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El impacto de los emprendedores que construyen la sociedad del mañana

En la actualidad el impacto positivo del emprendimiento suele pasar desapercibido, lo que lleva a preguntarse: ¿cómo evolucionará esta disciplina en el futuro?

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El emprendimiento vive un período de reafirmación. Un momento para reivindicar su capacidad transformadora y destacar el valor que genera al dar respuesta a desafíos sociales, medioambientales o tecnológicos, a través de soluciones innovadoras. Desde que hace 15 años Impact Hub abrió, en la calle Gobernador de Madrid, su primer coworking en España enfocado al impacto, la compañía ha sido testigo privilegiado de esta evolución.

Las personas emprendedoras ya no son vistas únicamente como creadoras de empresas que buscan la independencia financiera, sino como agentes de cambio que abordan retos globales, como la emergencia climática, la desigualdad y la transformación tecnológica, mientras mantienen un enfoque local y colaborativo. Y esta evolución trae consigo nuevas exigencias y oportunidades que configuran un ecosistema en constante transformación.

A lo largo de la última década hemos presenciado una consolidación del ecosistema emprendedor, gracias al desarrollo de infraestructuras y plataformas que han dado apoyo a los emprendedores para hacer realidad sus proyectos en incubadoras o aceleradoras; al impulso de servicios y programas para su desarrollo; y, especialmente, al aumento de la financiación disponible para llevar sus proyectos adelante. Sin embargo, este ecosistema ha alcanzado un punto en el que necesita una nueva etapa de innovación y colaboración para superar sus debilidades y maximizar las oportunidades.

Las universidades y las administraciones públicas desempeñan un papel fundamental en el fomento del emprendimiento. Las primeras deben seguir promoviendo la cultura emprendedora mediante programas académicos, incubadoras de empresas y centros de innovación. Por su parte, las administraciones públicas deben continuar desarrollando políticas y programas que faciliten la creación de empresas, reduzcan la burocracia y ofrezcan incentivos fiscales.

El desafío ahora radica en reconocer el talento emprendedor como el núcleo vital del ecosistema, y entenderlo en toda su dimensión humana y profesional

El sector empresarial también ha sido una pieza determinante en esta evolución, con iniciativas como Wayra, Lanzadera, BStartup o Google for Startups, además de la creación/participación de programas como las líneas de financiación de Enisa o el programa Acelera Startups, el mayor programa de aceleración en España dirigido a impulsar 6.000 startups. Estas alianzas entre lo público y lo privado seguirán siendo esenciales para fortalecer el ecosistema emprendedor. 

El desafío ahora radica en reconocer el talento emprendedor como el núcleo vital del ecosistema, y entenderlo en toda su dimensión humana y profesional. Esto requiere ir más allá del modelo de negocio para abordar el bienestar emocional de los emprendedores, sus aspiraciones personales y su impacto social. La diversidad de perfiles, desde innovadores tecnológicos hasta emprendedores sociales o medioambientales, exige un enfoque de apoyo más personalizado y menos uniforme.

Medir para transformar

El impacto que generan los emprendedores en sus comunidades pasa desapercibido si no se mide ni comunica. Más allá de las métricas financieras, medir el impacto ayuda a evaluar el alcance transformador de las iniciativas, atraer inversores y generar confianza en los stakeholders. Sin embargo, aún queda mucho camino por recorrer para consolidar un ecosistema que priorice el impacto en sus prácticas. En la Comunidad de Madrid, por ejemplo, el 70% de los emprendedores en fase inicial integra estrategias de sostenibilidad social y medioambiental en sus proyectos, pero solo el 45% las ha implementado de forma efectiva, según el informe Global Entrepreneurship Monitor (GEM) 2023-2024 «Actividad emprendedora en la Comunidad de Madrid», elaborado por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) en el que ha colaborado Impact Hub Madrid.

Los espacios de coworking han demostrado ser nodos imprescindibles para fomentar la innovación

En este contexto, los espacios de coworking han demostrado ser nodos imprescindibles para fomentar la innovación. Más que meros lugares físicos, estas comunidades son entornos de colaboración en los que los emprendedores comparten conocimientos, amplían sus contactos y se inspiran mutuamente.

Si bien el emprendimiento presenta grandes oportunidades, también se enfrenta a grandes desafíos. La competencia es feroz, la tecnología avanza rápidamente y el acceso a financiación sigue siendo un obstáculo para muchos. Contar con el acompañamiento personalizado adecuado y las conexiones necesarias marca la diferencia en la viabilidad y sostenibilidad de los proyectos.

Regenerar el futuro del emprendimiento

Una de las tendencias más prometedoras en el mundo del emprendimiento es el enfoque regenerativo. Este paradigma va más allá de la sostenibilidad, buscando restaurar y revitalizar los sistemas naturales y sociales. Los emprendedores regenerativos están creando soluciones que combinan rentabilidad con beneficios tangibles para el planeta y las comunidades.

Desde la agricultura regenerativa hasta la economía circular o el desarrollo urbano, estos emprendedores demuestran que es posible generar impacto positivo sin renunciar al éxito empresarial. Ejemplos como el de Impact Hub Medellín, que transformó un barrio deprimido en un núcleo de arte y comercio, o el distrito cultural de L’Hospitalet de Llobregat, donde la colaboración público-privada regeneró espacios industriales, ilustran cómo el emprendimiento puede ser una fuerza regenerativa tanto a nivel local como global.

El futuro del emprendimiento depende no solo de la innovación individual, sino también de la capacidad colectiva para construir ecosistemas inclusivos y resilientes. La colaboración entre instituciones educativas, gobiernos, empresas y ciudadanía será esencial para avanzar hacia un modelo económico que priorice el impacto social y medioambiental.  

Este movimiento puede compararse con las raíces de un bosque: invisibles en su mayoría, pero fundamentales para sostener y nutrir un ecosistema lleno de vida. Raíces emprendedoras que, cada vez más entrelazadas, están formando una base sólida para una nueva economía que prioriza el bienestar colectivo y la regeneración del entorno.


Clara Calvo, Head of Workspace Xperience en Impact Hub Madrid

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