Opinión

¿El emprendedor nace o se hace?

Ser emprendedor es estar en beta permanente, es no tener miedo a equivocarse o, cuando lo haces, saber que puedes volver a intentarlo. Tiene que ver con no tener miedo al folio en blanco. Esto puede dar más vértigo que tirarte en un paracaídas sin saber si la anilla se abrirá.

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14
diciembre
2023

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Esta pregunta es la primera que viene a mi cabeza cuando empiezo a darle vueltas al ADN del que está hecha la persona emprendedora. ¿Por qué hay emprendedores que vienen de generaciones empresarias y, en cambio, hay otros que no tienen ninguna referencia más que su necesidad imperiosa de cuestionar el statu quo?

No tengo muy claro qué significa emprender en la palabra más amplia, pero, en mi opinión, tiene mucho que ver con la parte más soft de la naturaleza humana y con la educación desde las etapas más tempranas. Emprender es estar en beta permanente, es no tener miedo a equivocarse o, cuando lo haces, saber que puedes volver a intentarlo. Tiene que ver con no tener miedo al folio en blanco. Esto puede dar más vértigo que tirarte en un paracaídas sin saber si la anilla se abrirá. Tiene mucho que ver con la empatía, con entender las necesidades del mundo y transformarlas en soluciones que puedan resolverlas. Tiene que ver con la resiliencia y con ver recursos a tu disposición, aunque nadie más pueda verlos.

Este viaje indeterminado pasa por fomentar la creatividad, el pensamiento lateral, dejarse inspirar por múltiples fuentes y, por supuesto, no se adquiere de la noche a la mañana

Este viaje indeterminado pasa por fomentar la creatividad, el pensamiento lateral, dejarse inspirar por múltiples fuentes a tu alrededor y, por supuesto, no se adquiere de la noche a la mañana. Todo se entrena y, si proporcionamos las herramientas adecuadas y creamos el contexto para que nuestros niños y niñas jueguen y experimenten sin ningún límite, estaremos construyendo adultos que ven un mundo preparado para romper moldes. En este sentido, resulta clave que los sistemas educativos incluyan la educación al emprendimiento en todos los niveles. De hecho, el GEM (Global Entrepreneurship Monitor) 2022-2023 señala que la cualificación específica para emprender aumentó con respecto al año anterior, lo que implica que existe una mayor orientación hacia la formación emprendedora de las instituciones educativas. El emprendimiento debe ser una asignatura más en los centros educativos, de manera que se impulse el desarrollo de talento dentro de las aulas y se fomente la vocación emprendedora de niños y jóvenes. Esto no solo les ayudará en su vida profesional y educativa, sino también en su vida personal.

En España, la elección profesional preferida es «ser funcionario», escogida por el 44% de los jóvenes de 18 a 24 años, lo que supone una apología del puesto de trabajo asegurado y de por vida, señala el GEM. Tenemos un gran reto por delante si queremos que esta primera opción ceda en favor de otras mucho más arriesgadas como trabajar por cuenta propia y en un negocio que puede que no vaya a funcionar. Según los datos del GEM, los analistas empeoran su valoración de las condiciones del entorno nacional para emprender. Así, sitúan a España en el último cuartil de países con relación al índice NECI (National Entrepreneurial Contex Index), que evalúa la calidad del entorno para emprender. Esto supone un retroceso en comparación con el año 2021, y nos aleja de nuestros países de referencia europeos.

El emprendimiento debe ser una asignatura más en los centros educativos, de manera que se impulse el desarrollo de talento dentro de las aulas

Para fomentar el emprendimiento y cambiar esta situación, deberíamos empezar por crear los mecanismos necesarios, como una regulación e incentivos fiscales, que ayuden a los héroes emprendedores, esa suerte de naturaleza esteparia en peligro de extinción.

Si queremos emprender con cierta seguridad y minimizando el riesgo es necesario tener una buena caja de herramientas: entender mínimamente cómo funcionan los modelos de negocio (reglas para que nuestras ideas puedan capturar valor), entender cómo gestionar una caja, cómo liderar equipos e inspirarlos, así como aprender a llegar hasta los early adopters soñados por los canales adecuados. Experimentar rápido y barato es el mejor consejo y el Design Thinking, Customer Development o Lean Startup son maneras de ver el mundo muy acertadas para empezar este viaje. Otra de las formas de dotar de armas al emprendedor es el Corporate Venture Building con el cual, al crear un nuevo negocio, se comparte el riesgo, la metodología y un socio industrial para escalar lo antes posible. En resumen, todo para tratar de ser la mejor versión de uno mismo.

«¿Por qué los generalistas triunfan en un mundo especializado?» Así se titula el libro de David Epstein quien, de forma muy acertada, explica que un problema no estructurado es muy difícil de resolver si no nos nutrimos de inspiración en múltiples campos y, en eso, quien emprende es un hacha. En definitiva, demos alas, dejemos volar y recojamos los pedazos si hay alguna que otra caída. Seguro que, así, habremos normalizado el emprender en todos los ámbitos de nuestra vida: en nuestros puestos de trabajo, aunque sean un ministerio, con nuestros amigos, nuestra familia, o en nuestra forma de vivir.


Julia de Pedro es partner y Head of Building & Strategy de Byld.

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