Medio Ambiente

Nieve artificial en tiempos de sequía y otras paradojas del mundo actual

En un mundo de oxímoron, nuestras acciones a menudo contradicen nuestras creencias más arraigadas. La relación entre nuestras convicciones y nuestro comportamiento cotidiano es una fuente constante de desconcierto que debería llevarnos a la reflexión.

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01
abril
2024

Empecemos con una mirada global. Por un lado, hay un impulso hacia la transición ecológica para proteger el planeta, pero al mismo tiempo hay países que quieren usar más recursos para su desarrollo. Aunque vivimos en un mundo multipolar, algunos actores quieren tener más poder e influencia y volver a un escenario de bloques. También vemos una disminución en la pobreza extrema, pero al mismo tiempo, hay una enorme desigualdad en el reparto de la riqueza. Además, hay una discrepancia entre quienes comparten y se preocupan por el medio ambiente y aquellos que explotan los recursos naturales sin control. Estas contradicciones causan confusión, especialmente con la gran cantidad de información disponible, verdadera o fake, lo que aumenta aún más la desorientación.

En un mundo donde la conciencia ambiental y la sostenibilidad se han convertido en imperativos sociales, las paradojas que enfrentamos son cada vez más evidentes. ¿Cómo es posible que, en tiempos de sequía, sigamos esparciendo nieve artificial en las pistas de esquí? Esta aparente contradicción es solo una muestra. En un esfuerzo por vivir de manera más sostenible, optamos por comprar productos ecológicos, reducir nuestro consumo de plástico y reciclar nuestros desechos. Sin embargo, al mismo tiempo, nos permitimos escapadas de fin de semana en avión que generan una gran huella de carbono. Queremos vestirnos con moda ética, mientras sabemos que la ropa barata que compramos en grandes superficies a veces está vinculada a la explotación infantil en fábricas de países en desarrollo.

Esta desconcertante realidad refleja una paradoja fundamental en nuestra forma de vida contemporánea: una desconexión entre nuestras aspiraciones morales y nuestras acciones cotidianas. ¿Son este tipo de acciones solo ejemplos de inconsciencia? Según Las Cinco Paradojas de la Modernidad, de Antoine Compagnon, el problema va más allá, ya que para el historiador francés, vivimos una profunda crisis cultural y de conciencia, donde los valores tradicionales como la originalidad y la profundidad ya no convencen.

Compramos productos ecológicos y al mismo tiempo nos permitimos escapadas de fin de semana en avión que generan una gran huella de carbono

Etimológicamente, para-doxon es algo que sucede en contra de lo que se opina que tendría que suceder. Esta desconexión ha sido objeto de reflexión de muchos pensadores a lo largo de la historia. Albert Einstein dijo: «La paradoja es la forma más alta de pensamiento, y en la paradoja reside la esencia del hombre». En efecto, en estas paradojas de la vida moderna encontramos la esencia de nuestra sociedad contemporánea: una intersección entre nuestras aspiraciones morales y nuestras acciones cotidianas.

El problema es que nuestros ideales y nuestra realidad no siempre coinciden. Vivir en una época de prosperidad económica, libertades políticas, avances científicos y mayor esperanza de vida, puede hacernos pensar que estamos viviendo en el mejor momento posible. Sin embargo, a pesar de tener más herramientas, nos enfrentamos a un creciente sentimiento de desaliento existencial. Las enfermedades modernas están relacionadas con el exceso en el trabajo, la comida y las redes sociales. Cuanto más intentamos llenar nuestros vacíos, más vacíos nos sentimos, lo que contribuye a problemas como la ansiedad y la depresión.

Esta desconexión entre nuestro mundo interior y exterior nos hace sentir vacíos y desordenados, contribuyendo a sentimientos de tristeza y soledad. Vivimos en una realidad fabricada, donde las redes sociales nos muestran vidas perfectas, pero en realidad nos alejan de nuestra verdadera naturaleza. En este mundo de apariencias, llenarnos con elementos cada vez más superficiales solo nos hace sentir más vacíos. De nuevo, un oxímoron.

Ante estas paradojas, la solución no es sencilla. Requiere un examen profundo de nuestras creencias y una voluntad real de cambiar nuestras acciones. Como dijo el poeta y activista ambiental Wendell Berry: «La paradoja de la humanidad es que queremos cambiar el mundo, pero nos negamos a cambiarnos a nosotros mismos». Solo mediante una introspección honesta y un compromiso genuino con el cambio podemos superar estas contradicciones y avanzar hacia un futuro más sostenible.

En última instancia, las paradojas de nuestra forma de vida moderna nos desafían a ser más coherentes con nuestras creencias y acciones. Nos recuerdan que el verdadero progreso no solo implica cambiar el mundo que nos rodea, sino también cambiarnos a nosotros mismos. Solo entonces podremos reconciliar nuestras contradicciones y construir un futuro más armonioso con nuestro entorno y con nuestros propios sentimientos.

Albert Camus creía que la única forma de encontrar sentido a la vida era aceptar el hecho de que la vida carece intrínsecamente de sentido. Esta aceptación, sin embargo, no significa que debamos renunciar a la búsqueda de una razón de ser, de una razón para vivir. Por el contrario, significa que debemos abrazar la búsqueda y crear nuestro propio sentido frente a lo absurdo.

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