Economía
¿Cuánto nos va a costar el calor?
El clima extremo le ha costado a España 5,4% de su PIB en los últimos cuarenta años. La crisis climática hará que estos episodios sean más habituales, lo cual aumentará el peaje económico que pagará el país.
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Olas de calor extremo, incendios, sequías, han estado llenando los titulares en España en los últimos años, y la tendencia apunta a que serán cada vez más recurrentes –y extremos–. El gobierno español ha advertido que en treinta años el país será más cálido y árido de lo que conocemos hoy y las sequías podrían afectar más del 70% del territorio. «Los incendios y las inundaciones serán más frecuentes y destructivos; el nivel y la temperatura del mar aumentarán; sectores clave como la agricultura o el turismo sufrirán daños severos; 27 millones de personas vivirán en zonas con escasez de agua, y 20.000 morirán al año por el aumento de las temperaturas», indicó en su plan Estrategia España 2050.
Pero los efectos negativos no se quedan solamente en los territorios afectados, sino que conllevan un alto peaje económico para el Estado. Así lo ha demostrado el estudio realizado por el Banco Central Europeo (BCE), que prevé que la Unión Europea deberá gastar anualmente un 1,4% de su Producto Interno Bruto (PIB) para paliar el impacto del aumento de las temperaturas.
Entre 1980 y 2020, la UE ha acumulado pérdidas económicas enormes debido a fenómenos meteorológicos extremos y relacionados con el clima. El país del bloque que más afectado se ha visto es Eslovenia, con 8% de su PIB perdido por las situaciones de clima extremo, seguido de Portugal, República Checa, Rumanía y Grecia. Del otro lado, los países menos impactados han sido Bélgica, Suecia e Irlanda.
Aunque España no está entre los primeros lugares, no se escapa de aparecer en el top 10. Con un 5,4% de su PIB perdido en los últimos cuarenta años, supera en casi dos puntos al promedio de la UE, que acumula pérdidas de 3,6% del PIB. Además, otra investigación del BCE alerta de que España es la economía europea más expuesta al shock climático.
España ha perdido en 40 años el 5,4% de su PIB por culpa del calor y es la economía europea más expuesta al ‘shock’ climático
Según los cálculos del banco, una sola perturbación del clima –ya sea una ola de calor o una helada– impacta la inflación española hasta por 30 meses. Los precios de los alimentos suben debido a la reducción del suministro, además aumentan los costes de la energía por la necesidad de atemperar los alimentos. El alza de la temperatura y la sequía en verano no solo se lleva por delante las cosechas, sino que además encarece los alimentos no procesados entre 0,1% y 0,2% y puede llevar al cierre de algunas fábricas. También impacta los sectores del turismo y el ocio y lleva a pérdidas en la productividad laboral, que podrían ser de hasta 5% en 2050.
Una transición ecológica apremiante
Como ha explicado el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), las olas de calor extremas serán cada vez más recurrentes: antes ocurrían cada 50 años, ahora podrán hacerlo cada 10 –o menos–. El mundo está cada vez más caliente. De acuerdo con los datos de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos, desde 1977 cada año ha registrado temperaturas medias superiores al promedio del siglo XX.
La transición energética es uno de los grandes objetivos de la UE y, en los últimos meses, se ha estado discutiendo el futuro de la energía en el continente con la reforma del mercado eléctrico. Las temperaturas anómalas repercuten sobre la factura eléctrica: el frío hace que aumenten los grados de calefacción y el calor –generalmente lo que sucede en España– hace que se enciendan más los aires acondicionados (y además cada vez más temprano en primavera y más tarde en el otoño).
Un sistema basado en energías renovables podría ayudar a que el peaje económico no golpee tan fuerte –y contribuiría a reducir la cantidad de gases de efecto invernadero que lanzamos masivamente a la atmósfera–. Si no se mitigan las emisiones, un incremento sostenido de las temperaturas de 0,04% por año podría reducir el PIB mundial más de 7% para 2100.
Pero, como ha dicho la Moncloa, «el cambio climático no es solo una amenaza para las próximas décadas, es también una realidad presente que ya está transformando España y la vida de al menos dos tercios de sus habitantes». En los últimos cuarenta años, la temperatura media española ha aumentado unos 1,8ºC, los ríos llevan menos agua, varias de las cuencas hidrográficas europeas con más estrés hídrico se encuentran en España y más de dos tercios del territorio son susceptibles de sufrir desertificación. El alza de las temperaturas pasa factura doble, en lo económico y lo ambiental, y para hacerle frente el tiempo apremia.
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