Diversidad e inclusión, la fórmula de la innovación

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Marina Pinilla

@MarinaPiniIIa

Cada innovación médica y farmacéutica ha acercado a la humanidad a un presente en el que se puede vivir mejor: hemos sido capaces de frenar una pandemia mundial y gozamos de una mayor esperanza de vida en condiciones de buena salud. A pesar de ello, todavía no se ha encontrado la cura para patologías como el Alzheimer.

A las dificultades para dar con el tratamiento definitivo para ciertas enfermedades, se suma la crisis medioambiental. El calentamiento global ha aumentado el riesgo de contraer enfermedades transmitidas por alimentos, agua o animales, según los informes de evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC). Para encontrar soluciones a estos desafíos, la industria farmacéutica debe embarcarse necesariamente en el terreno de la exploración, de lo desconocido y de la investigación. Un reto en el que la convergencia de mentes diversas se torna imprescindible para encontrar caminos distintos para objetivos comunes.

Conscientes de la relevancia de este aspecto, la compañía biomédica MSD crea en España las networks de diversidad, grupos de representación que llevan a cabo programas de inclusión y visibilidad: MSD Women Network, enfocada en la diversidad de género y el liderazgo femenino; Rainbow Alliance, que representa a los empleados LGTBIQ+ y trabaja para conseguir un entorno inclusivo para el colectivo; New Generations Network, centrado en construir una cultura intergeneracional dentro de la compañía, y Network Giving, que fomenta el voluntariado social y medioambiental concediendo horas remuneradas de trabajo para realizar esas actividades.

El calentamiento global ha aumentado el riesgo de contraer enfermedades transmitidas por alimentos, agua o animales

«Estas redes juegan un papel crítico en la conducción de una cultura verdaderamente inclusiva», señalan desde MSD en España, una afirmación avalada por los datos. Las networks de diversidad se traducen, por ejemplo, en un 76% de mujeres en el Comité de Dirección, una cifra clave si tenemos en cuenta que solo un 6% de las direcciones generales corporativas está ocupado por mujeres según el informe Women Matter España. La implementación de estos grupos también ha resultado en un mayor bienestar de los trabajadores, esencial para un clima de trabajo deseable y, además, productivo.

Pero la diversidad va más allá del clima corporativo: para el éxito de la investigación clínica es imprescindible evitar sesgos de género, origen o creencias. No siempre ocurre. Por ejemplo, de 4.420 estudios realizados sobre la covid-19, solo un 4% tiene en cuenta el impacto diferencial de la infección en mujeres, según revela un metaanálisis de la revista Nature Communications, y solo un 4,5% de los ensayos clínicos sobre mieloma múltiple incluye a la población estadounidense negra, aunque sufre mayor riesgo de padecer este cáncer, señalan los Institutos Nacionales de Salud (NIH).

Abrazar las perspectivas diversas resulta clave para que la medicina supere los baches a los que se enfrenta de forma recurrente. De lo contrario, no solo se dejará de lado a un amplio sector de la sociedad, sino que seguiremos considerando una incógnita las enfermedades que afectan más a mujeres, a colectivos racializados o a la comunidad LGTBIQ+. Para lograrlo, conocemos la fórmula: diversidad e inclusión. Ahora solo queda esperar que más entidades la incorporen en su catálogo.