«España tiene la gran oportunidad de liderar la transición ecológica en Europa»

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Ramón Oliver

@mondieta

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Borja Rebull

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Gregorio González

La Unión Europea afronta una cita electoral clave con un asunto prioritario sobre la mesa: la necesidad de transformar su modelo energético en uno descarbonizado basado en energías renovables, que impulse la competitividad de su industria, refuerce su independencia energética y contribuya a aminorar el cambio climático. Un reto mayúsculo y, al mismo tiempo, una oportunidad de crecimiento económico en la que España podría jugar un papel destacado. Hemos hablado de todo ello con Juan Diego Requena, portavoz de Energía del Grupo Parlamentario Popular, en el marco del ciclo de desayunos electorales organizado por Ethic y la Cátedra de Energía y Sostenibilidad de la Fundación Ortega-Marañón (FOM). El encuentro, que fue moderado por Pablo Blázquez, fundador y director de Ethic, se celebró en la sede de la FOM, en Madrid.

«Nuestro programa electoral se estructura a través de compromisos y objetivos, y desde la reflexión acerca del papel que nuestro país debe desempeñar en un mercado tan importante para la economía del país y para la salud del planeta como es el de la energía», señaló Juan Diego Requena, portavoz de Energía del PP, en la apertura del evento. El político recordó la relación directa entre sector energético y calentamiento global, así como la necesidad de reducir drásticamente esas emisiones, tal y como se ha marcado como objetivo prioritario la Unión Europea. «El planeta no dispone de más tiempo. Tenemos la oportunidad industrial, energética y medioambiental de frenar el calentamiento global y de hacer un mundo más saludable a través de una economía más descarbonizada y con menos emisiones. Y tenemos la oportunidad de hacerlo en un ámbito de competitividad», destacó.

El especialista en política energética del PP desgranó los principales puntos del programa de su formación en materia energética de cara a la cita europea. Unas propuestas que, explicó, pasan por aprovechar el potencial de nuestro país como generador de energía renovable. «Con entre 1.800 y 2.000 horas solares al año, España tiene casi un 25% más de capacidad de generación de energía fotovoltaica que su siguiente competidor, sin olvidar nuestros recursos eólicos. Tenemos que aprovechar ese potencial para hacer de nuestro país un proveedor nacional y europeo de energía renovable y convertirnos en una potencia de valor añadido verde».

Fiscalidad y normativa

Juan Diego Requena: «Europa debe avanzar hacia la neutralidad climática y fiscal a través de una plena integración normativa y física en términos de conexiones»

Sin embargo, para que ese papel protagónico de España sea posible y para alcanzar «la neutralidad tecnológica y la neutralidad fiscal» que defiende el representante del PP, Europa debe acometer antes numerosos desafíos. Entre ellos, «una plena integración normativa y física en términos de conexiones y una Directiva fiscal europea de 2003 que se ha quedado claramente obsoleta y necesita ser actualizada». Sobre este último punto, Requena admitió que es «una cuestión compleja» en la que todavía no se ha logrado alcanzar un consenso a nivel europeo. «En principio, vemos positivamente elementos como que se grave por unidad energética, que se interiorice el daño ambiental o que se eliminen las asimetrías». Pero, advirtió, en cualquier reforma fiscal habrá que ser muy cuidadosos «para que esos instrumentos fiscales no resulten gravosos para las personas vulnerables, especialmente en un país como España en el que hay pobreza energética, ni penalice a determinados sectores estratégicos».

La manera en que se gravan los derechos de emisión de CO2 también fue objeto de debate. Jorge Sanz, expresidente de la Comisión de Expertos para la Transición Energética, uno de los expertos que participaron en el encuentro, apuntó la necesidad de «proteger a la industria española que compite a nivel internacional con el Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono (MAFC) que ampare no solo la entrada de productos sino también la salida». Este especialista también señaló la incongruencia que existe en España en el sentido de que «aunque la electricidad es la forma más barata de descarbonizar, persiste una penalización al consumo eléctrico con una serie de costes políticos que pagan los consumidores». 

