¿Es España un país de ‘bullies’?
Según el Ministerio de Educación de España, más del 9% del alumnado de colegios e institutos se ha sentido acosado o ciberacoso por sus compañeros alguna vez.
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«Dio un manotazo en mi escaño y una botella de agua salió volando. Ahí, me dijo: ‘Ahora, llora’. Estas palabras no son una casualidad. Me las dice porque piensa que soy menos hombre que él. Estas palabras me recuerdan a las que dicen los matones al marica de la clase en el colegio». Así lo declaró el concejal Eduardo Fernández Rubiño, refiriéndose al enfrentamiento que tuvo recientemente con el diputado de Vox Javier Ortega Smith en un pleno del Ayuntamiento de Madrid. Desafortunadamente, no es la primera vez que este año ocurre algo así entre representantes del país.
Además, si estos comportamientos se llevan a cabo entre adultos, ante la mirada de decenas de compañeros y mientras son filmados desde todos los ángulos posibles, ¿qué llegarían a hacer cuando eran niños para imponer su ley?
El Ministerio de Educación y FP presentó en 2023 el mayor estudio de convivencia escolar realizado en España. Recoge las perspectivas del alumnado, profesorado y familias en torno a tres cuestiones: la calidad de la convivencia, los obstáculos a la convivencia y las condiciones para construir la convivencia. Pese al buen clima general que reflejan los datos, un 9,53% del alumnado señala haberse sentido acosado y un 9,2% haber sufrido ciberacoso. Por otra parte, el 4,58% admite haber acosado alguna vez a un compañero y el 4,62% haber ciberacosado a una persona. Entre las familias, el 7,7% afirma que cree que su hijo ha sido acosado. Cuando han presenciado una situación de acoso, el 30,9% de los alumnos y alumnas indica habérselo comunicado a un profesor, el 20,17% a un familiar y el 14,8% a un compañero. El 9,83% señala haberse enfrentado al acosador y el 7,17% no supo qué hacer.
El 4,58% del alumnado en España admite haber acosado alguna vez a un compañero y el 4,62% haber ciberacosado a una persona
Otro estudio, en este caso de la Fundación ANAR, apunta que las formas de acoso más utilizadas son los insultos, motes y burlas, además de que la mayor parte de las agresiones (72%) se producen en grupo. El mismo informe destaca que un 45,4% de los chavales percibe que su profesor «no hace nada» y más de un 60% que su centro escolar «no hace nada». Sin embargo, algo que contrasta con los datos del profesorado es que más de la mitad de los docentes encuestados dicen haber tenido conocimiento de algún caso de bullying, y aseguran que casi todos se resuelven (un 90% de los casos).
Asimismo, en 2023, la Universidad Complutense de Madrid y la Fundación ColaCao presentaron el I Estudio sobre el acoso escolar y el ciberacoso en España en la infancia y la adolescencia. Una de las principales conclusiones es que casi dos estudiantes por clase de promedio reconocen sufrir bullying, calculando sobre una media de 28 alumnos por clase. Este dato significa que el 6,2% de los estudiantes entre 4.º de Primaria y 4.º de Secundaria manifiesta haber sufrido acoso escolar en los últimos dos meses. En contraposición, la investigación también apunta que el 2,1% de los encuestados se reconocen como acosadores, lo que refleja que hay un acosador por cada dos clases. Aunque estos porcentajes no hablen de mayorías aplastantes, sí reflejan que en España hay casi 220.000 estudiantes víctimas de bullying y más de 74.000 bullies en los colegios. También existen un 16,3% de alumnos que se identifican como testigos, es decir, 5 niños o niñas por aula.
Ahora bien, circula en cantidad de medios informativos online (sorprendentemente populares) un supuesto estudio que dice que, en España, 7 de cada 10 menores dicen sufrir algún tipo de acoso y ciberacoso todos los días. Eso significaría que, en una clase de 25 alumnos, 18 serían víctimas de bullying diario, algo que se aleja enormemente de cualquier otro estudio realizado al respecto. Quizás al autor del «estudio», la ONG Bullying Sin Fronteras, se le escapó un 0 y era en realidad 7 de cada 100 (decimos «quizás» porque este estudio no parece estar publicado en ninguna parte). Sea como sea, esas cifras son dudosas, a pesar de que haya tantos titulares al respecto.
La baja autoestima, la falta de empatía o la predisposición al prejuicio son características individuales que influyen
De todas formas, ¿por qué se producen este tipo de acciones en clase? La presión del grupo, el deseo de mantener cierto estatus y otras dinámicas sociales suelen contribuir a los comportamientos de acoso. Las características individuales también influyen, como la baja autoestima, la falta de empatía o la predisposición al prejuicio. Entre lo individual y lo colectivo interviene el entorno familiar, que es clave en el desarrollo de la infancia y la adolescencia. Un núcleo familiar agresivo o con problemas de apego puede provocar que un niño sea más propenso a canalizar sus frustraciones con compañeros físicamente más débiles. En consecuencia, tanto las familias como los centros educativos y las administraciones han de seguir sumando esfuerzos para erradicar los casos de bullying en España, y no solo en colegios e institutos, pues a veces también parecen necesitarlo las instituciones políticas.
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