Alerta biodiversidad: la urgencia de reforestar los bosques

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Jorge Ratia

@JorgeRatia

En la escuela nos enseñaron a medir el tiempo con un reloj, a medir el espacio con una cinta métrica y a medir la masa de los objetos con una balanza. Sin embargo, hay fenómenos que parecen demasiado abstractos para ser cuantificados; por ejemplo, ¿cómo se mide la salud del planeta? Afortunadamente, se han descubierto indicadores que permiten dar una respuesta firme: la biodiversidad. Cuanta mayor diversidad existe en los ecosistemas, mejores condiciones presenta la Tierra.

Las plantas, base de la cadena alimentaria, proporcionan oxígeno al resto de seres vivos, mientras que los animales ayudan en su polinización y en la dispersión de semillas. A su vez, los microorganismos ayudan a descomponer la materia orgánica y a fertilizar el suelo. Cada componente del sistema desempeña una función importantísima, y cuando uno de ellos falla, es más probable que el resto también lo haga.

Hoy por hoy, este «fallo en el sistema» no es una sospecha, es una realidad: la Tierra está experimentando una disminución de la variedad de vida, tanto en términos de cantidad de especies como en diversidad genética dentro de las poblaciones, y lo está haciendo a un ritmo sin precedentes –cuestión que inevitablemente repercutirá sobre los seres humanos–. Esta es la advertencia de un artículo reciente publicado en la revista científica Biological Reviews, en el que se destaca que la pérdida de biodiversidad es una de las mayores crisis ambientales que enfrentamos actualmente. 

Para el año 2100, la mitad de las especies de la Tierra estaría en riesgo crítico de extinción

Para el año 2100, la mitad de las especies de la Tierra podría estar en riesgo crítico de extinción. Ahora, en 2024, ya hemos sobrepasado el 25%. Además, la velocidad a la que se extinguen las especies es hasta 10.000 veces mayor que la tasa natural. Si las tendencias actuales continúan, la pérdida de biodiversidad prevista para finales del siglo XXI podría tardar millones de años en recuperarse, posiblemente más allá de nuestra propia existencia como especie. 

¿Cuál es la razón de esta pérdida de diversidad biológica? Se trata del resultado de una combinación de factores impulsados por la actividad humana. Uno de los principales es la destrucción del hábitat: la expansión agrícola, la deforestación, la urbanización y la construcción de infraestructuras están reduciendo los espacios naturales y aislando a las poblaciones de animales, lo que dificulta su supervivencia y reproducción. Asimismo, la contaminación del aire, del agua y del suelo están afectando a todo tipo de seres vivos, lo cual altera los ecosistemas y reduce su capacidad de supervivencia.

A pesar de lo delicada que es la situación, sigue quedando espacio para el optimismo. Cada vez hay más conciencia sobre la importancia de conservar la biodiversidad y se están tomando medidas a nivel local, nacional e internacional para abordar la crisis. Numerosas iniciativas están surgiendo alrededor del mundo, desde la creación de áreas protegidas y corredores ecológicos hasta la implementación de prácticas agrícolas y forestales sostenibles.

La iniciativa de reforestación Bosque Naturgy fomenta la creación de capital natural, genera ecosistemas autóctonos y contribuye a la lucha contra el cambio climático

En España, Naturgy ha lanzado su iniciativa de reforestación Bosque Naturgy, un bosque corporativo en el que se plantan cinco tipos de árboles para fomentar la creación de capital natural, generar ecosistemas autóctonos y luchar contra el cambio climático. La iniciativa ya ha recuperado zonas degradadas de Galicia, y cuenta con la certificación internacional FSC, que garantiza la gestión del bosque con criterios de biodiversidad y beneficios para la población local. Este punto es especialmente importante para la empresa española, ya que se suman al pensamiento de que las soluciones climáticas tienen que ir de la mano de la biodiversidad y del desarrollo social. Por este motivo, Naturgy centra su estrategia de absorción y compensación de emisiones no solamente en proyectos que generen una creación neta de capital natural sino que también supongan un impacto positivo sobre la población de la zona. 

Este proyecto se enmarca en el compromiso Net zero de Naturgy y con los objetivos de su Plan de Sostenibilidad 2021-2025, con el que espera tener un triple impacto: ambiental, por su contribución a la conservación de la biodiversidad, la reducción de la huella climática y la generación de capital natural; social, al favorecer el desarrollo rural y la generación de empleo; y económico, ya que impulsará las inversiones sostenibles y el crecimiento local.

Además de este proyecto, y coincidiendo con el 30 aniversario de su Fundación, Naturgy ha iniciado un segundo proyecto de reforestación: el Bosque Fundación Naturgy. Este proyecto ya ha restaurado siete hectáreas en la Comunidad de Madrid que fue dañada por un incendio forestal en 2019. Para ello, se han plantado 7.000 árboles de diversas especies autóctonas, y se prevé que, después de un periodo de desarrollo y mantenimiento de 50 años, este bosque ayudará a absorber 2.220 toneladas de CO2.

Esta es una muestra de los esfuerzos que se dedican desde el sector privado para restaurar hábitats degradados y para involucrar a las comunidades locales en la conservación de la biodiversidad. Por ello, si se continúa colaborando y actuando de manera coordinada, todavía es posible revertir la acelerada pérdida de biodiversidad. Con algo de fortuna, las escuelas del siglo que viene no se quedarán solo con los relojes y las balanzas para medir fenómenos concretos: también hablarán de la importancia de garantizar un futuro sostenible para todas las formas de vida en la Tierra.