Autonomía estratégica

Lograr esa autonomía estratégica que permita que Europa no dependa de las volátiles importaciones de energía de terceros países es uno de los objetivos prioritarios para el próximo Parlamento comunitario. En ese sentido, el exalcalde de Santisteban del Puerto (Jaén) manifestó su ambición de construir «una Europa verde, pero también una Europa competitiva, descarbonizada, conectada, digitalizada y solidaria». Entre las asignaturas pendientes de España, el político remarcó la necesidad de incrementar significativamente las inversiones en redes de conexión. «Estamos en unas inversiones de 0,20 euros invertidos en redes por cada euro invertido en renovables, cuando desde la Organización Internacional de la Energía se recomienda que esa ratio sea de 0,70 por cada euro». 

Los ponentes alertaron de que la falta de infraestructuras es un problema que lastra la transición ecológica en nuestro país. «No tiene ningún sentido que esté habiendo vertidos de renovables en España porque sobra esa energía en algunas horas y que, al mismo tiempo, muchos sectores que quieren descarbonizarse se estén quedando fuera y sigan dependiendo de los combustibles fósiles», lamentó Ana Cerezo, presidenta de la Cátedra de Energía y Sostenibilidad de la FOM, quien además lanzó un aviso para navegantes: «Las empresas que se cansen de esperar a que les dejen conectarse se acabarán marchando y no volverán».

Impulso a la industria

A lo largo de todo el encuentro se recalcó la idea de que la transición energética nunca puede realizarse de espaldas a las empresas y que, de hecho, debe aprovecharse para impulsar su competitividad. «La energía es un bien y un servicio de primera necesidad tanto para las familias como para el crecimiento de las industrias. Tenemos que ser capaces de proveer energía suficiente, limpia y barata para desarrollar todos los retos del presente y del futuro», comentó el portavoz de Energía del Partido Popular.

El representante del PP tiene la ambición de avanzar hacia una «Europa competitiva, descarbonizada, conectada, digitalizada y solidaria»

Para Alberto Amores, quien fue responsable del grupo de Strategy Consulting (Monitor Deloitte) de la industria de Energía y Recursos Naturales en España, «la electricidad es el sistema más barato y técnicamente más fiable para acometer con garantías el cambio de modelo». Sin embargo, también apuntó los que, a su juicio, son los dos principales problemas que dificultan que tanto particulares como empresas abracen esa transición hacia el vector eléctrico: «Que la energía sustitutiva sea más barata y ayudas efectivas para realizar las inversiones necesarias para el cambio». Amores resaltó que esa responsabilidad recae, principalmente, en las administraciones, que son quienes «tienen la capacidad y el deber de instrumentar mecanismos para que las subvenciones lleguen de forma rápida hasta los consumidores y las empresas; la Administración no puede ser un freno», reclamó.

Por su parte, Ana Cerezo hizo hincapié en la nueva Directiva europea de greenwashing y en la necesidad de articular otras medidas de protección al consumidor. «No es justo que se cargue la responsabilidad de la transición energética en los consumidores, máxime cuando no disponen de la información adecuada», comentó. Por esa razón, continuó, «hay que establecer criterios que identifiquen claramente lo que es verde frente a lo que no, y que esos criterios sean objetivos, trazables y comparables».

El papel de España

El portavoz del grupo popular insistió en la idea de que España puede desempeñar un papel muy destacado en el proceso de descarbonización acelerada del continente. Una visión con la que coincidió Federico Buyolo, director de Innovación Cultural de la FOM. «Por capacidad de generación, condiciones climáticas y avances tecnológicos, España tiene que ejercer su liderazgo y ser un polo de innovación en transición energética en Europa». Eso sí, el anfitrión del encuentro recordó que la transición energética no puede ser una cuestión exclusivamente de tecnólogos. «Tenemos que acercarla a la ciudadanía, ser capaces de generar buenas narrativas de sostenibilidad; porque si la población no le ve el beneficio al cambio, el cambio no se producirá», concluyó.