Breve historia del ambientalismo en España
La Asociación de Periodistas de Información Ambiental cumple 30 años, un aniversario que habla de la historia del ambientalismo en España.
Artículo
Si quieres apoyar el periodismo de calidad y comprometido puedes hacerte socio de Ethic y recibir en tu casa los 4 números en papel que editamos al año a partir de una cuota mínima de 30 euros, (IVA y gastos de envío a ESPAÑA incluidos).
COLABORA2024
Artículo
Hoy en día, la protección del medioambiente es un elemento clave entre las preocupaciones de una parte importante de la población española. La crisis climática ha evidenciado los problemas medioambientales y ha aumentado la conciencia entre no pocas personas. Pero ¿cuándo empezó en España el ambientalismo?
Por un lado, se puede encontrar una conexión entre las mujeres que hacían activismo a principios del siglo XX y la protohistoria de la protección ambiental. Las primeras feministas de inicios del siglo XX estaban bastante conectadas con otros movimientos, como el pacifismo o la protección de los animales. Los mismos nombres se iban superponiendo al hablar de un tema y de otro. Sin embargo, en términos de protección animal, estas mujeres solían ser ridiculizadas en los medios de comunicación, que las trataban de un modo paternalista y desdeñoso, como cuento en Noticias da modernidade. Se hablaba de ellas como si fueran solteronas obsesionadas con los animales por una suerte de maternidad frustrada.
En cualquier caso, ya en ese cambio de siglo arrancaron algunas iniciativas (en las que estaban implicados hombres y mujeres) de protección de los animales. Las primeras sociedades protectoras de animales aparecieron en España ya en la Belle Époque. La primera de España lo hizo en Cádiz ya en 1872 (la primera del mundo fue la de Londres, en 1824), como cuentan José Manuel Etxaniz Makazaga y Francisco Luis Dehesa Santisteban. Después aparecieron más en Madrid, Barcelona, Sevilla o Málaga. En 1911, surgió la Asociación Protectora de Animales y Plantas de Madrid, que iba un paso más allá en protección de la naturaleza al incluir a lo vegetal.
Aunque algunas cuestiones nos parecen muy modernas, lo cierto es que ya en 1901 la Sociedad Protectora de Barcelona estaba protestando contra la vivisección (disección de animales vivos), y ya en 1872 la de Cádiz tenía un ideario antitaurino y antipeleas de gallos.
Aun así, y a pesar de que en los años 20 se reconoció a las sociedades protectoras como de interés público, el ambientalismo tal y como lo conocemos hoy y la protección de la naturaleza actual tienen unos orígenes más recientes.
El ambientalismo en España
Las asociaciones conservacionistas no llegaron a España hasta la segunda mitad del siglo XX, como recuerda un artículo de Elena Díaz Casero en la Revista Ecologista. En 1947 apareció la Sociedad de Ciencias Naturales Aranzadi, de San Sebastián, y en 1953 la Sociedad Española de Ornitología. Hasta 1968 no lo hizo la Asociación para la Defensa de la Naturaleza (ADENA), la rama española de WWF. ADENA tuvo bastante éxito, como explica Díaz Casero, sobre todo gracias al tirón de Félix Rodríguez de la Fuente y sus programas sobre la naturaleza de la península. Crearon un público receptivo –y fascinado– con la naturaleza que lo rodeaba y que no había observado hasta entonces.
ADENA y Félix Rodríguez de la Fuente crearon un público receptivo –y fascinado– con la naturaleza que lo rodeaba
Aun así, en los años de la dictadura franquista, la protección de la naturaleza era mínima y se eliminaban ecosistemas sin mucho miramiento. En los años finales de la dictadura empezaron a surgir asociaciones con una voluntad ecologista que se oponían a esa realidad. En los años 70 se celebraron congresos ecologistas en España, se empezaron a afinar reclamaciones y se sentaron las bases sobre las que crecerían los movimientos ecologistas posteriores.
Así, por ejemplo, Greenpeace llega en 1984 a España y Ecologistas en Acción se funda en 1998 (aunque sus raíces están ya en los 70).
La importancia de la información
Pero para que un tema tenga recorrido y sea considerado importante necesita llegar al público general y que los medios lo tengan presente (y en serio, como bien aprendieron esas pioneras de la protección animal). Ahí está cómo el rápido crecimiento de asociados de ADENA en su nacimiento se conecta con el carisma de Félix Rodríguez de la Fuente. Su programa Planeta azul fue uno de los grandes pioneros en abordar este tipo de temáticas en España, logrando despertar un interés muy elevado entre las audiencias.
El éxito de Rodríguez de la Fuente sirvió como avanzadilla para convertir a la naturaleza en noticia. Como señala en un análisis Benigno Varillas, la historia de la información ambiental en España arranca en los 70 con contenidos que se publicaron en revistas de temáticas más amplias y luego con revistas (algunas de vida breve) y secciones especializadas. El País tuvo una sección de «Ecología» ya en sus primeros meses. La muerte de Rodríguez de la Fuente en 1980 supuso un golpe para la popularidad de la temática, pero en los 80 aparecieron revistas para diferentes públicos y otras iniciativas (como programas de televisión) que seguían informando sobre estos temas.
La Asociación de Periodistas de Información Ambiental (APIA) se fundó a finales de 1994 con el objetivo de «divulgar con rigor la información medioambiental»
Ya desde entonces lo ambiental se ha convertido en una parte más de la agenda informativa, con una profesionalización clara de quienes hablan de estas temáticas (esto es, se ha convertido en uno más de los muchos tipos de periodismo especializado). La Asociación de Periodistas de Información Ambiental (APIA) se fundó a finales de 1994, hace ahora justamente 30 años, con el objetivo, entre otros, de «velar por la independencia y objetividad de los contenidos informativos y divulgar con rigor la información medioambiental».
En las últimas décadas, la emergencia climática ha hecho que el interés por las temáticas ambientales crezca, que el peso de estos temas en la parrilla informativa aumente y que las cabeceras y fuentes de información suban. Incluso, Internet y las redes sociales han abierto la puerta no solo al periodismo ambiental sino a la divulgación sobre estos temas directamente desde la ciencia al gran público.
COMENTARIOS