«Tenemos que pelear por conseguir el mayor grado de soberanía energética posible»

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Ramón Oliver

@mondieta

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Borja Rebull

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Noemí del Val

La inminente cita con las urnas abre para los europeos un periodo marcado por la incertidumbre y no pocos desafíos interconectados. Cambio climático, crisis energética, transición ecológica o conflictos geopolíticos confluyen en un mismo mapa europeo que será necesario descifrar. De todo ello hemos tratado con José María Figaredo, diputado por Asturias de Vox en el Congreso de los Diputados, y una serie de destacados expertos en energía en un encuentro organizado por Ethic y la Cátedra de Energía y Sostenibilidad de la Fundación Ortega-Marañón con motivo de las elecciones al Parlamento Europeo del próximo 9 de junio.  

Para Figaredo, la apuesta para conseguir la necesaria soberanía energética pasa por «potenciar la energía nuclear, pero también por explotar aquellos recursos que tengamos en España a día de hoy y por aprovechar mejor nuestros recursos hídricos». Entiende también que «es un error que la sociedad se esté planteando la transición energética y el paso a economía 100% verde como objetivos en sí mismos». Con estas palabras, el político asturiano quiso dejar clara de inicio cuál es la postura de su partido en relación a la transición ecológica. Una postura que matizó a continuación: «Nosotros creemos que ese paso acabará llegando, pero de una forma paulatina y sin necesidad de presionar al alza». Figaredo se mostró partidario de que «el pool de energía tienda a expulsar las energías fósiles», pero sin forzar el camino. También lamentó lo que calificó como una corriente de «proselitismo en favor de la transición ecológica». 

Para ilustrar su postura, esgrimió unas cifras objetivo de electrificación en España que, a su juicio, son irrealizables: «Según datos de 2022, en España se consumieron 840 TW/h durante ese año, de los cuales 300 fueron gasoil y gasolina para el transporte, y otros 290 fueron combustible para la industria del calor. Nadie puede creerse que vayamos a electrificar de manera directa esos 600 TW/h en solo 10 años». 

En relación a esas estimaciones, Carlos Mataix, director del Centro de Innovación en Tecnologías para el Desarrollo Humano de la Universidad Politécnica de Madrid, uno de los expertos que participaron en el encuentro, apuntó que las predicciones de lo que es posible y lo que no en materia energética se han equivocado de manera recurrente en las últimas décadas. «Hace 15 años se decía que el coche eléctrico no iba a llegar nunca. Pero las tecnologías avanzan muy rápidamente y el impulso de la colaboración público-privada también puede acelerar ese proceso», advirtió Mataix.

Por su parte, Ana Cerezo, presidenta de la Cátedra de Energía y Sostenibilidad de la FOM, aseguró que la transición energética es un fenómeno imparable a nivel mundial: «Hasta China se está descarbonizando a ritmos de un 1% anual, por encima de Europa o Estados Unidos. El mundo está compitiendo por atraer recursos para la descarbonización». Eso sí, prosiguió, a día de hoy no es posible electrificar todo al 100%, «hay sectores, como la aviación o el transporte marítimo, que son muy difíciles de abordar. Pero si ya se puede electrificar la climatización, el transporte por carretera y gran parte de la industria. ¡Empecemos por ahí ya!». La experta argumenta que lo lógico es «optar por vectores que nos permitan una mayor independencia energética a un menor coste. Porque lo que no tiene sentido es destinar el equivalente a todos nuestros ingresos del turismo en comprar combustibles fósiles a otros países». 

La cuestión energética

Figaredo resumió el objetivo del programa energético de su formación así: «Aspiramos a tener un sistema energético que abastezca de manera suficiente a la industria y promueva la instalación de nuevas industrias en España, que el suministro sea cierto y exista una certidumbre de precios que permita a España y a los actores hacer planes a largo plazo». 

José María Figaredo: «Lo ideal sería avanzar hacia una progresiva electrificación de la economía, pero sin presionar al alza»

Estando básicamente de acuerdo todos los presentes en la necesidad de que la energía sea un vector de crecimiento y competitividad para las empresas españolas, las divergencias de pareceres llegaron por la vía del modo para conseguir ese objetivo. «No tiene sentido lastrar nuestra economía apostando por tecnologías renovables que aún no están maduras, sobre todo teniendo en cuenta que no hay producto sustitutivo todavía. ¿Cuánto tiempo llevamos esperando los prometidos puntos de recarga para los coches eléctricos? Seis años ya», subrayó Figaredo.

Alberto Amores, antes responsable del grupo de Strategy Consulting (Monitor Deloitte) de la industria de Energía y Recursos Naturales en España, discrepó respecto a que España no cuente con tecnologías maduras y listas para el despliegue: «Ahí está el vehículo eléctrico en el transporte. El problema no es la tecnología, son los costes de adquisición: hay que invertir hoy para ver los ahorros mañana».

A pesar de esos obstáculos, según Amores, las cifras avalan la apuesta de futuro por las renovables. «Está demostrado que las renovables electrificadas dan un coste de la energía más barato que el que nos proporcionan los combustibles fósiles, que hoy siguen dominando el mix energético. Por esa razón tiene sentido desde un punto de vista de país fomentar la disponibilidad de esa energía más barata para la industria y los ciudadanos». 

Para Mataix, España tiene una oportunidad única para regenerar la industria «si nos tomamos en serio la transición energética». El experto recordó que no es la primera vez que el país afronta una transición tecnológica de calado. «En los años 40 del siglo pasado en España era muy complejo moverse por carretera. En aquel momento se lanzó una iniciativa para instalar una gasolinera cada 40 kilómetros en cualquier punto de la red de carreteras. Aquello fue un impulso que generó prosperidad. Hoy tenemos una situación similar con los puntos de recarga de los coches eléctricos, con la diferencia de que ahora contamos con una capacidad de innovación como nunca antes hemos tenido. Pero hace falta una política industrial concertada con los diferentes actores e inversiones para que ese esfuerzo se haga en un tiempo razonable», afirmó. 

El papel de las nucleares

José María Figaredo: «Tenemos que instalar más nuclear y apostar por las infraestructuras hidráulicas»

La energía nuclear también salió a colación en el debate. José María Figaredo recordó que Europa ha incluido la energía nuclear dentro de su Taxonomía Verde y se mostró crítico con la postura nacional en este terreno: «¿Por qué España está en contra de la energía nuclear y ha decidido cerrar unas centrales que podrían estar funcionando 20 años más? Tenemos que invertir en nuclear. Contamos con la capacidad, el conocimiento, los ingenieros, el proceso de producción y todo lo necesario para aportar valor añadido en este terreno». 

¿Cuál es la propuesta de Vox? «Instalar más nuclear y apostar por las infraestructuras hidráulicas. La única pila de almacenamiento energético madura, eficiente y a gran escala que existe en España es el agua», subrayó.

En el debate sobre el liderazgo energético en el marco europeo terció Federico Buyolo, director de innovación cultural de la FOM, quien recordó que «España tiene unas capacidades muy importantes para el desarrollo de estas nuevas tecnologías vinculadas a la energía». Unas capacidades que, resaltó, «son un factor de competitividad muy importante que debemos aprovechar e incentivar».

Precisamente fue Buyolo quien, como anfitrión del encuentro, se encargó de cerrar el debate con una petición a todas las formaciones políticas que concurren a las elecciones europeas: «Que frente a la política de la emoción o la ideología, practiquen una política apoyada en datos fidedignos desde el diálogo, la comprensión y la razón».