Internacional
Así son las normas de la policía de la moral iraní
La policía de la moral iraní tiene la misión de detener a las personas que no respeten el estricto código de vestimenta y comportamiento islámico. ¿Cómo son las normas por cuyo cumplimiento vela?
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Hace año y medio, la policía de la moral volvió a estar en boca de todos tras matar a Mahsa Amini, una joven de 22 años que estaba en custodia policial por llevar mal colocado el velo. Su muerte, a consecuencia de los golpes recibidos (aunque las autoridades siempre lo negaron) provocó la indignación de la juventud iraní, que salió valientemente a la calle durante meses para protestar contra el hiyab obligatorio y, en general, contra la falta de libertad y justicia en el país.
Pocos meses después, el gobierno iraní anunció que la policía de la moral estaba en proceso de disolución y que se revisaría la ley que exige a las mujeres llevar hiyab. Sin embargo, en verano de 2023 las patrullas de orientación volvieron a ser relanzadas con fuerza, y se aprobó una ley para endurecer las penas por no cumplir con las «reglas de castidad», como por ejemplo, que las mujeres lleven correctamente el velo en público.
Aunque el concepto de «policía de la moral» puede hacernos pensar en una institución anacrónica y arcaica, con siglos de historia, lo cierto es que su origen se sitúa en los años 80. Tras la victoria de la revolución islámica liderada por Jomeini se crearon los Comités de la Revolución Islámica, una fuerza policial bajo el control del Ministerio del Interior que tenía como función hacer cumplir las normas morales islámicas tal y como eran interpretadas por el nuevo régimen. La «policía de la moral», «patrullas de orientación», «patrullas de guía» o, en persa, «Gasht e Ershad» es la policía religiosa heredera de dichos comités, principal responsable del cumplimiento en público del código de conducta islámico desde 2005.
La cultura de la castidad femenina es parte de las señas de identidad del régimen iraní actual
Para ello, patrullan por las calles en busca de hombres y, sobre todo, mujeres, que no cumplan con el riguroso código de vestuario y otras normas de pudor que, además, se han ido volviendo más estrictas con el paso de los años. Aunque la falta de libertad la acusan ambos sexos, las mujeres se ven infinitamente más limitadas en su día a día en lo que pueden hacer o vestir y, de hecho, son examinadas con muchísima mayor frecuencia por esta policía. No hay que perder de vista que la cultura de la castidad femenina es parte de las señas de identidad del régimen iraní actual.
Las patrullas suelen estar formadas por varios hombres y por mujeres vestidas con chador (un velo negro que cubre todo el cuerpo) que van en una furgoneta blanca. Esta suele parar en lugares públicos especialmente concurridos como plazas céntricas, centros comerciales o estaciones de metro, aunque los agentes tienen autoridad para detener a las ciudadanas en cualquier lugar en el que detecten un hiyab mal colocado o un abrigo demasiado corto. También tienen presencia en todas las universidades del país. Las personas detenidas pueden recibir una amonestación, o pueden ser llevadas en la propia camioneta a un «centro correccional». Quienes infringen las leyes morales se enfrentan a cursos de reeducación, multas e incluso penas de flagelación o de prisión de entre 5 y 10 años.
Cuando hablamos del código de vestimenta islámico, lo primero que se nos viene a la cabeza es el uso del hiyab, el pañuelo que cubre la cabeza y el pecho. Pero a la policía de la moral no le basta con que las ciudadanas se cubran con el velo (obligatorio a partir de los 9 años), sino que deben usarlo correctamente, es decir, llevándolo bien apretado y sin que asome parte del cabello. Además, las mujeres tampoco tienen permitido usar prendas «reveladoras» ni ajustadas, vaqueros con rotos o trajes de colores muy vivos. Asimismo, la ropa no debe dejar al descubierto ninguna parte del cuerpo por debajo del cuello, ni por encima de los tobillos y antebrazos. Aunque el maquillaje no está prohibido expresamente, sí está desaconsejado, y si este es considerado «excesivo» también puede ser una razón para que una mujer sea arrestada por la policía de la moral. En el caso de los hombres, tienen prohibido el uso de pantalones cortos (excepto en la playa), o los cortes de pelo «extravagantes».
Las mujeres tampoco pueden cantar ni bailar en público, ni escuchar música en el coche
Pero las normas de la policía de la moral no comprenden únicamente recomendaciones sobre cómo vestir, sino también un código de conducta que refuerza los valores de modestia y decencia. Las patrullas de orientación también velan por que hombres y mujeres no consuman alcohol, ni asistan a reuniones mixtas que no sean de familiares. Las mujeres tampoco pueden cantar ni bailar en público, ni escuchar música en el coche.
Muchas ciudadanas advierten de que las razones para detener a alguien son a menudo arbitrarias y dependen del criterio de los integrantes de las patrullas. Es habitual que la policía de la moral se vuelva más estricta en determinas festividades religiosas, en verano o en época electoral.
Como explica Hadi Ghaemi, director ejecutivo del Centro para los Derechos Humanos en Irán a la revista Time, «la policía de la moral no tiene nada que ver con la moralidad o con la actuación policial. Son fuerzas de seguridad del Estado que están asignadas a acosar y subyugar a las mujeres, haciendo una demostración constante de fuerza».
Aunque la policía de la moral iraní es la más conocida, no es el único país que cuenta con un cuerpo policial de características similares. También es posible encontrarlo en Arabia Saudí, Sudán o Malasia.
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