de la pornografía hacen más necesaria que nunca una intervención educativa.

Los adolescentes consumen una gran cantidad de contenidos online y, entre ellos, también está la pornografía.

Con su último spot, el futbolista del Betis ha ayudado a evidenciar la construcción social de la masculinidad.

Las muñecas sexuales no fueron una excepción al crecimiento de ventas de los juguetes sexuales durante la pandemia.

Necesitamos una mirada crítica que nos aleje del fundamentalismo antiporno.