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¿Qué está pasando con las niñas en Afganistán?

La vuelta de los talibanes al poder ha dejado a las niñas –y las mujeres– de Afganistán sin derechos. Este país es el único en el que está prohibido a las niñas ir a la escuela.

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16
mayo
2023

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En el mes de marzo, cuando los niños y niñas españoles están a punto de decirle adiós al segundo trimestre, en Afganistán empieza un nuevo curso. Su calendario educativo es diferente al europeo: las escuelas cierran durante los meses más fríos, de diciembre a marzo. No es lo único que les diferencia de las escuelas europeas. Este curso las niñas de Afganistán no han podido empezar o continuar con su educación secundaria. La llegada de los talibanes al poder, el 15 de agosto de 2021, ha supuesto una vuelta a los momentos más oscuros del país. En pleno siglo XXI, las niñas han sido despojadas de su derecho a la educación. Y no han sido los únicos derechos anulados para las mujeres.

En marzo de 2022, los talibanes anunciaron el cierre de las escuelas secundarias para las niñas. Eso significa, según la Unesco, que 1,1 millones de chicas mayores de 12 años se han quedado sin su derecho a la educación. En diciembre de ese año lo que se prohibió fue a las jóvenes y mujeres acudir a las universidades después de que meses antes se les negara el acceso a carreras como ingeniería civil, veterinaria, ingeniería agrícola o geología.

Asuntha Charles: «Prohibir la educación a estas niñas significa destruir los sueños de muchas generaciones de mujeres y niñas afganas»

Las niñas del país afgano no pueden ir a la escuela más allá del sexto curso de primaria. En ese momento, deben abandonar la escuela y quedarse en casa. «Hace dos décadas, muchas mujeres afganas no tuvieron la oportunidad de recibir ningún tipo de educación –ni siquiera primaria–, pero soñaban con que sus hijas la recibieran, tuvieran mejores oportunidades laborales y construyeran un futuro mejor. Estas niñas tenían sueños que sus madres y abuelas no se atrevían a tener», explica Asuntha Charles, directora de la ONG World Vision Afganistán. «Prohibir la educación a estas niñas significa destruir los sueños de muchas generaciones de mujeres y niñas afganas», añade.

¿Qué está pasando con las niñas en Afganistán?

Una escuela en Afganistán

El freno a los grandes avances que se estaban desarrollando en el país desde 2001 (desde la invasión del país por parte de EEUU) está siendo significativo. Los datos de la Unesco apuntan a que se había pasado de un millón de estudiantes en 2001 a 10 millones en 2018 y que el número de niñas en la escuela primaria pasó de casi cero en 2001 a 2,5 millones en 2018. El organismo internacional le dedicó este año a las niñas afganas el Día de la Educación del 24 de enero para llamar la atención del resto de los países ante una situación de vulneración de los derechos humanos sin precedentes. Afganistán es el único país del mundo que prohíbe a las niñas ir a la escuela. Pero, de momento, nada ha cambiado entre quienes dirigen el país; la prohibición es indefinida.

La prohibición llega, además, en una situación de vulnerabilidad para las familias afganas. Tras la retirada de las fuerzas internacionales, se retiraron también millones de dólares de ayuda internacional, se congelaron las reservas de moneda extranjera y se derrumbó el sistema bancario. A ello hay que añadir la peor sequía del país en 30 años y el terremoto que sacudió a Afganistán en verano, que está dejando a los hogares en una situación de pobreza extrema. Esto está forzando a los padres a poner a trabajar a sus hijos y a concertar matrimonios entre sus hijas menores de edad y adultos con el objetivo de tener una persona menos en la familia que alimentar y ganar algo de dinero con el acuerdo.

«La decisión de no permitir a las niñas volver a la escuela secundaria expone a las niñas a una mayor ansiedad y a un mayor riesgo de explotación y abuso, incluyendo la trata infantil y el matrimonio forzoso y temprano», ha asegurado el representante de Unicef en Afganistán, Mohamed Ayoya.

¿Qué está pasando con las niñas en Afganistán?

Escolares en Afganistán

La educación tiene una relación directa con el retraso del matrimonio y la maternidad por parte de las niñas, su participación en el mercado laboral, la toma de decisiones sobre su propio futuro y la mayor inversión en la salud y la educación de sus propios hijos más adelante. Sin las escuelas abiertas, Unicef alerta que tampoco puede hacer llegar a las adolescentes servicios como higiene, salud menstrual o prevención de la anemia, servicios que la organización internacional proporcionaba en los colegios.

La de Afganistán, dice la Unesco, sigue siendo una de las crisis de infancia más complejas y multidimensionales a nivel mundial. «Se trata de un momento crítico para una generación de niños en el país», ha asegurado Ayoya.

Con burka y acompañadas

Y no es solo la educación. Las leyes marcadas por los talibanes obliga a las mujeres a vestir burka y les impide acceder a espacios públicos, como parques, y trabajar en la mayoría de las profesiones. Incluso se les ha prohibido seguir empleadas para la ONU o trabajar con las ONG. Tampoco pueden ir a parques de atracciones, gimnasio u otras instalaciones deportivas. No pueden alejarse a más de 75 kilómetros de su hogar sin compañía de un pariente cercano.

Según un informe sobre la situación de los derechos humanos en Afganistán elaborado por la ONU en 2022, las restricciones sobre la libertad de movimiento de las mujeres «han perjudicado de forma considerable su acceso a atención sanitaria y educación, a ganarse un sustento, a buscar protección y a escapar de situaciones de violencia». «Las mujeres de todo el país dicen sentirse invisibles, aisladas, asfixiadas y viviendo en condiciones similares a las de una prisión», explicaron varios expertos a la Agencia EFE. «Nos están suprimiendo», ha resumido Mahbooba Seraj, una activista de derechos humanos de Afganistán.

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