Participación ciudadana: crear ciudad contando con sus mejores expertos
Cada vez son más los ciudadanos que exigen ser tenidos en cuenta a la hora de diseñar las ciudades y entornos urbanos más próximos.
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La forma en la que se construyen nuestras ciudades está evolucionando muy rápido en las últimas décadas. Como parte de este cambio, un fenómeno que estamos viendo cada vez con más frecuencia es la exigencia de los ciudadanos de ser tenidos en cuenta a la hora de tomar decisiones que afectan al diseño de sus ciudades y entornos urbanos más próximos.
Los procesos participativos, totalmente integrados en los proyectos urbanísticos de países como Reino Unido, siguen siendo aquí una excepción, y la mayor parte de las veces son vistos con cierto recelo, cuando no con un sesgo ideológico, tanto desde las administraciones públicas como desde la iniciativa privada, que no han apostado por ellos.
Esta falta de cultura participativa, con la que se ha subestimado la capacidad de los ciudadanos de aportar a la construcción de la ciudad, es en parte entendible si tenemos en cuenta dos factores relacionados entre sí.
El primero tiene que ver con el modelo urbano que han seguido la mayor parte de nuestras ciudades, que, salvo escasas excepciones dadas por las limitaciones geográficas o de la propia orografía, se han especializado en el crecimiento expansivo frente al de la regeneración de los entornos ya construidos.
Madrid Nuevo Norte es el primer proyecto urbanístico a gran escala que se lleva a cabo sobre la ciudad consolidada y en un entorno urbano densamente habitado
El segundo es que, a consecuencia de este modelo, la mayor parte de los ciudadanos ha vivido bastante ajeno al fenómeno del desarrollo urbano, simplemente porque, al llevarse a cabo en los extrarradios, no les ha afectado directamente, lo que no ha ayudado a implantar una verdadera cultura de la participación para temas relacionados con el diseño del espacio público.
El hecho de no haber articulado procesos participativos efectivos, unido a los instrumentos oficiales que sí se han regulado, como los procesos de información pública, ha fomentado que hayan sido determinados colectivos organizados quienes mayoritariamente han ocupado ese espacio como única voz del conjunto de la ciudadanía, mientras que miles de vecinos interesados en el futuro de sus barrios no se han visto representados, ni han sabido cómo participar.
Pero hoy, toda vez que el modelo urbano expansivo de muchas de nuestras ciudades está agotándose (el caso de Madrid quizás sea el más significativo, por tener ya en desarrollo prácticamente todo el suelo de su término municipal) y que, por tanto, nos encaminamos forzosamente a proyectos de regeneración de la ciudad habitada, la participación ciudadana está empezando a cobrar cada vez más relevancia en el urbanismo y está llamada a convertirse en una fase más del proceso de desarrollo de nuestras ciudades.
Es en este nuevo contexto, que conviene no perder de vista, en el que Madrid Nuevo Norte, el gran proyecto de regeneración urbana que está a punto de arrancar en los barrios del norte de la capital, puede servir de ejemplo. Nuestra experiencia trabajando con vecinos puede ayudar a entender cómo llevar a cabo con éxito estos procesos. Y puede resultar también muy útil no solo para despejar dudas respecto a la conveniencia de incorporar a la ciudadanía al diseño de la ciudad, sino para confirmar su valiosa aportación para que los proyectos sean entendidos, aceptados y, sobre todo, se vean mejorados con su participación, respondiendo realmente a sus necesidades, garantizando así su éxito.
Madrid Nuevo Norte es el primer proyecto urbanístico a gran escala que se lleva a cabo sobre la ciudad consolidada y en un entorno urbano densamente habitado. Conscientes de esta realidad, en el año 2016 pusimos en marcha una estrategia propia de participación vecinal, basada en una metodología de intervención social, con la que hemos conseguido informar, primero, e involucrar, después, a cerca de 35.000 ciudadanos en el diseño de esta actuación.
Lo hacemos mediante diferentes grupos de trabajo, talleres, paseos vecinales y otras actividades, tanto presenciales como por vía telemática. La búsqueda de una auténtica representatividad en la participación nos ha llevado a trabajar con las asociaciones vecinales, pero también a ir más allá, llegando a los lugares donde las personas se reúnen y hacen comunidad de forma natural, desde colegios a clubes deportivos, desde comunidades de vecinos a centros religiosos.
La participación ciudadana a lo largo de todo este tiempo nos ha permitido diseñar una ciudad mucho más adaptada a las necesidades de quienes la van a habitar
También hemos buscado alcanzar a todo tipo de colectivos para que, cada uno desde su propia mirada y necesidades, pueda aportar su visión a la ciudad. Así, trabajamos de forma permanente con grupos de mujeres, infancia y adolescencia, tercera edad y, especialmente, con personas con distintos tipos de discapacidad. Tenemos un objetivo muy claro: que todas las personas puedan disfrutar plenamente de la ciudad, independientemente de su edad, género o condición.
La participación ciudadana a lo largo de todo este tiempo nos ha permitido diseñar una ciudad mejor y mucho más adaptada a las necesidades de quienes la van a habitar.
Después de estos ocho años, estamos convencidos de que los ciudadanos son los mejores expertos en ciudades, por lo que no contar con ellos supondría prescindir de una información muy valiosa que ningún proyecto debería permitirse perder.
Tampoco tenemos ninguna duda de que, en el urbanismo que viene, las ciudades no van a poder diseñarse de espaldas a las personas que las van a vivir.
Luis Martín de Ciria, director de Comunicación, RRII y Compromiso Social de Crea Madrid Nuevo Norte.
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