Cultura

Mujeres punk

Patti Smith, Siouxsie Sioux, Nina Hagen… Los nombres femeninos en el ámbito del punk han sido múltiples e influyentes.

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04
abril
2024
Patti Smith actuando en Mannheim, Rosengarten, Alemania, en 1978.

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Aunque el punk sea un género y movimiento musical que el público, generalmente, cree capitaneado por hombres, las referentes femeninas en el mismo son numerosas. Para empezar, podemos hablar de Patti Smith como una figura fundamental en el surgimiento del referido fenómeno musical. Poeta, inspirada por la figura de Jim Morrison (quien también influyó en Iggy Pop, otra vaca sagrada del mundo protopunk), Smith vivió en el Nueva York pregentrificado de los años setenta, que fue el ecosistema urbano del que surgió el primer punk (luego emulado y renovado en Londres).

Su disco Horsesde 1975, es un referente fundamental en el génesis del punk y fue publicado un año antes que el primer álbum punk propiamente: Ramones. Como en el caso de los RamonesHorses cuenta con la influencia de clásicos temas de rock y pop de antaño, solo que reinterpretando dicho estilo desde una perspectiva más sucia y cruda. En parte, el primer punk representa una vuelta a los clásicos temas cortos de los años cincuenta y primeros sesenta.

Ya en Inglaterra, donde el punk cobra verdadero protagonismo mediático a partir de 1977, convirtiéndose en paradigma de suciedad y cinismo, Susan Janet Ballion, alias Siouxsie Sioux, es la cabeza visible entre las mujeres punk. Líder de la banda Siouxsie and the Banshees, estuvo desde el primer momento relacionada con la escena del punk londinense, vinculada a los Sex Pistols y personajes como Johnny Rotten o Sid Vicious. El grupo, que sacó hasta once álbumes, representa un punto clave en la transición entre el punk británico original, muy corrosivo y en gran medida aberrante, y el fenómeno postpunk, más digerible y pop, elaborado para las masas consumidoras; ya presente en programas como Top of the Pops.

En Alemania, la figura femenina que destacó en el ámbito del punk fue Nina Hagen, que formó la Nina Hagen Band. Hagen vivió años después en Los Ángeles, donde se relacionó con grupos como los Red Hot Chili Peppers.

En España los grandes referentes femeninos del punk fueron las Vulpes. El grupo era de Bilbao, donde el llamado rock radical vasco tuvo amplia influencia, junto con la cultura punk en general. Vulpes se hicieron famosas por su canción Me gusta ser una zorra, una versión de I Wanna Be Your Dog, de los Stooges, el grupo de Detroit liderado por Iggy Pop. El 23 de abril de 1983 dieron una entrevista en el programa de TVE Caja de ritmos, dirigido por Carlos Tena, y tocaron luego la canción Me gusta ser una zorra, actuación que supuso el fin del programa, al ser los contenidos de la canción excesivamente explícitos para un espacio televisivo.

En el caso del punk rock más blando y popero, representativo de los primeros años 2000, tenemos a Avril Lavigne, quien gozó de gran popularidad en su momento, aunque muchos hoy la hayan olvidado. No obstante, la relación de este tipo de música con el punk original es más bien escasa. Se trata, en realidad, de emplear la etiqueta de la marca punk para llegar a más amplios sectores del público. En realidad, estaríamos hablando de pop guitarrero, nada más; en muchos casos ñoño y sentimental.

Los nombres femeninos en el ámbito del punk han sido múltiples e influyentes. Hoy, el grupo Nebulossa interpretará su canción Zorra en Eurovisión, un título cuya letra recuerda a las Vulpes, y que, como estas, quiere crear una polémica que dote de resonancia al proyecto. La polémica siempre fue un elemento fundamental en la estética del punk. No cabe duda de que la figura la «zorra» o la «puta» es vilipendiada tanto por sectores conservadores como progresistas, por lo que una canción como esa no dejará indiferente a casi nadie, algo que siempre puede ser explotado en interés de un artista. Este generar controversia ha dominado la cultura pop, al menos desde los inicios de la década de los años setenta. Al hablar de esta comercialización de la transgresión no podemos dejar de nombrar a figuras como David Bowie o Madonna, verdaderos maestros en el susodicho utilización interesada de la ofensa ajena.

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