Pensamiento

Hesíodo, el pastor que explicó el origen del mundo

En su obra ‘Teogonía’, Hesíodo erigió una profunda epopeya sobre los orígenes del universo y la genealogía de los dioses del Olimpo, que tanto han influenciado el pensamiento occidental.

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18
julio
2024

La vida del poeta griego Hesíodo (que se remontaría al siglo VIII a.C.) tiene un fuerte componente mitológico, al igual que las obras que legó a la posteridad. De hecho, hasta finales del siglo XIX, numerosos investigadores hicieron pública su desconfianza sobre la existencia del bardo griego.

A día de hoy, estas dudas parecen haber quedado despejadas, y se han certificado pocas pero importantes cuestiones acerca de su existencia. Cuestiones como la enemistad con su hermano, que expresó en su obra poética Los trabajos y los días. O la de su juventud en Naupaktos pastoreando hasta que las musas se le aparecieron al pie del monte Helicón, consagrado al dios Apolo. Las musas, asegura Hesíodo, le incitaron a convertirse en poeta para narrar la genealogía de los dioses griegos y, con ella, la del mundo. Así lo hizo en su Teogonía, una de las obras más importantes de la época.

Junto con Homero, el poeta estableció en su poética los pilares de la cultura griega, sistematizando y haciendo accesibles a la ciudadanía de la época los mitos heredados de generaciones anteriores. Aunque es cierto que la obra de Hesíodo carece de la longitud de la de Homero, su lenguaje también es épico. Si Homero cantó en su obra a los héroes mitológicos, Hesíodo glosó a los dioses: la Teogonía cuenta con 1022 hexámetros que desgranan el linaje y evolución de las deidades griegas y también el origen del universo.

Según el poeta griego, en el principio de los tiempos solo existía el Caos, un poderoso vacío en que reinaba la absoluta confusión. Tras este vacío surgió Gea, la tierra; el Tártaro o inframundo; y Eros, el impulso erótico, el amor como génesis creativa de la naturaleza.

Posteriormente, del Caos se desgajaron las Tinieblas y la Noche, que procrearon para engendrar el Fuego y el Día. Por su parte, Gea engendró las Montañas, el Cielo y el Mar. A partir de este momento el mundo quedó por siempre dividido en tres zonas: Tierra, Cielo y Mar. Si bien de manera distinta, Homero también se refirió a esta separación al afirmar que «todas las cosas están divididas en tres partes».

Es solo entonces, con el universo debidamente conformado, cuando aparecieron los dioses, fruto de la cópula entre la Tierra y el Cielo. Entre ellos, la más elevada divinidad del Olimpo es Zeus, que se encargará de organizar su reino y distribuir las gracias y funciones entre el resto de dioses.

A partir de ahí, Hesíodo va desgranando las distintas leyendas que conocemos hoy. Mitos que han servido de inspiración para miles de relatos, dada la ingente cantidad de sentimientos humanos que contienen. Desde el odio más profundo al sentimiento amoroso, pasando por la envidia, la belicosidad, la pereza, la gula, el amor maternal, la fraternidad o la lujuria.

A lo largo de la Teogonía, Hesíodo explica el origen y desarrollo de figuras mitológicas como Cronos o Prometeo, que siguen simbolizando los conceptos del pensamiento filosófico occidental. El relato finaliza con el nacimiento de Hércules, el primero de los héroes de la mitología griega. Si bien investigaciones actuales sitúan la vida de Hesíodo en años posteriores a la de Homero, pareciera que este hubiese tomado el testigo de la Teogonía para erigir su poética sobre los héroes griegos.

Acerca de su convergencia temporal hay fuentes antiguas que transmitieron una poética entre ambos, el Certamen de Hesíodo y Homero. En dicha competición, el público contaba con la capacidad de emitir veredicto y, cuenta la leyenda, nombró como indiscutible vencedor a Homero. Sin embargo, los jueces nombrados para, igualmente, dictar resolución, premiaron a Hesíodo por estar sus versos dedicados a la paz, al contrario que los más beligerantes de Homero. Leyenda aparte, ambos poetas erigieron una epopeya que aún nos invita a soñar con dioses y héroes reflejo de nuestros más profundos sentimientos.

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