Opinión

¿Lo mejor para que no te maten? Meterte en la cárcel

Un informe de Naciones Unidas alerta de los crueles castigos que impone el régimen talibán. Según uno de ellos, las mujeres afganas que denuncien maltrato irán a prisión, bajo el pretexto de protegerlas de la violencia de género.

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04
enero
2024

En agosto de 2021, los talibanes asumieron el poder en Afganistán, abandonados a su suerte los afganos por los países occidentales, EE. UU. a la cabeza. En ese momento todos nos estremecimos, porque imaginamos lo que eso iba a suponer para el pueblo afgano, y muy especialmente para sus mujeres.

No nos equivocamos.

Desde entonces, millones de mujeres en Afganistán sufren las restricciones y la legislación talibana, a pesar de un compromiso inicial de respetar sus derechos, que, intuimos, no sería cierto. Hasta tal punto, que Afganistán es uno de los peores países del mundo para nacer mujer.

A día de hoy, niñas y mujeres no tienen acceso a instalaciones deportivas, tienen limitado el acceso al espacio público, deben vestir según un código determinado de vestimenta, no pueden practicar deporte en público, no tienen derecho a la educación más allá de la primaria, se han cerrado los salones de belleza, no pueden ir a una cafetería… todo, única y exclusivamente, por el mero hecho de nacer con un sexo determinado.

Pero la cosa no acaba ahí. Por un momento una diría que tienen a unos cuantos talibanes maquinando a diario qué más se les puede ocurrir sobre lo que legislar que limite todavía más unas libertades y derechos que son prácticamente inexistentes.

En mayo de 2023, Naciones Unidas se alarmaba de que habían documentado una serie de castigos corporales, incluyendo latigazos o flagelaciones y lapidaciones, además de obligar a las mujeres a permanecer de pie en agua fría y afeitarse la cabeza a la fuerza si consideraba algún hombre que hacían algo ¿inapropiado? Digo algo, sin más explicación, sin rellenar de contenido ese «algo», porque a la vista está que no se puede hacer nada en Afganistán si eres mujer.

Los castigos corporales del régimen talibán a las mujeres incluyen latigazos, flagelaciones y lapidaciones

La cosa no ha quedado ahí, ahora han rizado el rizo y la última ocurrencia la leo en un informe de Naciones Unidas: enviarán a las mujeres afganas que denuncien maltrato a prisión, bajo el pretexto de protegerlas de la violencia de género. Antes de la llegada de los talibanes, las mujeres contaban con 23 centros para mujeres maltratadas, cerrados hace unos meses por considerarlos innecesarios y una clara y nefasta influencia occidental; ahora, con todos cerrados, les espera la cárcel. Cómo iban a legislar un castigo para los hombres maltratadores… mejor las mujeres a la cárcel.

«Encarceladas para su protección»; dice el informe de la ONU y añade: «El confinamiento de mujeres en centros penitenciarios, al margen de la aplicación de la ley penal, y con el fin de garantizar su protección contra la violencia de género,

constituye una privación arbitraria de libertad. Confinar a las mujeres que ya están en una situación de vulnerabilidad en un entorno punitivo probablemente también tendría un efecto negativo. Eso si a juicio de las autoridades –hombres, porque no quedan mujeres en las fuerzas del orden ni en la judicatura–, ellas no tienen un pariente hombre con el que dejarlas».

Si esto no es un crimen contra la humanidad, ya me dirán ustedes qué es. Y si a la comunidad internacional, que parece inmune a todo lo que está pasando, no hace alguna cosa, quizás podemos considerarla cómplice de esta situación. Claro que tal vez, esos mandatarios son de los que creen que los derechos humanos solo valen para los occidentales.

Diría más cosas, pero me limitaré a preguntarme si los líderes de esos países con capacidad y poder para resolver estos problemas o al menos intervenir y ayudar a esas mujeres, son capaces de dormir por la noche. Yo, personalmente, les deseo que no puedan descansar.

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