Opinión

Entre el metaverso y la granja: un adelanto de las nuevas formas de trabajo

El avance de las tecnologías y el impacto de la covid-19 han acelerado los cambios que hacen frente a las formas tradicionales de trabajo. Digitalización, teletrabajo, éxodo urbano… ¿Qué es lo que nos depara el futuro?

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18
agosto
2021

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Estamos en un momento de cambio decisivo que deberíamos aprovechar para crear y consolidar el futuro del trabajo que queremos: uno más humano, sostenible, conciliador, evolucionado, saludable y enriquecedor y satisfactorio para todos. Una nueva forma de trabajar con la que nos sintamos más satisfechos personal y profesionalmente (y a la vez cuidemos de nuestro planeta).

La Cuarta Revolución Industrial y la covid-19 nos han regalado el teletrabajo y la posibilidad de deslocalizar el empleo, así como el uso de la tecnología y la digitalización para facilitarnos el trabajo y ser más eficientes. Regalos que incorporan nuevas maneras de relacionarnos y comprender la realidad que deberíamos aprovechar para crear un mundo mejor. Esto no para y, si miramos hacia el horizonte del tiempo, podemos empezar a divisar más cambios y alguna que otra paradoja.

Palabra de moda: el metaverso

Algunos hablan de que una buena parte del futuro de trabajo –y de la vida– va a transcurrir en el metaverso. Varias compañías, de hecho, ya están invirtiendo grandes cantidades en crearlo.

El metaverso, un término creado por Neal Stephenson en su novela Snow Crash, será un universo virtual al que podremos entrar para vivir experiencias e interactuar con otros millones de usuarios, un espacio en el que tendremos una vida paralela: podremos ir de compras, de viaje con nuestros amigos, ir a conciertos sin miedo a la covid-19, acudir a espacios donde charlar con miles de personas y hacer reuniones de trabajo en nuestras oficinas virtuales (o en las de otras empresas). Incluso podremos ir a conferencias, eventos y cursos de formación, así como negociar contratos, presentar productos y todo lo que nos podamos imaginar.

«¿Recuerdan el videojuego ‘Second Life’ o la película ‘Avatar’? Es ahí donde, dicen, vamos a vivir y trabajar a ratos»

Según el inversor Matthew Ball, el metaverso, entre otras características, será persistente; nunca finaliza pues, aunque no estemos presentes, la vida continuará. Viviremos experiencias en tiempo real, tendremos la sensación de «presencia». Podremos crear experiencias y contenidos de forma colaborativa. En definitiva, algo así como una cibervida con ciberexperiencias. ¿Recuerdan el videojuego Second Life o la película Avatar? Es ahí donde, dicen, vamos a vivir y trabajar a ratos. Hace unos años se vaticinaba lo mismo de las redes sociales, pero este es otro nivel completamente distinto (no sabemos aún si es una distopía más o un futuro probable).

Evidentemente, estamos a años luz. Todavía nos queda mucho que hacer para tener la tecnología necesaria y la cantidad de personas requerida interactuando para crear un metaverso, así como muchos interrogantes al respecto. Por el camino, sin embargo, ya hemos empezado a usar plataformas de eventos y reuniones virtuales en las que interactuar creándote tu avatar 3D para hacer las reuniones con tus compañeros en la oficina virtual o coworking, organizar una feria con exposición de productos y hasta llevar a cabo encuentros casuales con alguien que pase por allí.

También se está trabajando en el desarrollo de hologramas para hacer las reuniones de trabajo más reales, así como soluciones en base a realidad virtual (para recrear escenarios y personas 100% virtuales), realidad aumentada (para utilizar una capa virtual sobre el mundo «real») y realidad extendida (para utilizar diversos formatos y participar así de experiencias virtuales junto a otros). Son soluciones que, poco a poco, aportan esa sensación de «presencia» , intentando hacer más ameno el trabajo en remoto.

‘Back to basics’

Por otro lado, otros hablan de la necesidad del back to basics. Entre tanto teletrabajo estamos cogiendo aversión a todo lo que es digital; necesitamos desconectarnos y vivir el presente. Saborear un tomate de los de antes, oler las flores, pasear en medio de la naturaleza, tener conversaciones cara a cara con el café en la mano; ver a nuestros compañeros de trabajo y reírnos con ellos. Cada vez más conversaciones transcurren en torno al regreso a los básicos. Nos cuidamos, cuidamos nuestra dieta, hacemos deporte y mindfulness.

Hay una tendencia creciente de repoblación de aldeas. Estamos volviendo a vivir en el pueblo y en las granjas gracias al teletrabajo. En las organizaciones cada vez cobra más importancia el humanismo, el bienestar físico y el bienestar emocional. Y empezamos –solo empezamos– a ser más sensibles con el cuidado de nuestro planeta. Si no hay planeta no habrá futuro de trabajo que valga.

¿Estamos ante una paradoja en relación con el futuro del trabajo? ¿Ante una sociedad polarizada, en la que unos están en la granja y otros en el metaverso? Quizás desde la granja –o la casa en el pueblo– vamos a estar trabajando en el metaverso. Y quizás, solo quizás, desde allí no ensuciaremos tanto el planeta. Quizás sea una gran oportunidad para hacer un futuro más sostenible y poder cuidarnos más.


Alicia Pomares es socia fundadora de Humanova.

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